A ti, novel escritor

Diariamente, aquella necesidad que sentías de captar lo que otros decían, la forma en que percibían al mundo y las aventuras de los personajes de sus novelas, que tú, fiel y religiosamente devorabas, ahora ya no llenan ese vacío que te invade las entrañas, el intelecto y la vida. Aunque quieres engañarte creyendo que en parte te satisfacen, la verdad, ya no sientes el hambre con que anteriormente te acercabas a su lectura, ahora ha sido sustituida por un agolpamiento constante de ideas.

Has leído muchos cuentos y te dejan el amargo sabor de lo incompleto. Las más recientes novelas que han pasado por tus manos, sin importar cuanto te apliques en su lectura o cuanta buena voluntad pongas para hacerlo, ya no te dan la satisfacción que antaño te invadía. Aquellos poetas a quienes tanto admirabas, ahora no comparten contigo sentimientos, solamente son palabras, ideas informes que no logras integrar a tu existencia.

Pues bien, amigo mío, siento decirte que has iniciado el viaje inseguro y peligroso de la escritura, que no podrás evadir el llamado de la tinta y el desvelo. Y te prevengo, este viaje que hoy inicias es largo, amargo en la mayoría de las veces, dulce en pocas. En él, paradójicamente, cuanto más seguro estés de lo que haces, más se apoderarán de ti la ansiedad y la incertidumbre.

Cada nueva idea que tengas será objeto de un minucioso análisis, su concepción será sencilla, pero no querrás dejarla abandonada en ese punto, sentirás la obsesión de llevarla hasta sus últimas consecuencias, tendrás que darla a luz; y este proceso será lento, letra a letra, sintiendo el dolor del parto en cada una de ellas, hasta que un día veas que ha tomado forma. Entonces, satisfecho por tu nueva creación, sentirás que te estás muriendo, cuando sepas que ese hijo tan querido ya no es tuyo, que te ha sido arrebatado por aquel maligno ser llamado lector.

Por último, entiéndelo de una buena vez, el camino que has iniciado no tiene fin. Terminarán tus días y alguien a quien probablemente ni conozcas, tomará el mismo camino, allí en donde tú lo has dejado, e iniciará el recorrido de la misma manera que tú; desgarrando su alma, desangrando su pluma, desollando página tras página de blanco papel, hasta morir, para ser sustituido por alguien más. Y la historia se repetirá eternamente, por los siglos de los siglos.

Dib Enrique Gali Lozano

Dib, sí que he disfrutado tu texto, gracias por compartirlo...es una reflexión sobre la vida misma desde que adoptamos el papel de escritores o por alguna razón sentimos el llamado para dejar plasmados nuestros sentimientos, aunque bueno, quizás no sea porque no nos satisfacen otros personajes y digamos que es nuestro turno de crear mundos sino porque hay una necesidad interna de comunicarnos entre las almas. Me encanta cuando haces que el lector piense sobre sus lectores en el futuro y cómo su obra quizás adquiera nuevos significados jamás pensados por él, pero es así, esto tiene sus contras, sin embargo, más son los beneficios de lograr liberar nuestras voces ahora. De corazón te felicito.