Liel Cor Escritor activo
Cantidad de envíos : 7423 Fecha de nacimiento : 13/12/1957 Edad : 66 Localización : VILLARRICA -CHILE Fecha de inscripción : 08/12/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: - a la excelencia en sus comentarios Mención: - por sus Aportes a Letras y Algo Más Premios:
| Tema: EL DIA QUE LIZA SE FUE (PRIMERA PARTE) Dom Ene 25, 2009 5:05 pm | |
| LUGAR EN DONDE SE ENCONTRABA MI CASA EN CHALLUPEN Nací un día trece de diciembre, el año poco importa no? Fui la hija número cinco. Mi familia, era humilde y vivía en plenas faldas del volcán de mi ciudad, Villarrica. Mi padre, un hombre campesino de alma, de unos ojos azules como el cielo que reflejaban el universo infinito, de tez clara y pelo castaño, casi rubio. Mi madre, una mujer mestiza, de unos profundos ojos verdes, leal a su marido y a su familia. Recuerdo una mañana, había un caos en mi casa, sacudían los pocos muebles que existían, barrían el patio, colocaban manteles blancos sobre la mesa, acomodaban los cojines y preparaban el almuerzo en una gran olla de fierro negra, que colgaba sobre el fogón. Mi hermana mayor, me bañaba y vestía con un vestido rosa, peinaba mi cabello y lo hacía una larga trenza, la cual amarraba con una cinta del mismo color. Todos participaban en la preparación de lo que sería un gran evento. Yo, no sabía que pasaba, solo tenía dos años, pero me incluía en los preparativos, sentándome en una banca sin moverme, para no desordenar, lo que los demás ordenaban y observaba. A eso de las doce del día, escuché decir a uno de mis hermanos, no recuerdo exactamente, quien fue, lo siguiente: - ¡Mamá! Parece que ya viene el camión del tío, se escucha el motor y allá se levanta una polvareda. Mi madre, secándose las manos con una punta de su delantal de percala, muy colorido y masticando algo, se asomó a la puerta y atisbó hacia el lugar indicado por mi hermano y dijo: - Si, parece que son ellos, corran a las gallinas del camino y amarren a los perros. Me había sentado en un viejo escaño que estaba arrimado a la pared de la casa, mis pies colgaban y se mecían siguiendo el compás de mis pensamientos. Me sentía curiosa, inquieta, quería saber a que se debía tanto ajetreo. Vi aparecer el camión color rojo, cuando salía del puente que estaba cercano a la casa. Mis hermanos corrieron a su encuentro, gritando y saltando de alegría. Todo para mí era confuso. Se agolpaban muchas cosas en mi frágil y pequeña mente. Me quedé ahí pegada, de pronto vi a una hermosa mujer, más linda que todo lo que había visto hasta ese momento, con una sonrisa enorme y unos ojos como los de mi madre, un cabello castaño claro muy brillante, con un vestido precioso, llenito de unas flores que parecían bailar a medida que la mujer caminaba hacia la casa. Cuando estuvo bien cerquita mío, me miró sonriente, se inclinó para darme un beso y ahí me envolvió un aroma exquisito, que se fue por mis narices bien adentro. Me miraba muy detenidamente, luego me dijo: - Tú debes ser Liza, ¿verdad? Yo soy tu tía Marlui, hermana de tu padre y aquella señora que viene allá, con tus hermanos, es tu abuela, la madre de tu papá. - Miré al lugar que me indicaba, rápido, con tanta rapidez, que no logré ver nada, pues estaba extasiada con la presencia de ella, mis ojitos estaban prendidos de tan hermosa y fragante mujer, mi tía, mi tía Marlui. No sabía eso, de que era hermana, de que la abuela, de que … nada, sólo la miraba y se borraba todo lo demás a mi alrededor. Fue un almuerzo bastante alegre, todos hablaban, mi papá reía con la abuela y mi tía, conversaba con mi madre, yo pendiente de ella, si casi no pestañeaba y me encontraba con sus ojos, ella me hacía un gesto, levantando la barbilla y emitía un ruido por su boca. De pronto uno de mis hermanos, Luis, se acercó a mi, lo noté muy diferente a otras veces, se agachó y me dijo al oído: -Por tu culpa, no me iré con la tía.- Y salió corriendo al patio silbando – No sabía a que se refería y lo seguí con mi mirada inocente.
CONTINUARA... | |
|