-Buen trabajo doctora…
Reconocí la voz.
Incluso antes de levantar la cabeza, para girar sobre mí, ya sabía quien era él.
Me levanté de golpe, como un acto reflejo, me volví sorprendida hacia el lugar del que procedía la voz y me sequé las lágrimas con el dorso de la mano, para poder ver mejor al recién llegado.
-¡Julien! –Mi voz sonó una octava por encima de lo normal -¿Cuándo has vuelto?...
Prácticamente sin pensarlo, me tiré en sus brazos. Él no perdió el equilibrio. Por el contrario, me recibió con los brazos abiertos, y yo aproveché para apoyarme contra su pecho.
Le había echado tanto de menos…
Julien y yo llevábamos casi un año de relación. En primavera sería nuestro primer aniversario, pero para eso aún faltaban algunos meses.
Él trabajaba como policía. Bueno, como inspector de policía.
En consecuencia, había estado algo más de un mes y medio fuera. Dos para ser más exactos. La investigación sobre el caso que llevaba entre manos, le obligaba a ausentarse de vez en cuando.
Esa investigación estaba emparentada conmigo, más de lo que cualquier ser humano podría soportar. Para mí no era un caso cualquiera. Me importaba más que mi propia vida, y pagaría con ella si tuviera que hacerlo.
El tema de la investigación, era el asesinato de mi madre…
Pero bueno, ahora Julien estaba aquí, en Toulouse. Había vuelto por fin. No sabía por cuánto tiempo esta vez, pero tampoco tenía interés por saberlo. Ahora no me parecía importante. En lo único que pensaba ahora, es en que yo estaba mal, y él estaba aquí para consolarme.
La ansiedad me sobrecogió, y mi reacción fue inmediata.
Estallé a llorar sin poder hacer nada por evitarlo…
-Ethan está enfadado conmigo… Mae cree que he perdido la cabeza… Lorraine piensa que hago míos los problemas de mis pacientes… Bastien es un borde… Mi padre dice que soy la vergüenza de mi familia… Y encima han disparado a un hombre delante de mí… y yo no sabía si podría salvarle la vida… casi se muere…
Una vez bajo la protección de los brazos de Julien mis labios empezaron a hablar. Fui sollozando una palabra detrás de otra. Así hasta que él con un gesto cariñoso, me separó de su abrazo, y me obligó a mirarle a los ojos.
Eran grises. Eso todavía lo recordaba.
-Te involucras demasiado, Rowan -me dijo con voz triste –Llevas demasiada pena dentro.
Su mirada también era triste. Se preocupaba por mí y yo lo sabía, pero no podía evitar ser así. Él tenía razón. A veces, o, para que engañarnos, siempre me involucraba demasiado. Quizás porque les cogía cariño a los pacientes o quizás porque me aferraba demasiado a la vida.
Sentí escapar la de mi madre entre mis manos y no asimilaba bien dejar ir otra vida más…
Sea como fuere, no podía ocultar toda la pena que llevaba dentro.
Julien no dejaba de mirarme. Yo estaba como hipnotizada sosteniéndole la mirada. Tan solo un minuto después, tomó mi cara entre sus cálidas manos. Todo con sumo cuidado y mucho cariño.
Antes de que pudiera darme cuenta, ya había comenzado a acercar su rostro al mío, centímetro a centímetro, hasta que sus labios estuvieron a escasos milímetros de los míos. Podía sentir su respiración, mezclándose con la mía, y sin que pudiera mediar palabra, me besó…
Al principio fue un beso dulce.
Un gesto tierno por el que dejarse llevar.
Poco a poco, sus manos comenzaron a enredarse por mi pelo, y ya no eran solo sus labios los que tenían ganas de mí. No. Ahora era su lengua la que buscaba la mía.
Mi corazón tardó un segundo en ponerse de cero a mil. También mi respiración se transformó en un jadeo audible. La suya no se quedó atrás. Y lo que comenzó como algo tierno, se transformó en deseo.
Julien había convertido su abrazo en una trampa. Me aprisionaba fuertemente. Yo en vez de ofrecer resistencia, me apretaba también contra su cuerpo. Quería más, y más y mucho más de aquello.
Había estado demasiado tiempo sin él…
Llevaba a cuestas un día demasiado duro. Todo se había complicado sobremanera. Mi mente necesitaba descargar adrenalina, y mi cuerpo una distracción placentera.
Se me ocurrían varias opciones, pero Julien se apartó. Tenía la respiración sofocada. Se notaba que le había supuesto un enorme esfuerzo separarse de mí, pero aún así, lo hizo.
-Esta noche me quedaré contigo… -me susurró.
-Entonces tendrás que cocinar –le contesté desviando el tema sin querer –Me perdí el almuerzo con Andrú y estoy desmayada.
-¿Discusión familiar otra vez?
-Bueno. Está tan acostumbrado a juzgar a la gente, que se permite el privilegio de hacerlo conmigo. Creo que a veces me confunde con algún delincuente.
-Una delincuente preciosa –me sonrió Julien – Creo que debería arrestarte. Sería un placer cumplir cadena perpetua contigo.
Me entraron ganas de abalanzarme sobre él, nuevamente, pero me contuve como pude.
Julien volvió a besarme, pero esta vez en la frente. Luego me guiñó un ojo mientras me brindaba la mejor de sus sonrisas.
Desde que nos conocimos, siempre había procurado cuidar de mí. Era como un ángel de la guarda. Pero ahora el deseo era superior a su afán por protegerme.
A mí me sucedía lo mismo.
Con un suave roce de sus dedos en mi mejilla, se despidió, y desapareció igual de rápido que había aparecido.
Después de que Julien se marchara, me volví hacia mi taquilla, y algo más tranquila, abrí la puerta y saqué del interior la ropa que tenía de repuesto, pues mis vaqueros y mi camiseta de por la mañana, estaban inutilizables.
Un pantalón ajustado negro y una camiseta escotada sin mangas del mismo color, componían mi nuevo vestuario.
Me desnudé en un santiamén, y casi más deprisa, ya me había vestido.
Me atusé el cabello hacia atrás, me puse mi bolso negro, cruzado entre los hombros y me pellizqué los pómulos para darle un tono más rosáceo a mi rostro, antes de un blanco sepulcral.
…
Ahora otras urgencias requerían mi atención.
Recordé como me había portado con Ethan en el quirófano y me sentí mal. Sabía que le debía una disculpa. Del mismo modo, creí oportuno tener una conversación con Mae y Lorraine, para que dejasen de preocuparse por mi integridad psicológica. Sin embargo, hoy ya estaba muy cansada.
Había tenido un día de lo más inesperado, y nadie podía negármelo.
Ya hablaría con ellos.
Les invitaría a cenar…
O a salir de copas…
O…
Bueno, ya se me ocurriría algo.