El Lolo de vacaciones con Martín y Rodrigo
Monte Hermoso fue el lugar elegido por el Lolo para sus vacaciones. El Camping Americano a uno cinco kilómetros del centro de la ciudad balnearia fue el sitio perfecto para descansar lejos de la locura de Buenos Aires durante el año y también para llevar a Martín, ya que había averiguado que podría ir en carpa con su amigo canino.
Al dúo se le sumó a último momento Rodrigo. El pibe no tuvo nunca vacaciones y por ende el mar no lo conocía.
Cuando el Lolo se enteró de esto recordó su adolescencia sin vacaciones y la invitación que tuvo la primera vez que conoció el mar de parte del padre de su amigo Juan que lo sumó entre los pasajeros al colectivo con el que llevaba la familia a las Toninas y entonces… sin pensarlo mucho lo invitó a Rodrigo que aceptó entusiasmado.
Acondicionaron durante la semana el equipo de camping y el día de la partida tomaron con la fresca matinal la ruta 3 con rumbo a la costa atlántica.
Cuando llegaron eligieron un buen lugar para acampar y armaron la carpa siempre bajo las directivas del Lolo que a medida que trabajaban le explicaba a Rodrigo el porqué de cada movimiento teniendo en cuenta el terreno, el sol, las posibles lluvias y el viento que en esa zona suele ser intenso.
Prepararon la cena y se fueron a descansar con la firme idea de ir al día siguiente desde la mañana a la playa.
Al otro día se instalaron en la playa y luego de darse varios chapuzones en el mar se sentaron protegidos por un médano a tomar unos mates y conversar.
En eso estaban cuando sintieron el ruido de un chorro de líquido caer a unos centímetros de la canasta con los alimentos.
Se sorprendieron cuando vieron a un nenito de unos seis años orinar al lado de ellos.
¡Hey nene!.. ¿Qué haces querido? andá a orinar más lejos… no ves que nos vas a mear la canasta con el morfi. - Dijo el Lolo casi a los gritos.
El pibito se fue para donde estaban los padres y señalándolos al Lolo y a Rodrigo parecía contarles lo sucedido.
- ¡Que lo parió! (dijo Rodrigo que no salía de su asombro) este pendejo casi nos arruina la comida
- Y… es un nene… no se dio cuenta ( respondió Lolo)
Siguieron conversando y a los pocos minutos… oyeron otra vez el mismo sonido anterior.
- ¿Que haces nene, otra vez estás orinando ¡acá? anda más lejos che!
El chiquito con cara de susto les dijo – Mi Papá me dijo que les mee señalándolo al padre que nos miraba con las manos en la cintura en una actitud desafiante.
- Que le pasa a este pelotudo dijo Rodrigo enojado y con actitud de pararse a pelear.
- Nada pibe, no le pasa nada más que ser un pelotudo mal educado y prepotente. Veni levantemos las cosas y vámonos.
- Pero Lolo ¿como nos vamos a ir por este pelotudo?
Justamente, nos vamos porque este tipo es un pelotudo con ganas de arruinarnos las vacaciones a nosotros y a su familia y aunque le ganemos la pelea la habremos perdido porque la cosa puede terminar mal o muy mal pero… nunca bien para nadie.
Aveces es de hombre bancarce situaciones así y no dejarse llevar por el macho que tenés adentro que más de una vez te convierte a vos también en un pelotudo.
Vamos allá… lejos de Pelotudos a disfrutar nuestras vacaciones que las tenemos bien ganadas.
Rodrigo se fue apretando los puños y los dientes unos cuantos pasos y cuando el Lolo lo semblanteó le dijo
- Tranquilo fiera que la hombría se demuestra con acciones altruistas no en peleas con idiotas.
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Ricardo "Cocho" Garay
"Sólo soy un soplo de vida en la eternidad"