franckpalaciosgrimaldo Escritor activo
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| Tema: Otra historia que no puedo contar (Parte 3)(Final) Mar Ene 15, 2019 9:05 pm | |
| Esa tarde al salir de la universidad un colega me invito a ir por unas copas, y como me sentía muy angustiado y estresado pues fui con él, tuve mucho cuidado de no decir más de lo necesario pues este amigo no estaba al tanto y conocía a Beatriz. Bebimos unas cuantas copas, y liego nos fuimos a su casa a seguir bebiendo ahí pues ya estaba bastante ebrio y enojado, pensé varias veces en llamarla aunque sabía que en ese estado no era buena idea, pero pronto eso no importó, cuando tome mi taxi para irme a mi edificio pues la vi conectada y le envié un mensaje de audio que termino por hundirme: “Me duele mucho que no me respondas, o sea, yo e que dije que estuvo mal y no es así, tu sabes muy bien que siento por ti, por la pequeña y me duele que no respondas si estas amarga pues discúlpame no? Yo sé que no te gusta que beba y que te hable así, pero de verdad me siento muy mal, espero me entiendas y bueno… te quiero las quiero y nada más, quería decírtelo” luego de eso pues me quede dormido y el taxista me ayudo a entrar a mi casa. Cuando desperté al día siguiente encontré su respuesta, menos mal mi celular se había apagado. “crees que yo tengo que responderte siempre, yo tengo cosas que hacer yo no pensé nada, yo a veces no sé qué tienes o que quieres con nosotras, yo sé muy bien que somos amigos quizá el que no lo sabe eres tú, ya no te preocupes, solo no quiero tener problemas”. Le pregunte si lo del día de la madre seguía en pie y evidentemente me dijo que no, que haría otras cosas ese día, luego de eso me bloqueo, y no pude decirle ya nada. Fueron meses muy complicados. Comencé a beber como no lo hacía desde que me separe de Miriam, Beatriz y yo comenzamos a tener muchos líos pues odia que beba, por mi salud y por mi esperma, ¿Creería que me interesaría eso en ese momento? Me retrase en algunas notas en la universidad, casi me meto en un lio, finalmente pues simplemente acepte que las cosas eran así, y decidí salir de mi depresión, Kim me llamo luego de mucho tiempo y me dijo que estaría en la ciudad unos días para una conferencia que dictaría sobre literatura moderna, muy interesante así que decidí ir y saludarla y bueno porque no contarle lo que había pasado. Conversamos largo y tendido acompañados de una botella de un buen vino, Beatriz no pudo ir por su horario en el hospital, pero le envió un mensaje, eran amigas también, aunque ella era más abierta conmigo. Le conté todo el año, me tome la molestia de ser detallista incluso, mis temores, mis inseguridades y como jugaba con mi mente, ese control que ejercía y la forma tan rara de llevarnos, para ella fue muy claro que ahora estaba más metido aun en un triángulo amoroso que sin llegar a sexo ya estaba mezclando algo más fuerte, las emociones de ambos. Me conto también ella sobre su vida amorosa, la verdad es que le estaba yendo bien, pues siempre veíamos sus fotos en las redes sociales, pero en el fondo, las cosas eran diferentes, pues mi gran amiga estaba teniendo una aventura con un compañero de su trabajo en España. Me sorprendió, porque de verdad pensé que se amaban, y era como que todo lo que se veía de su relación en las reuniones en las cenas, todo era falso, ella tenía un romance, y yo pensaba que mi relación estaba mal, fue sorprendente, no la juzgo, no soy quien, pero si fue algo que me dejó sorprendido, mi amigo su ex pareja había logrado tener una muy estable relación con aquella mujer con la que comenzó a salir, por ese lado creo que el problema siempre fue ella. Cuando le conté a Beatriz, porque se lo tenía que contar no le sorprendió, pues ya sabía algunas cosas de ella, y a ser francos, siempre supe que yo le había gustado en algún punto de la relación, mi error es que siempre trato de ver lo bueno de las personas incluyendo sus actitudes. En fin, esa conversación me sirvió de mucho pues me di cuenta de todo lo que estaba haciendo mal, mis celos por una mujer que no era nada mío, mi dejadez por mi pareja, mi inmadurez, ya había cumplido 36 años y seguía comportándome como un idiota, me sentí bien al reconocer esos errores. Pasaron varios meses y no supe de ella, en la semana del día del padre la profesora de Sara me llamo, pues tenía mi número, me invito a la celebración que harían en el colegio, la verdad le fui sincero, le dije que estaba un poco distanciado de Fernanda y que no sería buena idea acercarme por ahora, ella entendió, pero note algo de pena en sus palabras. en esos tiempos me dedique a mi esposa, la apoye más en su tratamiento, cambie una dieta por mejorar nuestra fertilidad, no entendía como Beatriz no había perdido las esperanzas, yo la verdad trataba de solo apoyarla, la verdad aun no me sentía preparado para eso, pero no el rompería el corazón así. Pasaron las vacaciones de medio año, seguía sin saber de ella, no me había olvidado seria mentir, solo había continuado mi vida, mis clases, mis alumnos, un pequeño viaje con Beatriz, habíamos comenzado a tener la rutina de salir a cenar los viernes liego del trabajo, mientras su horario lo permitía. Ya me había acostumbrado a la nueva sede cuando me cambiaron nuevamente, pues el profesor del campus este Literatura había renunciado y me ofrecieron el puesto, me quedaba menos cerca de casa aun así acepte, un mejor sueldo, mejores horarios y aunque tendría que conducir un poco más me convenía, pronto llegaría el bebé y necesitaría más ingresos, hasta en eso había pensado tanto que hablaba con Beatriz quien estaba segura que antes de acabar el año seriamos padres. Comencé mi nuevo trabajo, con más responsabilidades, nuevos compañeros, me mantuve bastante ocupado, hice buena amistad con una joven que trabajaba conmigo en la escuela de Letras, una profesora nueva, resulta que era la única con la que se podía conversar los demás de alguna forma parecían nunca detenerse, así que en el descanso solíamos beber un café y a la salida pues algunas veces la llevaba hasta cerca de su edificio, pues me quedaba en el camino, no lo hacía yo con ninguna mala intención, aunque no voy a negar que me parecía muy atractiva, se llamaba Leticia, me gustaba su forma tan relajada de hablar y como me hacía reír. Pronto nos conocimos y comenzamos a conversar de todo, nos llegamos a conocer muy bien, incluso me conto pasajes de su vida bastante difíciles, la verdad yo me guardaba lo más resaltante de mi historia, pero cuando me contó de su última relación amorosa pues sentí que debía abrirme un poco más con ella. Quien diría que ella seria quien me ayudaría a tomar una de las decisiones más importantes hasta la fecha. Dado que muchas veces nos quedábamos después de clases a corregir exámenes en la escuela, en el salón de descanso conversábamos mucho y me contaba sus cosas, que estaba saliendo con un muchacho, pero que era algo insegura debido a un problema que le había pasado resulta que había sufrido un engaño de parte de un hombre con el que salió por más de 2 años eso le había afectado mucho, es por eso que había retomado su trabajo después de mucho, había pasado una depresión, me lo conto porque me tenía confianza en sus palabras y bueno soy bueno escuchando. Me costó entonces contarle lo de Fernanda sin que piense que soy una mala persona pues aunque no era una amante, pues si era una relación extraña, tampoco le hable de Miriam o pensaría mal de mí y en todo caso lo de Miriam ya era parte del pasado, aunque se lo mencione como algo que paso y que comenzó como una amistad que se trastorno, porque eso era verdad, no le dije jamás que había engañado a mi esposa. El resto del tiempo nos divertíamos mucho contándonos anécdotas y riéndonos de cualquier cosa, hizo más conllevable mi nuevo trabajo y las responsabilidades, no es raro que cuando le habla de ella a Beatriz se pusiera celosa. Pero no tenía por qué, la verdad Leticia era para mí solo una muy buena amiga. Una amiga que me ayudo a no pensar mucho en mi situación, incluso en esas épocas comencé a escribir nuevamente, esta vez no solo artículos para una revista o algún ensayo para revistas de literatura, sino una novela. Pero como siempre, algo paso que me hizo pensar nuevamente y constantemente en Fernanda. Fue un Viernes, recuerdo. Estaba con unos amigos en una reunión, era el cumpleaños de un colega en la universidad el cual me invitó, fui solo pues Beatriz estaba trabajando en ese horario, igual no quería quedarme mucho y fui por cumplir, pero termine quedándome un poco más de lo que pensé, en fin. Me llamo la profesora de Sara, me sorprendió, porque la verdad desde hacía mucho no me escribía para saludar, “Hola, profesora ¿como esta? Que gusto escucharla” le respondí. “Igualmente, hijo. ¿Cómo estás? ”, “Ahí, profe, tranquilo con mucho trabajo, perdone que no haya ido a visitarla, le prometo que tratare de ir para conversar”. la última vez que fui fue cuando me pidió que le ayudara con un trabajo que estaba haciendo, y necesitaba mi opinión pues es mi área de trabajo, fui con la intención de ver a Fernanda, no lo voy a negar, eso fue hace ya varios meses atrás, luego del problema que tuve con ella, no llegue a verla, y bueno, recuerdo algo interesante, la profesora me comento que Fernanda había estado muy rara en los últimos días, muy triste y enfadada, y que le había contado que yo pronto iba a ser papá, la profesora me felicito incluso, pero le explique que estaba aún en planes con mi esposa, la mirada d Ela profesora fue suficiente para entender que eso le había afectado, ¿me sorprendió? No mucho, pero tampoco era tan falso, con Beatriz estábamos ya más de un año buscando el bebé. Continuando con la llamada de la profe, me invitaba a un festival que habría el domingo en la escuela de la pequeña, y me dijo que habrían juegos y concursos y que le gustaría que fuera, desde ya eso me había parecido algo extraño, soy sincero al decirlo que me tomo un poco darme cuenta, “Claro, me encantaría ir, profe, pero le confirmo por que ando algo ocupado, usted sabe… además pues como usted sabe… ¿Cómo esta Fernanda? Hace tiempo no se de ella, no he podido acercarme” le pregunte, pues me gano las ansias de saber algo de ella, “Ella, pues si está bien, no la he visto mucho la han cambiado de horario” me dijo algo nerviosa. Finalmente le dije que le llamaría si es que puedo ir, pero olvide llamarla y no fui la verdad no quería incomodar a Fernanda, además ese tema lo había dado ya por cerrado. El tema estaba cerrado, pero no había podido dejar de pensar en la llamada de la profesora, y en Fernanda, así que hice algo, le escribí, así es. Con mucho temor, con la seguridad de que no respondería, pero quería que supiera que no me había olvidado de ellas. “Hola, como estas? Pues queria saludarlas para que no pienses que me olvido de mis amigas, espero que estén muy buen, como siempre cuidándose mucho, les mando un abrazo, cuídense”. Así de simple y directo, sin que piense que esperaba una respuesta o algo así. Habrá pasado un día, y entonces me respondió. “Hola, si estamos bien como siempre, y ya me entere que te dio miedo venir el domingo, espero no te olvides que el 25 es un día muy importante.”, cuando leí eso me sorprendí, pues había olvidado totalmente que al día siguiente era el cumpleaños de Sara, la verdad no supe que hacer. Y también me sorprendía que ya había pasado tanto tiempo. “No arrugue — respondí — eso solo que quise evitar incomodidades, y claro que sé que mañana es un día muy importante”. Ella respondió algunas horas después “Seguro, yo fui quien le dijo a la profesora que te llamara, a ver si venias, pero en fin, vamos a hacerle aquí en su colegio una reunión con sus amigos, ¿puedes venir?” me pregunto. “Claro, tu dime a qué hora y yo voy para allá”. Estaba bastante sorprendido y emocionado, a decir verdad, no había imaginado que ella fuera quien le dijo a la profesora que me llamara, lo había pensado quizá vagamente pero no era una posibilidad para mí, me alegro mucho. Finalmente no quedó en nada, pude ir a verlas ese día, el día de cumpleaños de Sara, pues me dijo en un mensaje que su hermana las iba a llevar a comer en la tarde y que sería mejor el lunes que venía, es decir unos cuantos días después, a mí me pareció perfecto pues la verdad así aprovecharía para comprarle algo a Sara, sabía que le gustaban los libros así que era la mejor alternativa. Me dijo que la viera cerca de las 4 en el parque que estaba a unas calles de su edificio, que la acompañara a buscar otro edificio pues donde estaba habían subido los costos y no le convenía, acepte de muy buena gana. Recuerdo que fue un día lleno de emociones, muchas en serio. Iré por pates, Leticia me había contado hace muy poco que había tenido comunicación con su ex pareja, aquel que había sido muy importante para ella y el cual la había engañado y lastimado, algo que ella no había superado y que la había llevado a una depresión terrible, pues aquel día, ella me llamó junto cuando estaba con Fernanda. Esa noche también al regresar a casa me encontré con Beatriz llorando, sosteniendo en sus manos el análisis de embarazo que se había hecho el día anterior, llegue algo tarde a casa, pues había estado con Fernanda, la verdad de solo verla me imaginaba lo que había pasado. En la mañana pues estuve muy emocionado casi se notó mi distracción en mis clases, la verdad es que hasta Leticia se percató, pero hasta ahí no le había contado nada a ella acerca de Fernanda, solo me remitía a contarle ciertas cosas de mi día a día y con Beatriz, esa mañana le conté que había recibido un mensaje de una amiga que no veía hace mucho y que iría a verla en la tarde, no le dije más detalles, ella se notaba afligida, callada, incluso había dejado caer algunas cosas del escritorio, entonces me contó lo que había pasado, su ex pareja se casaba el fin de semana, y le había enviado una invitación por correo, y ella respondió pensando que lo había superado, pero no fue así, me conto que eso le había abierto la herida que supuso serrada, lo cual la había desmoronado nuevamente. Trate de aconsejarla, le dije que no debía permitir que eso la siguiera perturbando, pues ya había desaprovechado una buena relación con un chico que la estaba enamorando por temores e inseguridades, entonces fuimos a almorzar juntos y trate de animarla, supuse estaría bien, pero no fue así. Me despedí de ella a las 2 aproximadamente, seguía algo cabizbaja, le dije que me llamara si se sentía mal, ella asintió, en ese instante también me llamo Beatriz, me dijo que iría a recoger los análisis de embarazo que se había hecho pues tuvo un retraso ella estaba muy emocionada, le dije que saldría tarde de la universidad, así que aproximadamente a las 8 estaría en casa, calculando la hora pues a las 3 tenía que ver a Fernanda en un parque a unas calles de su edificio. Entonces me dirigí donde habíamos quedado, estaba muy nerviosos, pues la verdad no sabía cómo iba a reaccionar ella, o que me diría, tenía en mis manos el regalo de Sara, lo había comprado en el centro comercial, eran unos libros nuevos que habían salido seguro alguno le gustaba. Finalmente llegó la vi a lo lejos y le di el alcance. Salude a Sara por su cumpleaños, le di su regalo y la vi algo distante, no me sorprendió pues había pasado mucho desde que me había visto, igualmente salude a Fernanda ella también estaba algo seria, eso al comienzo. Casi sin decir mucho comenzamos a buscar nuevos apartamentos, por la zona, hablamos de como habíamos estado, le conté de mi trabajo, me conto de ella, que había dejado de trabajar en el colegio dando clases de pintura, había comenzado a trabajar en una galería medio turno en las mañanas, lo que redujo sus ingresos, poco a poco comenzó a reír de algunas cosas que decía, al igual que Sara comenzaba a hablarme más, preguntarme cosas, jugar conmigo, reír. Pronto entramos en confianza, habremos caminado unos 40 minutos y pues les dije que les invitaba algo para beber, quizá un jugo o un licuado, así que entramos a una jugueria que había en una calle. La pequeña pidió un trozo de pastel de zanahoria y ella un jugo helado, yo solo agua la verdad no tenía estomago para nada más, estaba muy nervioso, fue ahí donde conversamos y de algún modo todo se solucionó. Me conto que estaba esperando a que fuera el domingo pasado al festival del colegio, pero que no fui que me acobarde, lo dijo con ironía, le explique que era por evitar incomodarla, pero no entendió, o no quiso entender, le gustaba pensar que yo le tenía miedo, lo que no era muy falso. Reímos, conversamos, me puso nervioso con su mirada unas cuantas veces algo que ella disfrutaba, pues sabia el poder que ejercía sobre mis emociones, pero hasta ahí solamente, era un juego entre ambos. Salimos de la jugueria y la pequeña nos tomó de la mano para cruzar la pista, esos me hizo sentir algo especial, pero a la vez un sentimiento de nostalgia. Así caminamos unas calles. “Vamos al parque, mama”, dijo la pequeña mirándome, “Quieres que vayamos con él”, le respondió, la niña asintió. Me pregunto hasta que hora tendría tiempo, le respondí que no había problema tenía todo el tiempo del mundo. Llegamos al parque donde solía llevar a su niña, un parque lleno de otros pequeños corriendo y jugando, a penas llegamos la niña salió corriendo a jugar con algunos niños que estaban ahí, Fernanda y yo nos sentamos en una banca del parque, en un principio en silencio, luego comenzamos a hablar de cualquier cosa, me contó que había estado saliendo con sus amigas, me conto de un chico que la molestaba, lo hizo estoy seguro para ver si aún causaba en mi alguna reacción, la verdad no le di gusto. Ahí sucedió algo interesante que quizá fue una premonición de lo que pasaría. Le mencione que iba a ser papá, y que quizá ahora vaya a entenderla mejor, y eso basto para que su actitud cambiara, se sorprendió tanto, “¿Vas a ser papá?” me pregunto con sorpresa pero a la vez decepción o algo de desagrado, “Asu, ¿y qué haces aquí entonces?”, pregunto, “Pues vine a visitar a mi amiga”, le respondí. “Deberías estar cuidado a tu esposa en vez de estar aquí”, me dijo mirando al espacio, se le notaba indignada. “Tranquila, mi esposa puede cuidarse sola”, “No pues, no… asu, … ”, repitió eso un par de veces. “Es, broma, tranquila aún no hemos podido tener un bebé, estamos en tratamiento, pero parece no funcionar”, le explique, su expresión cambio. “Bueno, bueno – Le dije — ¿eso quiere decir que el día que sea papá, ya no voy a poder visitarte?”, “Pues no, se supone que ya las cosas son diferentes y tendrías que encargarte de tu hijo así, eso es lo que yo pienso”, me respondió. Reí y seguimos conversando, le cambie el tema, pero eso me dijo mucho, me hizo pensar que ella mantenía una cierta esperanza o que sabía que el hecho de que yo sea casado, pero no tenga hijos, me mantenía de alguna forma unido a ellas, y que el día que sea papá pues cambiaria, quizá tenía esperanzas, recuerdo que me había mencionado algo así, con un tono de tristeza, que cuando sea papá ojala no me olvide de Sara, eso me escribió una de esas salidas que fueron tan memorables. Ya con otra actitud comencé a notar que se acercaba más a mi mientras hablaba, yo la conocía lo suficiente para saber que deseaba un abrazo, así que le facilite las cosas y alce mis brazos para que ella se me acercara, y así fue se me acerco y me rodeo con sus brazos, juro que sentí en ese instante tantas cosas bellas, tantas emociones que me quede paralizado. “Ya no te voy a dejar ir”, me dijo susurrándome. “ojala pues…”, respondí. Luego de eso nos separamos porque sonó mi celular, el cual por estar distraído casi todo el día olvide cargar en el almuerzo, y estaba con solo 5%, se trataba de Leticia, me estaba enviando muchos mensajes, me pareció extraño, Fernanda se puso de pie y fue a ver a Sara quien se estaba sacando un zapato, y yo fui tras ella mientras le llamaba a Leticia, pues sus mensajes me alarmaron. Me dijo que se sentía hasta la mierda, literalmente así me dijo, que ya no podía sentirse peor, que había vuelto a tener pensamientos muy terribles, yo no sabía que pasaría lo que sucedió después, de lo contrario hubiera ido a buscarla, le dije que se tranquilizara, me pregunto si podía conversar con ella, y le dije que en este momento mi celular estaba por apagarse y no estaba en mi apartamento, le dije que apenas llegara la llamaría. Me dijo que estaba bien, me cortó, proveche para mensajearle a Beatriz que llegaría un poco tarde pues ya eran cerca de las 7 de la noche, el mensaje no llego pues se me apagó el cel. Que mede muy pensativo por Leticia, me senté en el parque y espere a que viviera Fernanda. “¿paso algo?” me pregunto sentándose a mi lado, le dije que una amiga estaba teniendo algunos problemas y que se sentía muy mal, sabía que le incomodaba que tuviera el teléfono cuando ella estaba conmigo así que le dije que no importaba que este momento era de ella. Estuvimos ahí hasta cerca de las 8, jugué con la pequeña, incluso con Fernanda descubrí que era muy cosquillosa, y que no le incomodaba el contacto físico conmigo pues en esos juegos en un instante estuve sobe ella, y si bien intercambiamos miradas en silencio y pude notar como su mirada se posaba en mis labios como invitando al beso, no se dio, no me sentí listo, no quería que ella pensara mal, aparte de eso habían muchas personas viéndonos. Incluso jugamos a que Sara era mi hija y que tenía que vigilarla, eso salió de sus labios, yo solo le seguía el juego, me gusta esa actitud, a veces pienso que ella me dio muchas señales y que yo era demasiado idiota. En ese reencuentro ella me dejo claras varias cosas, que le gustaba tenerme cerca que no se intimidaba si la tocaba o la abrazaba o si me acercaba lo suficiente, que la idea de que sea el padre de su hija era algo que estaba en su mente, también que mientras yo no sea padre tendría una esperanza y que no quería que me aleje de ella, y que quería que siempre este ahí, algunas cosas las dijo literales, y en su momento de debilidad, cuando la tuve más expuesta y frágil, pero aun así algo en mí se negaba a creerlo. Antes de irme caminamos por la avenida, la pequeña saltando corriendo delante, ella me hablaba de lo que estaba pasando con su hija, que se había estado comportando algo rebelde, yo trate de explicarle que era parte de la edad, y bueno la importancia de que ella tenga normas, y le dé mucho amor, me hablo también de unos alumnos que habían estado molestándola en el colegio, y de su nueva maestra que la había castigado y me dio a entender que quizá podría yo ir a hablarle, eso me pareció interesante, se notaba su intención de verme involucrado. Me abrazo fuertemente de la nada mientras hablaba, suspirando y diciendo mi nombre, y yo le dije entonces que sus abrazos los sentía muy tiernos y que me gustaba verla así, tan linda tan sincera conmigo, ella sonrió. Me acompaño al paradero, nunca había hecho eso ella, hasta hoy me cuenta pensar el porqué de eso, pero no le di importancia, me despedí con un beso de ellas, y le dije que ya nos veríamos pronto. El camino a casa en el bus fue como estar ensimismado, no dejaba de repasar cada pequeña cosa que había pasado esa mágica tarde, la había pasado muy bien, sentí que si no la volvía a ver, al menos había sido una buena forma de verla y resolver los problemas. Llegue a casa cerca de las 9 de la noche, subí rápidamente pues tenía que cargar el celular y ver a Beatriz, quien tenía los resultados seguramente ya, abrí la puerta de mi apartamento rápidamente “Amor, disculpa la tardanza se me murió el celu…”, le dije cuando la veo ahí en el mueble, con lágrimas en los ojos, entonces pensé que nuevamente había fallado y el retraso era por otra razón, se puso de pie y me abrazó, en sus manos tenía los resultados. “Tranquila, amor…”, le dije. “Discúlpame por abrir sola los resultados es que no me aguante” me dijo entre sollozos. “Tanto esfuerzo, mi amor… tanto…”, “Lo sé amor, pero podemos seguir…”, Entonces me lo dijo. “Estoy embarazada…., vamos a ser papás”, juro que me quede en silencio, solo la mire a los ojos y pase saliva, no recuerdo muy bien que dije o que hice, solo recuerdo que la abracé fuerte y pasaron tantas cosas por mi cabeza a la vez. Fue una noticia buena, si, es la verdad habíamos estado buscando el bebé desde hace más de un año, pero a la vez me sentí tan confundido. Esa noche se la paso hablándome de planes para el futuro, de cómo íbamos a ser como padres, de los cuidados que iba a tener, estaba muy emocionada yo solo me mostraba feliz casi no dije una palabra. No es que no quisiera ser padre, pero sabía que eso complicaría mucho las cosas y quizá no me sentía del todo listo, pero jamás se lo diría a Beatriz, después de mucho había logrado lo que tanto deseaba. Con toda la emoción me había olvidado de llamar a Leticia, la llame a la mañana siguiente, de camino a la universidad, no respondió el celular, supuse que estaba camino al trabajo pero no llegó. Pregunte en la recepción si había llamado para decir que estaba enferma, y entonces me dijeron lo que sucedió. Salí corriendo y tome mi auto, todo el camino directo al hospital la intente llamar, pero no respondía, resulta que había intentado suicidarse. Llegue al hospital de catalina y rápidamente busque su habitación, estaba en observación, me dejaron entrar sin problemas, ahí estaba ella, tenía las muñecas vendadas, y una expresión de vergüenza, las lágrimas se le salieron cuando me vio entrar, me fui sobre ella y le di un fuerte abrazo ella me rodeo con sus brazos también “Perdóname, perdóname… debí hablar contigo, perdóname… Dios mío”, “No te preocupes, soy una tonta… soy una tonta, no debí dejar que me afectara…”, me repetía. Me quede con ella casi todo el día, conversando, tratando de animarla, le conté de mi futuro bebé, eso la animo un poco, pero también le conté todo acerca de Fernanda, creo que era el momento y pues de verdad ya necesitaba decírselo a alguien, me aconsejo que terminara con esa relación, porque ahora las cosas serían diferentes me dijo que ella era la prueba de que a veces un engaño hiere muchísimo, y que aún no era tarde. Le prometí que eso se acabaría, la verdad lo estaba pensando seriamente. Me excuse en la universidad, me metí en líos, pero nada que no pudiera solucionar, pues era una emergencia, mantuvimos en absoluto privado lo sucedido con Leticia, solo yo lo supe, en la escuela pensaban que había tenido una deshidratación, es lo que dijimos. Una semana después ella regresó a dar sus clases, obviamente se cuidó de no mostrar sus muñecas. No volví a ver a ver Fernanda hasta varios días después, pues yo que tenía mucho trabajo y tenía que llegar a casa a estar con Beatriz, quien ya estaba planeando la navidad que estaba a menos de un mes, esta vez tenia ánimos para hacer una reunión en casa, así que estábamos planificándolo todo. Hablaba con Fernanda, eso es verdad, pero cosas simples, me contaba cómo estaba, preguntaba por mí, me preguntaba cuando pasaba a verlas para pasar el rato, que la pequeña quería verme, eso me gustaba, me gustaba saber que quería verme, pero por el momento era complicado, así que le dije que la semana entrante estaría ahí, y así fue, me desocupe de algunos trabajos en la universidad para tener libre la tarde, así que la fui a ver. Fuimos a pasear y a cenar, los tres, caminamos mucho para encontrar un bonito lugar, por fin encontramos uno y ahí conversamos de algo que ella no me había contado y por primera vez sentí que me lo contaba no por sacarme celos, sino porque quería que lo supiera. Me contó que había estado saliendo con un muchacho en el tiempo en que me distancie de ella hacia algunos meses, primero me molesto muchísimo, luego simplemente la escuche. Me dijo que un chico que la contacto por las redes sociales le había estado hablando mucho y en ocasiones ellos conversaban y que este chico la había invitado a salir, ella no sabía bien quien era pero tenían amigos en común, él le conto que habían estudiado juntos en el instituto pero que no había sido capaz de hablarle porque era medio tímido, eso llamo su atención, yo solo la escuchaba, y que la estaba invitando a salir, y ella le daba largas, pues no sabía bien quien era, el le hablaba que podían ir con la niña incluso si quería, pues le gustaría conocerla, y eso fue lo que la asustó, pues no lo conocía y ya estaba yendo muy lejos, ella termino bloqueándolo pues le preocupo su insistencia, aunque si era cierto que muchas de sus amigas lo conocían. Me lo conto mientras cenábamos, fue una cena amarga para mi pues como me advirtió, me iba a molestar, le dije que si la volvía a contactar me avisara y lo ponía en su sitio, creo que eso le gustó, lo dije en serio, me preocupó. Y le dije que tenga mucho cuidado con quien hablaba por internet no todos tienen bunas intenciones. Luego de eso me compaña al paradero y nos despedimos, le dije que pronto las vería, aunque de verdad no sabía cuándo seria eso, el camino a casa como siempre fue un repaso de cada palabra y cada emoción sentida. La siguiente vez que la vi fue una semana antes de navidad. Me llamo en la mañana mientras estaba en receso, y me dijo que si me interesaba comprar unos adornos navideños que ella y su amiga habían estado habiendo, de paso le ayudaba para tener algo más de dinero, no lo pensé y le pedí uno de cada uno, eran una especie de coronas navideñas para las puertas, como haría una fiesta en casa fue perfecto. Fui a recogerla la semana de navidad, ella me había citado en el mismo parque que habíamos ido ya algunas veces el que estaba cerca de su edificio, ahí la encontré con la pequeña y me dio las coronas, le pague y me pregunto “¿te vas o tienes tiempo?”, “SI normal, ¿Dónde me vas a llevar?”, le pregunte ella se rio igual que la pequeña y caminamos al parque. Soy sincero la note algo extraña, un poco distante. En un momento, mientras la niña se columpiaba se me acercó y me dio un abrazo, yo la rodee con mis brazos y a los pocos segundos se apartó de mí, “No mejor no, ya me dijeron que mejor no”. Eso me pareció extraño. “¿Quién te dijo que no?”, pregunte, “Seguro tu enamorado”, sonreí. No, me dijo que no, sino que estaba yendo al psicólogo y me dijo que no era bueno. Yo mucho caso no le hice, y la verdad sonríe, “Si eso te dijo por algo será”, le dije, no le redunde en el tema y seguimos conversando, me hablo de la profesora nueva de Sara la cual era algo dura con las niñas, y como eso le estaba molestando y que había pensado en cambiarla. Estuvimos un rato ahí dando vueltas y nos dirigimos al paradero, ella tenía que ir donde su mamá, así que esperamos a que pasara mi bus, eran cerca de las 8 ya, pero entre conversación y risas se pasaban los buses, entonces me contó algo que creo que marco un nuevo distanciamiento, no sé si verlo así, o si solo fue cosa del momento. Me mencionó que a veces salía con su cuñado, el cual alguna vez se le había insinuado, entonces le dije que debía tener cuidado si él ya había mostrado un interés fuera de lo normal, pero ella parecía estar segura que eso ya había pasado, pues lo puso en su lugar, dio a entender que salir con él era como salir conmigo, entonces le dije que no. “Es muy diferente, el alguna vez se te insinuó, yo jamás haría eso, y lo sabes”, “Si, lo sé”, me respondió. Entendí entonces lo que dijo hace poco, sobre que las cosas cambiarían si tendría hijos yo. Menciono que su cuñado tenía hijos, y que estaba separado de su hermana, pero que siempre estaría unida a ella, y que incluso a veces tienen acercamientos por sus hijos, y otra responsabilidad, y que seguían siendo familia. “Entiendo, es por eso que si yo tuviera hijos dices que las cosas cambiarían y no sería igual salir a pasear contigo y así”, ella asintió. Quizá porque pensaba que estaría separando algo más que una relación. Sino una familia. “Pero hay una cosa ahí, es decir, tú y yo siempre hemos sido amigos y siempre hemos de alguna forma salido y pasado bien, así tenga hijos o no, no cambiaría la forma en que te veo o veo a Sara, porque yo jamás te he visto de otra forma, no como tu cuñado, somos muy diferentes, tu siempre fuiste como una hermana para mí”, eso le dije y no le gustó. Se puso de pie y me dijo que ya era tarde y tenía que irse a ver su mamá, así que se despidió, la acompañe al otro lado de la autopista y tomo su autobús, se le notó muy incómoda. El camino a casa fue confuso, no sabía que había pasado. No me hablo durante algunos días, finalmente le escribí para saludarla en navidad y me respondió algo seca, y la verdad estaba algo ocupado con la fiesta en mi casa así que no le di mucha importancia, esa noche la pasamos muy buen con mi familia, algunos amigos cercanos, invite a Leticia pero ella había comenzado a salir con aquel chico que tanto le insistía y decidió darle una oportunidad, aunque yo le había aconsejado que primero se estabilicen sus emociones, igual la apoye, ella paso la navidad en casa de él, con su familia, mientras la pasara bien yo feliz. El tema del bebé lo mantuvimos en absoluto privado, primero queríamos que pasaran los 3 meses de rigor, así que eso hicimos, quizá en marzo o febrero podríamos comunicarlo a la familia, mientras tanto era mantener un buen cuidado de la salud de Beatriz. Comenzaron mis vacaciones, así que tenía mucho tiempo libre en casa, continúe escribiendo y estaba a punto de terminar aquella novela que tanto me había tomado, había cogido mucho de mi realidad para colocar en ella, había sido interesante como en la historia las cosas fluían más rápido y como me hubieran gustado, pero el tema en general era muy distinto, igual a quienes les había mostrado hasta donde iba decían que era muy buena. Era un día antes de año nuevo y había ido al primer piso a visitar a un vecino, su esposa había viajado y estaba solo, ya habíamos conversado unas veces y me invito a ver un partido y beber unas cervezas, aprovechamos que nuestras esposas no estaban, me estaba divirtiendo y entonces me llega un mensaje de Fernanda. “Bien, Salí un rato a pasear con Sara”, me respondía a mi último mensaje hace algunos días. “Qué bueno, — le respondí — a ver qué día las puedo acompañar”, le comente. Tardó en responderme y finalmente me escribió lo siguiente literalmente. “Eres malo, y creo que no es bueno para mí ni para mi hija que nos sigamos viendo :c”, con una carita triste. “Pero yo que te hago, no entiendo, si me explicaras.”, “Yo me entiendo y respeta mi decisión”, “Ok, no te preocupas jamás haría algo para hacerte mal”, “No creo que sea bueno para mi hija esto que está pasando”, me dijo, “te entiendo, pero eso quiere decir que tampoco puedo verte a ti?”, le pregunte evidentemente porque sabía, o me gustaba pensar, que no solo era por la niña, más aun luego de nuestro último encuentro. “Respeta mi decisión, por favor”, “OK”, le respondí. Esa noche seguí bebiendo hasta simplemente tragarme la cólera. Al día siguiente hable con Leticia sobre lo que paso, y me dijo que no era solo por su niña y que evidentemente luego de lo que le había dicho se había dado cuenta de que la situación era muy complicada y se estaban haciendo daño los dos. No la bloque, ella me bloqueo a mí, y hasta ahí por ese momento. Paso el año nuevo, el cual lo pasamos en casa de los vecinos que hicieron una reunión, me sorprendió que nos invitara luego del escándalo de hace cerca de un año quizá más, en fin, fue divertido bailamos, bebimos conversamos, cerca de las 2 de la mañana regresé con Beatriz a casa a descansar, en su estado era mejor guardar energías y no exagerar. En esas fechas, comienzo del año Beatriz estaba muy feliz, su ánimo había cambiado bastante, comenzaba a tener antojos y demás características del embarazo, yo trataba de complacerla en lo que podía, estábamos esperando a los 3 meses para que cambie su horario a uno de mañana o tarde al menos, pues por seguridad era mejor que este en casa en las noches. En esas fechas conversaba mucho con Leticia por mensajes pues estábamos de vacaciones, y ella había sido movida a otra cede así que no la vería hasta que vaya a visitarla, lo que se me complicaba porque estaba trabajando para la revista ahora tenía que enviar 3 artículos semanales, aparte seguía escribiendo mi novela, su todo salía bien podría publicarla a mediados del año que iniciaba y pues ella estaba trabajando en un diario como redactora y a la vez pues tendría que dar clases, lo que la mantenía entretenida, pues su nueva relación no estaba yéndole del todo bien. Había desarrollado una dependencia emocional con aquel muchacho que aunque en un principio parecía muy bueno al ver la necesidad de afecto de Leticia creo que la había dado por sentado, y eso estaba causando que fuera algo distante o pierda el interés, de vez en cuando me llamaba en la madrugada con unas pequeñas crisis y temores, yo no demoraba en responderle y si era posible escucharla yoda la noche hasta que se sintiera mejor. Entro el mes de febrero y todo parecía tranquilo, aunque la verdad es que la rutina me estaba cansando un poco, había dejado de escribir mi novela, me había dedicado más a los artículos y pues había comenzado a beber nuevamente, a veces en las tarde antes que llegara Beatriz dejaba todo limpia, me daba vergüenza, no quería que pensara que estaba estresado pues ella sabía que solo bajo estrés comienzo a beber solo. Entonces me di cuenta de algo revisando mi teléfono, mis conversaciones antiguas, Fernanda me había desbloqueado. Me pareció extraño, desde hacía casi un mes pensé que estaba bloqueado y había respetado el no hablarle y así lo hice, no le dije nada. Pero un día más tarde, mientras estaba viendo una película en mi sala, me suena el celular, era un mensaje de ella, me di cuenta pues ella tiene un sonido diferente configurado, era un audio, es decir un mensaje de voz. “Hola, tío, ¿Cómo estás?”, era Sara. Quede muy sorprendido. “Hola, linda, como estas? Yo estoy bien ahí pasando las vacaciones un poco aburrido y tú? Estas divirtiéndote seguro aprendiendo algo nuevo”, le respondí algunos minutos después. No paso mucho y me respondió: “Hola, estoy bien estoy aprendiendo a nadar y estoy terminando los libros que me diste”, me alegro saber de ella. “Qué bueno, linda, me alegra que te estés divirtiendo, más bien no vaya a amargar tu mami, si? Siempre hazle caso y cuídala mucho ya podre ir a visitarte”, se lo dije de buena fe aunque no sabía si eso pasaría. Luego de eso no me respondió, solo me envió caritas de animalitos, pasteles, y fotos con mensajes bonitos, yo le respondía igual, esa fue la dinámica durante bastante tiempo. Sabía que era imposible que Fernanda no supiera que Sara cogía el celular, pues siempre estaba cerca de ella. Fernanda me respondió en una ocasión, seguía algo distante, me saludo y me dijo que no se amargaba si le hablaba a Sara, que ella me quería mucho, pero que seguía pensando que no era buena idea que las vea, así que me dijo que simplemente no le dijera que iría o que le dijera que estaba trabajando y no podía ir, le dije que algo me inventaría para no hacerla sentir mal. Leticia me dijo que le parecía extraño, y que parecía que podría estar utilizando a su niña para acercarse a mi nuevamente, sonaba algo maquiavélico, no quise pensarlo, y pues Fernanda me explico cuando retomamos comunicación que Sara le pedía el celular y que quería saludarme y por eso me desbloqueo, y tenía sentido pues muchas veces intercambiábamos audios con Sara muy divertidos me contaba de sus clases de verano donde la habían matriculado, me mandaba canciones cantadas por ella o que sonaban en su computadora, etc. Lo que si fue interesante es que cuando poco a poco comencé a hablar más con Fernanda, Sara dejo de enviarme audios. La comunicación con Fernanda se retomó de la nada, simplemente me comenzó a preguntar sobre la universidad, pues me dijo que estaba pensando en estudiar nuevamente, y que dado que yo trabajaba en una podría informarla. Así que por ahí comenzamos a hablar. Esa fue la primera conversación que tuvimos ese mes, fue muy larga y me pareció que después de mucho podíamos hablar con calma y sentir que necesitaba de mi apoyo más que solo conversaciones superficiales y graciosas. Los días siguientes siempre encontraba mensajes de ella, preguntándome como estaba, que hacía, que si había oído tal canción, yo le preguntaba sobre la pequeña, sobre ella, mayormente me hablaba en las noches, porque su trabajo la tenía ocupada en las tardes, así que muchas veces nos quedábamos hablando largas horas en la madrugada, como yo me quedaba en la computadora en mi sala, Beatriz dormía tranquilamente, si se despertaba pues simplemente podía verla desde mi escritorio y no pasaba nada. Recuerdo que una noche me amanecí con ella hablando de cualquier cosa, comenzamos hablando de su miedo a las películas de terror, luego de mi temor a nadar y pues reímos, nos bromeamos, recordamos algunas cosas, siempre con un toque a doble sentido bromeaba con estar a mi lado, aparecerse en mi casa como un fantasma, retomamos nuestra lucha de egos, quien estaba más enamorado o se sentía más atraído por el otro, no me dejaría ganar, y ella siempre con esa seguridad de que yo estaba muy enamorado de ella, pude haberle desarmado todo con solo mencionar a mi esposa y a mi futuro hijo, pero no lo hice, solo jugaba a molestarme cuando me mencionaba a sus amigos del trabajo, la verdad ya me había demostrado muchas cosas como para no caer en sus juegos, pero con ella soy medio estúpido. También hablamos de nuestros sentimientos, me dijo que me quería, le dije que yo la quería también y que ella tenía un encanto que no podía entender, eso le gustaba, le gustaba que le dijera esas cosas bonitas, y no mentiré me sentía bien diciéndoselas, tal vez ese era un error, pero en el momento disfrute mucho eso, pues ella me respondía igual, haciéndome sentir muy especial, sin perder claro ese afán de sentirse la mujer dura e independiente, me dijo que le gustaban mis abrazos, y me confeso que habían sido sus amigas las que le dijeron que me apartara de ella y de Sara, no me dijo más, también intercambiamos canciones, evidentemente nos las estábamos dedicando, pero no era necesario ser explícitos. Cerca de las 5 de la mañana tenía que irme a dormir ya, así que nos despedimos, se sintió como si algo faltara, no sé por qué, pero casi siempre luego de pasarla así de bien algo sucede entre nosotros, creo que ya estaba condicionado, en fin al final paso así. El día siguiente casi no me escribió, solo coloco una fotografía en sus redes sociales, que hasta el día de hoy pienso que fue una indirecta, era la letra de una canción, una canción que me apresure a buscar, y que básicamente hablaba de un amor imposible, donde ella y el no podían verse como una familia o con un futuro, creo que fue una indirecta bien directa. Luego de eso simplemente no me hablo algunos días, hasta que finalmente me escribe un día sábado, me encontraba yo hablando con Leticia, pues ella había estado teniendo problemas con su pareja, aquel muchacho que parecía no darle su lugar, me conto que él había salido con una amiga cuando le dijo a ella que estaba en casa, un drama total y estaba acompañándola pues tenía miedo que hiciera alguna tontería, ella me prometió que no sucedería pero quería estar seguro. Su mensaje me llegó y me sorprendió, me envió unas fotos de Sara estaba jugando en el parque de la otra vez, “Que linda, es una belleza, cada día más grandota”, le respondí. “Me dijo que esa quería que te mandara”, era obvio que la idea salió de Fernanda, “Pues que linda, me hubiera gustado estar ahí con ustedes, chicas”, le dije. Su respuesta fue concreta y por primera vez me hizo entender lo que pasaba por su cabeza, no sé por qué lo dijo, pero sí que lo tenía que decir. “no sería buena idea, no quiero recaer, yo me entiendo…, me gustaría que estuvieras aquí, pero yo sé que si pasa eso, y volvemos a lo mismo no voy a dejarte ir”, coloco algunas caras de tristeza y no me dijo más, decidí pensar muy bien que le diría. Le mostré los mensajes a Leticia y eso ayudo a que se distrajera también, me ayudo a entender y a aclarar mis dudas. No le respondí en ese instante, le respondí al día siguiente. “Me gustaría verte en persona, tengo algo que decirte”. “Claro, puedo saliendo de mi trabajo, a las 7 al frente del estudio, mi hija se quedara con mi mamá.” “Muy bien, ahí te veo, un beso, preciosa” Me envió una carita con un beso y ahí quedó, espere todo el día hasta que la pueda ver en la noche, le invente a Beatriz que iría a comprar algunas cosas al centro de la ciudad, no pareció sospechar pues estaba muy tranquilo en esas fechas. Coincidentemente ese mismo día, y por mis consejos, Leticia decidió terminar su relación y buscar ayuda profesional, así lo hizo. Solo faltaba yo, tenía que seguir su consejo, dejarle las cosas claras a Fernanda y alejarme de ella. 7 de la noche, la espere en la plaza cerca de su trabajo, la vi venir y estaba realmente muy nervioso, sabía que esa noche no acabaría muy bien, pero estaba dispuesto, esperaba que me saliera con alguna cosa, algo que me dé pie a convencerme, pero al contrario, me dio un fuerte abrazo que sentí hasta mis huesos. “Hola, como has estado, te extrañe”, le dije. Fuimos a caminar por ahí, bromeamos, buscaba el momento preciso pero era difícil, luego de un buen rato encontré una forma de poder terminar la situación. Me comenzó a bromear sobre un amigo de su trabajo y sobre que me ponía celoso, yo le dije que no era así, siguió bromeándome y subiendo el tono de sus bromas a algo más incluso sexual, insinuaciones que daban a entender que yo quería algo más con ella, y que ella también, peor todo en el plano de lo subjetivo, aunque su lenguaje corporal y sus miradas me decían siempre otra cosa. Finalmente le dije que nos sentáramos, me preguntó si pasaba algo, pues estaba medio raro y se notaba. Respire profundamente y le dije que quería decirle algo. “No te abras enamorado de mí, ¿verdad?”, dijo sonriendo. Fue lo que necesitaba entonces. “Eso te encantaría, lo repites mucho”, le dije, como ultima broma. Y entonces fui serio. “Fernanda, tu y yo somos amigos, no tienes que decir esas cosas sabes muy bien que te quiero y que hemos hablado muchas cosas, y que algunas no era necesario aclarar que eran broma, aunque muchas fueron reales, las dije de corazón. No tienes que recordarme que no debo enamorarme de ti, porque no va a pasar, amo a mi esposa, y voy a tener un hijo con ella, tiene 3 meses de embarazo”. Se quedó en silencio, y sonrió unas veces. Se notó su incomodidad. “No sé porque me dices eso, yo sé que yodo lo que hablamos es broma… yo no coquetearía con un hombre casado… no, no necesito eso… yo más bien que bueno que vas a ser papá, no necesitas aclararme nada, yo no me confundí nunca”. Me dijo eso balbuceando, la escucharlo fue difícil, sabía que lo decía por no quedar mal, lo decía porque era su única forma de defenderse, y porque jamás aceptaría que le dolió, o que le estaba rompiendo el corazón. “Bueno, felicita a Beatriz, seguro va a ser un bebe muy lindo y ella una buena mamá, sé que lo cuidara muchísimo — sonrió nerviosa —, creo que debo irme, mi mamá me dijo hasta las 9 y son las 8:30”, eso me dijo y yo no le puse excusas. Se puso de pie y le dije “Ok, te veré otro día, salúdame a Sara, la extraño mucho”, asintió me dio un abrazo y se fue. Regrese a casa en silencio repasando lo sucedido, sentía que había hecho lo correcto, pero sentí que le había roto el corazón, nunca me lo diría, pero así fue. Lo sé porque me lo había roto yo también. Regresé a casa y estaba Beatriz ahí, me pregunto que había comprado, le dije que no encontré lo que buscaba. Me sonrió y me dio un abrazo, “Te extrañamos”, me dijo acariciando su barriga, sonreí y le di un beso, “Igual yo, mi amor”. Al día siguiente me llegó un mensaje de Fernanda y me di cuenta que me bloqueo nuevamente, “Yo tampoco confundí nada, y no aceptare algo que no paso por mi cabeza, si hubiera querido algo contigo, hubiera sido hace mucho, no te preocupes, mi hija y yo estaremos muy bien. Adiós.” Leticia me dijo que era mejor así, que la bloqueara también yo, y que si me volvía a hablar, lo que era bastante difícil ahora. Hasta el día de hoy cuando me despierto en las mañanas o me amanezco escribiendo, escucho una canción, o simplemente veo que hay un mensaje nuevo en mi celular pienso que puede ser ella o Sara, pues no mentiré las sigo extrañando, pero no más de lo que amo a mi mujer y a mi hija, a la que llame Regina, que era el nombre por el que llamaba a Fernanda cuando no sabía cómo se llamaba. FIN. 19 de febrero de 2018 Franck Palacios Grimaldo
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