El día amanece soleado y caluroso, casi como cada día, desde que comenzó el verano. Delante del garaje de la casa, Drake, olvida su cargo como director general de su empresa, y ataviado con ropa informal, prepara su moto, una honda CB900 negra y roja, para disfrutar con Maley de un relajante fin de semana, en un bungalow a las afueras de la ciudad.
En el interior de la casa, Maley, también con ropa informal, penetra en la cocina, recogiéndose su castaña melena oscura, en una cola de caballo, para preparar algún refrigerio para el viaje.
Una hora más tarde, ambos, ya con respectivos cascos negros puestos, suben en la moto, que Drake no tarda en arrancar.
-Abrázame fuerte que no quiero perderte por el camino.
-Veo que te has levantado muy gracioso.
El vehículo finalmente se pone en camino por la carretera, dirección al bungalow que han alquilado sus dos ocupantes. Ambos parecen relajados, mientras dejan la carretera principal, para coger la carretera secundaria, rodeada de árboles y vegetación, y donde ya se respira el aire fresco, lejos de la contaminación.
La pareja continúa su camino, topándose de vez en cuando con algún otro vehículo. El soleado día, poco a poco va comenzando a nublarse, y Drake se ha percatado del detalle. Las nubes que en un principio parecían pasajeras, empiezan a cerrarse y a oscurecer el cielo. Media hora más tarde, lo que parecía un día perfecto, se transforma en una tormenta de verano.
Drake y Maley, calados hasta los huesos, deciden no dejarse apabullar por el contratiempo de la lluvia, ya a pocos kilómetros de su destino, se imaginan calentitos frente a la chimenea, disfrutando de un merecido descanso. Sin embargo, los planes del temporal son otros. A unos metros, tras una curva y con muy poca visibilidad, un camión se ha cruzado en la carretera secundaria, cortando el paso en los dos sentidos, a causa de la calzada mojada.
En pocos minutos, Drake reduce un poco la velocidad, al divisar frente a él la curva, ajeno a lo que va a encontrase detrás. Maley, abrazada a la espalda de su prometido, y creyéndose protegida, se acurruca más contra él para resguardarse de la lluvia. Y en cuestión de segundos, el hombre se prepara para tomar la curva, y observa aterrado la escena que se le presenta al otro lado. En un intento desesperado, aprieta el freno con brusquedad, provocando que las ruedas se deslicen sobre el pavimento mojado, y pierde el control de la moto, chocando frontalmente contra el camión cruzado en la carretera.
CONTINUARÁ...