Jaime Olate Escritor activo
Cantidad de envíos : 2341 Fecha de nacimiento : 17/01/1941 Edad : 83 Localización : Santiago de Chile Fecha de inscripción : 01/08/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: -Escritor con textos DESTACADOS Mención: Lobo ,El Detective. Texto EXCEPCIONAL Premios: 1ºLugar Concurso "Ecología" parte Textos, Octubre de 2010
| Tema: La Noche es Peligrosa para las Damas ( Capítulo 4/4 ) Mar Nov 26, 2019 2:59 pm | |
| La Vida es un Laberinto
Un reloj dio una hermosa melodía y el elegante hombre se puso de pie. –Lo lamento señoritas, tengo una cita con mi socio para tratar temas acerca de nuestra Empresa. Con su permiso me retiro, con la esperanza de volver a verlas. Las acompañó hasta el portón de salida y con rapidez entró a la bella casona, seguramente para prepararse para acudir a la mencionada cita. Subrepticiamente asomó doña María y a través de las rejas les comunicó que don Tulio, el hombre que rescató a Florentina de los asaltantes, no había llegado.
La bella joven no escuchaba el parloteo de su hermana menor, su mente estaba demasiado ocupada en las recientes revelaciones del desconocido vagabundo. ¿Cómo un hombre de aspecto y comportamiento tan gentil podía cometer una falta tan grave como apoderarse de un nombre? Tal vez para cometer un delito … aunque ¿No sería un alcance de nombre, situación muy común en la humanidad? Sacudió su cabeza, mientras musitaba un NO, ante la mirada curiosa de Andrea. Tomó una decisión, le pidió a su hermanita que la acompañara a la plaza cercana donde conoció al tal don Tulio. Quizá lo encontrara cerca de ese lugar.
Detuvo su automóvil en una esquina de la plazuela y buscó entre las personas que transitaban o solazaban allí. Andrea la miraba divertida, pues no evaluaba su gran interés hasta que la vio sobresaltarse y señaló con su índice a un individuo sentado de espaldas a ellas. Al principio no había prestado atención al hombre pues tenía un ajado sombrero que, además, le quedaba algo grande y casi llegaba a sus orejas. Observó sus lujosos zapatos y antes que llegaran a él, supo que era el otro Tulio.
Éste, cuando vio a ambas jóvenes, sonrió y cortésmente se puso de pie. Las jóvenes quedaron paralizadas de asombro, pues ante ellas estaba el dueño de la mansión vestido como un vagabundo. –Señorita Florentina, es un agrado verla nuevamente. Saludó inclinando levemente su cabeza, después de sacarse el viejo sombrero y dejar su desordenado cabello que cubría su frente en la cual se veía su muy visible cicatriz. Con curiosidad miró a Andrea, quien no sabía qué pensar de tan singular situación. –Oh, veo que anda acompañada de una amiga. Mi nombre es Tulio Escobar –nuevamente hizo una inclinación ahora a la hermana menor que no salía de su estupefacción. –Me llamo Andrea, señor –tartamudeó la pobre que no entendía nada de las circunstancias que estaban viviendo. Un taxi se detuvo muy cerca del extraño grupo y descendieron el mayordomo don Carlos y su esposa, doña María. –Hola don Tulio, no ha tomado su desayuno que ya lo tenemos preparado en casa –la voz de don Carlos sonó natural y le indicó el taxi que esperaba. –Oh, qué bien … señoritas les presento a mis empleados … ah, qué cosa digo, les presento a mis amigos que por años me han cuidado. Hizo una gentil inclinación y con un breve “Buen día, señoritas”, se tomó del brazo del anciano y ambos se dirigieron al taxi.
–Es una triste vida que llevamos con este joven –murmuró doña María – Lo hemos cuidado desde los 15 años de edad. “Según el psiquiatra se está recuperando lentamente de su doble personalidad; usted lo conoció en sus peores momentos de amnesia. Don Mauricio, su noble amigo y socio, junto a Carlos, mi marido, trabajan la próspera empresa de importaciones. “Sabemos que le gusta venir a esta pequeña plaza … claro, como esta semana, a veces no llega a casa durante muchos días y mi marido debe asearlo; al día siguiente es otra persona que ustedes ya conocieron… Lo queremos como a un hijo y le agradezco señorita Florentina su presencia en nuestras vidas; nuestro muchacho ha presentado un claro interés en usted”. Se despidió de ambas hermanas casi con un sollozo y ellas observaron como el vehículo se dirigía a la mansión.
La joven sintió que sus ojos se humedecían y que su hermana la abrazaba suavemente; el vehículo de alquiler apenas se veía en dirección a la vivienda del extraño héroe que había tocado su corazón.
ooOoo
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