Jueves, 11 de marzo de 2004
Son las 7:00 de la mañana, quedan aún unos minutos para que llegue el tren. Sé que estoy perdiendo el tiempo, todavía no me he atrevido a hablar con ella, hoy lo tengo que hacer. Me dirás que soy una cobarde, y tienes razón. Tengo miedo. ¿Y si después de todo descubre que ha estado jugando conmigo?, eso me destrozaría… pero debo vencer el miedo, he de ser valiente.
Ya llega el tren, en menos de 20 minutos la vuelvo a ver, entonces le hablaré, pero ¿Qué le diré?... mejor no pienses tanto y deja que sea tu corazón el que hable, y sobre todo relájate, si empiezas a tartamudear no te va a entender.
Respira hondo y cuenta hasta 3, ya verás cómo te sientes mejor y los nervios desaparecen. ¡Oh¡ si claro Diario, como si fuera tan fácil, a ver cómo te sentías tu si estuvieras en mi pellejo… ¡Qué suerte la tuya que no tienes vida propia que vives de la mía!
Ya llegamos a su estación, ya está entrando en el andén. Y allí está, en el mismo sitio, en el mismo lugar, tan hermosa como siempre. El pánico se está apoderando de mí, pero ya no puedo echar atrás. Es momento de que empecemos a hablar.
Ya me ha visto, sabe que siempre estoy en la misma puerta del segundo vagón. Me tiemblan tanto las piernas que parece que me voy a caer. Se cierran las puertas del vagón a sus espaldas, la miro, me mira, la sonrío, me sonríe. Me armo de valor, Avanzo hasta ella. Y con todo el valor que puedo conseguir:
-Hola, buenos días.
-Buenos días… Por fin te decidiste, ya creí que nunca me hablarías
De nuevo me sonrojo, el fuego en mi cara se refleja. Me sonríe ya acaricia mi cara con su mano.
-No importa, no te sonrojes, yo tampoco me atreví. Por cierto me llamo Alba.
-Yo me llamo Ana, y no puedo evitar sonrojarme…
Ya hemos roto el hielo. Hablamos, reímos… Acaricia mi mano con suavidad, me excita el contacto de su piel. De repente me abraza, me besa en la mejilla, me despeina la melena.
Miro por la ventana, perdí la orientación. Deseo que el tren se pare, que se detenga y que no avance. Dará lo que fuera en este por poder para el tiempo, no quiero dejar de estar un minuto con ELLA, con ALBA.
Hemos pasado Asamblea de Madrid. No hay más paradas, la siguiente es nuestro destino.
Me mira con ternura. Me coge de la mano y con voz tiembla me dice:
-No sé lo que nos pasa pero siento que estamos conectadas.
-Yo así lo siento desde el mismo momento en que te vi.
Y en un segundo… ruido, caos, oscuridad, el horror…
No sé lo que ha pasado, hemos saltado por los aires, el tren ha reventado. Me duela la cabeza, ¿con que me golpee? Los oídos, casi no puedo oír.
-¡¡¡ALBA!!! ¡¡¡¡ALBA!!!! ¿¿¿¿DONDE ESTÁS????
No la encuentro, ¿dónde está?
-¿¿¿ANA???
Allí está. Ya la veo. Esta sangrando por la cabeza, dice que apenas siente las piernas. Intento levantar, pero no puedo con ella. Pido ayuda, pero hay demasiado caos, demasiada gente herida.
Las lágrimas se deslizan por mi cara, no me puedo contener. Me siento a su lado en el suelo, La sostengo entre mis brazos.
-Tranquila mi amor, te vas a poner bien. Pronto nos sacarán de aquí.
-Lo sé mi vida, lo sé. Tenemos mucho que vivir.
Siento que su vida se le escapa. Acaricio su hermoso rostro cubierto por la sangre…
-TE AMO
-LO SE, YO TAMBIÉN TE AMO.
Y en un suspiro, me regaló su último latido…
Se llamaba Alba. Tenía 23 años, estudiaba periodismo en la Universidad Autónoma de Madrid. Nació en Irlanda, vivió en Zaragoza, ya hora en Madrid desde los 14. Tenía dos hermanos gemelos, dos chicos más pequeños que ella. Le encantaba escribir poemas, historias y cuentos. Poco más se de ella, en tan sólo un segundo para siempre la perdí en la explosión de la calle Tellez.
Por no actuar a tiempo… todo lo que no podré vivir…
Nunca la podré olvidar.
Poema Póstumo creado por Nanda
Luces de agua en la mirada que se escapa,
vida que no les dejan vivir y que ansía,
hace de sus brazos una suave capa
quiere retenerla aún cuando no la conocía.
Yace con un latido que ya es despedida,
su tristeza es un grito que se cuela en las cenizas
lágrimas asombradas de la injusticia consentida,
su alma por el amor no tenido ya agoniza.
Ella, mirada ausente, le dice, mi niña adiós,
desde la nube seré tu brillante lucero,
seré el dulce encuentro, el reposo de las dos,
en la brisa cada día escucharás mi te quiero.
Entre cascotes, humos, gritos y lamentos,
se aferra a ella en canción desesperada,
no sabe cómo retenerla siquiera un momento,
a ella, su amor no tenido, su dulce amada.
Un consejo: Vive hoy, vive ahora. Un minuto después puede ser demasiado tarde.
7.37: Tres bombas explotan en el tren 21431 en vía 2 dentro de la estación de Atocha (no explotando simultáneamente). 7.38: Dos bombas explotan en el tren 21435 en la estación de El Pozo del Tío Raimundo. 7.38: Una bomba explota en el tren 21713 en la estación de Santa Eugenia. 7.39: Segundos más tarde, cuatro bombas explotan en el tren 17305 en la calle Téllez, 500 m antes de entrar en la estación de Atocha.
(A las víctimas, familias y amigos, y para aquellos que sentimos su dolor por dentro. Espero que os haya gustado. Gracias por leerlo)