Nilda Sena Escritor activo
Cantidad de envíos : 6192 Fecha de nacimiento : 02/05/1961 Edad : 63 Localización : Corrientes Fecha de inscripción : 26/04/2014
RECONOCIMIENTOS Mención: - a la excelencia en sus comentarios Mención: - por sus Grandes Aportes a Letras y Algo Más Premios:
| Tema: Visita Lun Ago 24, 2015 11:00 pm | |
| Llueve. El vidrio empañado impide ver con claridad dónde estoy. Ella me estará esperando, como siempre, rodeada de desconocidos que sonríen sin saber por qué. Pronto tendré que bajar. Tres de abril esquina Roca, o Brasil, nunca recuerdo bien, pero no importa, “bajo en la escuela”, le diré al chofer, como todos los días y con dificultad por las bolsas y la panza, lentamente descenderé. Por qué será que cuando llueve el día es gris?, por qué será que el gris inspira tristeza?. No es bueno viajar más de una hora en día de lluvia. Tendré que bajar, esperar otro colectivo que me lleve hasta el puerto y de ahí otro más para llegar, pero no importa, ella me espera. Se hace difícil con la lluvia, el fresco repentino que llegó sin esperarlo y sobretodo con la panza, pero ya falta poco. Este viaje tan monótono me hace pensar demasiado aunque no quiero. No puedo dejar de pensar, de recordar. Mi infancia retorna una y otra vez, las voces, los sonidos, las imágenes, mi primer día de escuela, las oraciones nocturnas. Como cambia la niñez con el televisor, no tenerlo entonces era bueno, compartíamos tiempo de conversaciones. Me contaba su infancia, el trabajo de su padre, sus problemas y desafíos ante la dura realidad que les tocó vivir. Las pocas fotos que tenía me las mostró tantas veces. Cuando llegue, atravesaré el portón y recorreré el largo pasillo. Ya aprendí de memoria cada detalle, y hasta puedo saber qué hay detrás de cada puerta cerrada. Un día más. Buscaré el equipo dos, el de la doctora Soto. Hoy por la lluvia estarán más silenciosos, creo. No podrán recorrer los jardines y patios, seguramente Valenzuela los estará acompañando, cuidando, como siempre. No es un trabajo fácil. Debe tener un carácter especial. Debe estar muy atento a cada uno. Valenzuela fue mi compañero de escuela, después se mudó y no supe más de él hasta reencontrarnos en este lugar tan inesperado, quién lo hubiera dicho, los dos por motivos tan diferentes. Fuimos buenos compañeros, supongo que conocernos será útil, la cuidará mejor así. Aunque no dudo que a todos los atenderá bien. Cuando ella me vea me sonreirá, una vez más me preguntará por Daichi, su radio y me dirá que su reloj está bajo la almohada por seguridad. Y nuevamente la señora mayor rubia, esbelta de rasgos extranjeros se acercará a interrumpir. Me contará de su hija que pronto la vendrá a buscar. Pobre mujer, no sabe que nunca vendrá porque nunca existió. Pero qué importa si ella es feliz esperándola, creyendo que en un momento cercano la vendrá a llevar. Y yo, compartiré su alegría de esperar con una sonrisa. Otra vez, ella me invitará a un mate, o al menos piensa que es un mate, yo solo veo una lata de conserva de tomates con un poco de yerba y algo raro parecido a bombilla, una pava vieja de la que vierte el agua, fría por cierto. Nuevamente le diré, “no gracias”. Pero tampoco importa, otros aceptarán la invitación. Después de unos momentos de comentarios triviales, el puñal de todos los días “china, quiero ir a casa” y otra vez yo, sin respuestas con el nudo en la garganta diré “voy a hablar con la doctora a ver que dice”. ¿Por qué será que la escena se repite tan igual? Es como una película vista ciento de veces, esperando que algo cambie, pero no es así. Nada cambiará porque es la misma filmación, repetida una y otra vez. Aunque ahora que lo pienso, es más fácil entender la imagen repetida de una película que la escena que veo todos los días porque no es filmación, es como teatro, con actores improvisados, entusiastas. No logro discernir si serán actores actuando o personajes representando su propia vida. Es muy complejo. Pero lo hacen bien, no se olvidan el guion. Qué problema, parece que este viaje no terminará nunca. ¿Cuánto hace que ella está ahí? No tanto, creo, pero tampoco hace poco. Llegó un atardecer solo para consulta, pero tuvo que quedarse. Puso excusas. Yo no sabía qué hacer, solo quería escapar, llevarla y no volver más. Pero fue imposible. Las razones eran sólidas. Ella necesitaba quedarse, era lo mejor. Pronto saldría recuperada y eso era bueno. Qué triste fue llegar a casa sin ella. Ah. ¡Por fin!. Debo bajar. No me gusta mucho esto de estar bajo la llovizna esperando otro colectivo. Los autos salpican, mis zapatos ya se llenaron de agua. Como pesa la panza, mi vestido gris azulado toma más color cuando está mojado, menos mal que es tela gruesa. Ella estará esperándome. O tal vez no, su noción del tiempo es bastante embromada. Tal vez crea que recién la dejé, o que pasaron días desde que nos vimos. Pero no, fue ayer que estuve ahí. Ahí está, línea dos, colectivo al puerto. Recuerdo las navidades, la cena tradicional bombas de papa adornadas con rodajitas de tomate y huevo, gaseosa para mí y después unas cajitas de cohetes fosforitos que hacían un ratito de ruido. Las dos deseándonos feliz navidad, pidiendo deseos, después a rezar y dormir. Para el pueblo la fiesta empezaba, para nosotras terminaba. Yo me acostaba y ella reclinada sobre la mesa sufriendo por su soledad, por su padre fallecido hace tanto. Ni siquiera lo conocí, pero debe haber sido un buen hombre porque es tanto el amor que le tiene. Otra escena tan repetida. Ahora sí, el otro colectivo. Ya estoy cerca. ¡Cómo pasa la hora!. Nuevos recuerdos, nuevas preguntas, siempre las mismas dudas. Ella estará ansiosa. ¿O seré yo la ansiosa? ¿Qué espero encontrar?... No para de llover. Ya llegué. Hospital Psiquiátrico San Francisco de Asís, dice el letrero tan grande. Me detengo, sonrío, siento alivio al estar tan cerca, al haber superado los obstáculos del viaje. Como si no tuviera que hacer nuevamente tres colectivos para regresar a casa. Pero no importa. Llovizna muy suave. Estoy mojada. Camino lentamente, como queriendo pasar inadvertida, pero eso es imposible. Ya salen a recibirme, ¿trajiste cigarro? ¿Tenés una moneda? Son las primeras preguntas insistentes de los que se acercan. Hombres solitarios, sin familias, o tal vez sí, pero prefieren no aparecer. ¿Tendrán recuerdos? ¿Saldrán alguna vez? ¿Dónde irán? Las voces estallan desde distintos rincones. Yo sonrío y les digo “mañana les traigo” y eso basta, esperarán. Sala dos, ella está ahí. -Hola Mita. -Hola China. El saludo afectuoso y las preguntas de rigor ¿cómo estás?. Ella pregunta por su radio y me cuenta que tiene el reloj bajo la almohada. Y como siempre, la rubia que me saluda cordialmente y me cuenta que su hija pronto la vendrá a llevar. “Me alegro” le respondo. ¿No tenés frio? Estás mojada me dice cuando la rubia se va. No, estoy bien, contesto. Entonces vamos hacia su cama y ella saca su mate, o lo que cree que es un mate y empieza a cebar con una pavita chica y vieja cargada con agua fría. Extiende su mano acercándome el mate. “No, gracias” digo. Me cuenta cosas de siempre y le respondo como siempre. Al final “China me quiero ir a casa”. “Enseguida viene la doctora y le pregunto, mientras te dejo estas cosas que traje”. Junto la ropa para llevar a lavar y acomodo la ropa limpia y los artículos de limpieza que le traje. Parece que el cielo se vuelve más gris oscuro, parece que los truenos no vienen desde afuera, sino explotan dentro de la sala dos. ¿Cuántos días más se repetirá el encuentro, el diálogo? Cuántas veces más su pregunta me enmudecerá. Ojala, a la salida, la doctora Soto me diga, puede llevarla, todo está bien. Pero es solo mi esperanza, mi deseo, porque si quiero ver la realidad, esa respuesta de la doctora aún no llegará. Y así, durante el viaje de regreso, repicará en mi cabeza “china quiero ir a casa”. Ahí, sentada en el colectivo verde Empresa Ciudad de Corrientes, será más fácil, no tendré que responder y podré llorar sin sus ojos mirándome.
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Jaime Olate Escritor activo
Cantidad de envíos : 2341 Fecha de nacimiento : 17/01/1941 Edad : 83 Localización : Santiago de Chile Fecha de inscripción : 01/08/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: -Escritor con textos DESTACADOS Mención: Lobo ,El Detective. Texto EXCEPCIONAL Premios: 1ºLugar Concurso "Ecología" parte Textos, Octubre de 2010
| Tema: Re: Visita Miér Ago 26, 2015 9:07 pm | |
| Golpeante la historia de tener a un amigo o pariente en el Hospital Psiquiátrico; su mente ida y repitiendo siempre su realidad. Admiro a la gente que acude a ver a estos pacientes, son como ángeles que visitan a los pacientes. Excelente relato. | |
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ElAngelCaido ADMINISTRADOR
Cantidad de envíos : 2671 Localización : Los Angeles, California. Fecha de inscripción : 11/10/2010
| Tema: Re: Visita Sáb Ago 29, 2015 8:13 pm | |
| Muy buen trabajo! Ademas de que la tematica es profunda y llega muy fuerte sobre todo a los que ya tenemos cierta edad, la narrativa es excelente. Es evidente que tienes oficio en esto de escribir, Nilda. Este trabajo es muy bueno porque tiene equilibrio entre las retrospectivas de la protagonista y su "aqui y ahora", la realidad que esta viviendo en el presente. Hago esta aclaratoria porque hay historias en que la retrospectiva de algun personaje en lugar de informar al lector sobre pormenores pasados, confunde y aburre, pero afortunadamente y por la buena pluma de Nilda, este no es el caso.
Excelente trabajo colega. Recibe mi fraternal saludo de siempre. | |
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