Ya hacía un rato largo que manejaba y charlaba con mi hermano en una ruta de la provincia de Buenos Aires. Campo y cielo, aburridos de, justamente, campo y cielo.
Me avisó que debía bajar la velocidad, pues unos cientos de metros más adelante una curva se caracterizaba por peligrosa. Cabe destacar que mi hermano, Ingeniero trabajó por cuarenta años en la obra pública, y entre otras cosas fue el director técnico de ésta ruta y obviamente la conocía del derecho y el revés.
Efectivamente, más adelante una curva muy cerrada, obligaba a bajar considerablemente la velocidad.
El año pasado se mataron dos tipos en esta curva, se nota que no vieron el cartel que aconsejaba bajar la velocidad, me comentó.
-Pero teniendo tanto campo, no podían hacer la ruta más derecha?
-Solo ves campo, pero alrededor nuestro son todos bañados, lagunas pantanos, etc. Era muy caro, resultaba mas barato poner unos buenos carteles y guardarrail.
-Los carteles los vi, pero del guardarrail, nada.
-No lo pusieron, costaba N Pesos.
-A ver dos vidas son mucho más que N Pesos.
-Si es verdad, más aún por estadísticas se supone que en los próximos tres años, morirán otras tres personas.
-¿?
-Cuando se hizo la ruta, la provincia tenía un presupuesto acotado, no se podía gastar indiscriminadamente …, en realidad como siempre.
-Pero la vida está por encima de cualquier presupuesto.
-Justamente: Se eligió comprar un equipo de terapia intensiva para niños, costó N Pesos. En los últimos tres años se atendieron 15 chicos.
-Pero eso es jugar a ser Dios, el estado decide quien se salva y quien no.
- y ….
-Que imbéciles que no vieron el cartel no?