Visita a la pinacoteca

Eran las siete de la tarde y, como cada día, la pinacoteca permanecía abierta a un público que deambulaba en silencio por las distintas salas. Sólo una mujer osó romper el aparente silencio para proclamar en alto sus pensamientos desde el diván en el que estaba cómodamente reclinada;
- Vaya pifia… ¿Quién podría llamar arte a esta cosa? Definitivamente, el que pintó esto no tenía ni idea de pintura. Eso, por no hablar de su mal gusto, ¡menuda desgracia de fémina eligió para crear esta bazofia!…
La muchedumbre continuó su exploración ajena a las palabras e improperios que emanaban de esa boca así que prosiguió con su valoración personal.
- “Otoño” ¿Qué demonios es esto?
Menudo título, seguro que se rompió la sesera de tanto pensar en un nombre para ese montón de supuestas hojas secas…
Dicho esto, prorrumpió en sonora carcajada mas nadie pareció darse cuenta de ello; ni uno sólo de los allí presentes le prestó atención pero la verdad es que le daba igual, estaba decidida a no dejarse influenciar por esos hipócritas que, o no sabían diferenciar entre una obra de arte y una clara demostración de inutilidad pictórica o, simplemente, eran tan incompetentes como el creador de esas mamarrachadas.
De pronto, algo llamó su atención; una adolescente entrada en carnes y con la cara llena de granos la observaba fijamente. Esa visión le revolvió las entrañas. ¿Cómo podía osar ese “ente con patas” a enturbiarla con su patética presencia? Iba a decirle cuatro cosas bien dichas a esa cosa cuando la muchacha habló;
- Señorita Asunción, ¿ha visto qué cuadro más hermoso? es mi favorito.
- Si, Antonia, es realmente precioso.
Cansada de escuchar estupideces, decidió atacar a la muchacha que había tenido la desfachatez de incomodarla a través de los cristales de sus horrendas gafas pero la moza seguía hablando;
- ¿Sabe señorita? Daría cualquier cosa para ser como ella… ¿Usted cree que alguna vez podré ser tan bonita? ¡Es perfecta!
Esas palabras acariciaron su ego con mano firme, “Pobrecita, es normal que se fije en mí, ella nunca podrá ser tan bella como yo” – Pensó para sí-.
- Niña, no deberías hablar así, eres muy hermosa, no olvides que la verdadera belleza está dentro de ti.
- Sí, señorita, ya lo sé, pero yo quisiera ser como ella. Mire su cara, ¡ es tan perfecta que parece de porcelana! –Dijo la zagala al tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas- Entonces, la maestra asió la carita de la joven con ambas manos y continuó hablando con extrema ternura;
- No quiero verte así, no tienes nada que envidiarle. Tú tienes algo que ella jamás tendrá… Piensa un poco… ¿Qué es?
Consumida por la rabia debido a las palabras que acababa de escuchar, la mujer exclamó airosa;
- ¡Oye, tú… Profesora de pacotilla! ¿qué te has creído?
La educadora guardó silencio, tan solo transcurrieron unos segundos antes de que la niña respondiera;
- Vida, yo tengo vida… Ella sólo es una bonita pintura…

¡Excelente cuento! Tiene todas las cualidades exigidas para ser considerado un muy buen cuento: Una introducción que muestra el ambiente, tiempo y en un par de pinceladas (como si fuera una pintura impresionista), nos muestra el lugar donde ocurren los hechos.
El desarrollo natural, dejándonos intrigados y atrapados, para llegar a un final inesperado.
Felicitaciones, querida amiga, y, como creo ser el primero en comentar, le doy la bienvenida a esta hermosa página.
Jaime de Chile.

Jaime, sus palabras me honran profundamente. Gracias, muchas gracias por su gentil visita. Me alegra mucho que le haya gustado mi relato. Un saludo desde la isla de la calma.
Paula.

Es el primer texto que te leo (creo) y me ha fascinado como has expresado la esencia de esa vida interior (como dice Jaime, con pocas pinceladas). Hablando claro está únicamente de los personajes de tu relato (para no generalizar). Si me voy por las ramas, te comento que alguna vez he tenido una discusión con alguien sobre esto. Yo creo que cultivarse exterior o/e interiormente no debería ser algo excluyente. Volviendo al relato, de verdad me ha gustado mucho.
Bienvenida.
Silvina

Milana, mi pequeño tesoro mallorquín: qué grata sorpresa! Caray preciosa, cómo nos hemos venido!!! Por la puerta grande y con esa inconfundible pluma que fascina! Me ha encantado cómo nos has llevado por tus letras, de la nariz todo el tiempo... caramba y qué final! Muy bueno, pero más que estés aquí! Creo que te halarás muy cómoda y rodeada de afectos viejos y sé que harás nuevos amigos en esta casa, ya verás! Un gustazo saludarte y felicitarte por este escrito!
Con gran cariño, pequeña princesa Milana... Un abrazote con la bienvenida!

Un gusto conocerte, un relato realmente muy bueno, donde la voz que verdaderamente escucho es la del interiro de la chcia, llevandonos a una buena reflexión.
Un gusto leerte.

Muy bueno, Paula. Coincido plenamente con los comentarios de los otros compañeros en que has sabido pintar a los personajes con maestria en este cuento corto. Me encanto el tema y el entorno. Excelente comienzo, amiga. Un beso grandote,
Jose

Un cuento fantastico con una enseñanza válida.Un lindo cuento.

ME ENCANTO, ADEMÁS HASTA EL FINAL Y EN UNA SEGUNDA LECTURA, NO SABACA QUIEN ERA LA MUJER ESA MALA ONDA JA JA, LO PLANTEAS MUY BIEN Y ME COSTO RECONOCER AL CUADRO COMO PERSONAJE, LO HICISTE MUY REAL, ME GUSTO, ES CASI IMPERSEPTIBLE EL HECHO FANTASTICO DEL RELATO.

Primero que todo Paula, muy bienvenida a Letras y Algo Más, espero te sientas como en casa aquí.

Vamos al texto. Me parecio excelente. Transmites varias cosas en este texto, primero, la ambientación de los personajes, en donde toma vida la presunción de una pintura. Al principio, pareciera que no es así, que es un personaje real gritando su vanidad, pero con el correr de la lectura, va quedando más clara la intención. Hasta la medianía del relato, juegas con esta percepción de cierta soberbia y vanidad excesiva, a mi entender, mostrando tanto el tema artístico, como también, una cualidad de la especie humana. En este punto, se torna previsible el relato, pero es intencional, con lo que das un giro al final, profundo y certero: la reflexión de la señorita. De su belleza y un corolario final perfecto. Ella tiene vida. No sé, me he dejado llevar por tu texto y lo encuentro muy bueno. hasta da para extraer mucho más de él.

un gusto leerte,

Ignacio

Que agradable sorpresa encontrarme con este texto.
Muy bueno.
Saludos de bienvenida y un abrazo compañera, espero seguir leyendo tu trabajo.