La Maquina del Tiempo

La Maquina del Tiempo

El pedalear provoca una brisa fresca en la cara, juguetea con los cabellos y me lleva para atrás en el tiempo, al mundo de la infancia a recorrer las calles del barrio montado en la Leñano rodado 28 que mi padre me compró aquel verano para mi cumpleaños.

Que más podía pedirle a la vida si tenía como recorrer el mundo en mi propio vehículo, ya no haría falta pedírsela prestada al insufrible hijo del Doctor Quiroga u ofrecerme a hacerle el reparto al almacenero para poder darme el gusto de manejar un bici por un ratito… sólo por un ratito.

Ahora era libre como el viento, podría recorrer cada rincón en pocos minutos, jugarle carreras al camión del sodero y sacar a pasear a Capitán al trote para que esté en forma sin que me dejase de cama.

Que bueno fue ir en un santiamén hasta la plaza San Martín a jugar un picado con los pibes y luego de terminado el partido y saciar la sed prendido al bebedero comprarle una manzana acaramelada al pochoclero y disfrutar de aquel manjar sentado a la sombra del gomero.

Al poco tiempo de tenerla, la Leñano había quedado hermosa con las cintas blancas y rojas en el manubrio, los ojos de gato en los guardabarros, un farol alimentado por un dinamo y las calco de River en el cuadro.

Que divertido era espantar las palomas en la vereda de la iglesia pasando a velocidad y tocando la bocina a aire que sonaba como la de un camión rutero.

Quizá ahora deba descansar un poco y dejar de soñar pedaleando… a los setenta es difícil retroceder tanto tiempo.

Qué linda evocación. La verdad es que tener una bicicleta era un sueño, si sabrán Papá Noel y los Reyes Magos, seguramente no sabían que hacer con tantos pedidos de bicicletas. Pensar que hoy casi no hay lugar para la bicicleta en la vida cotidiana (no en todos los lugares por supuesto). Los tiempos cambian.
Nilda Sena

Muy bella evocación, Ricardo.
Como siempre, es realmente un placer leerte!
Gracias por compartirlo, maestro!
Un abrazo grande!

Trae muchos lindos recuerdos. Todos lindos.
Abrazo,
José

Gracias a todos queridos amigos por su lectura y comentario. Abrazo grande.