FANTASMAS DE MI BARRIO

Fantasmas de mi Barrio

La soledad me invita a caminar, me lleva del hombro por la calle del tiempo ido.

Fantasmas mirones nos espían desde las ventanas perfumadas de malvones.

Todo está estático y silencioso.  Hay palomas de cemento en las cornisas y un gato que duerme en el umbral custodio indiferente  del misterio que se oculta en las sombras del zaguán.

Los fantasmas mirones nos siguen sigilosos, se trepan por las rejas de una casona que se levanta delante de nosotros como un gigante.

El silencio se rompe de repente en una ochava.  Sopla el viento un lamento profundo que intenta meterse en el alma como un reclamo. Barre el empedrado y sacude paraísos para perderse luego en una esquina cualquiera.

Los fantasmas mirones están ahora ocultos entre el follaje de eucaliptus que lindan la avenida. Nos observan curiosos, esperan el momento que decidamos irnos del tiempo ido para poder sentir la libertad del ayer que es sólo de ellos.

Excelente, me hiciste recordar y recorrer mi barrio, aquella lejana juventud.

Gracias Beto, Gracias Jaime. Abrazo

Fantasmas que intentan causar temor o tristeza. Nostalgia que nos llevó a ver el paisaje como si realmente estuviéramos ahí. Muy bueno.
Nilda

Ricardo magníficas letras, lograste que también recorriera esas calles y con sigilo sintiera la mirada de esos fantasmas que aún sobreviven.

Felicidades.

Fantasmas en la mente
Fantasmas del recuerdo que oscilan en las noches silentes.
Fantasmas en el tiempo que avanza aceleradamente.
Fantasmas de los nuestros que ya se fueron a otras dimensiones.
Fantasmas de los que viven en este mundo pero perdidos en las depresiones.
Fantasmas de los cuentos de camino reviviendo el folclore
Fantasmas de mis propias sombras apegadas a mis espaldas.
Un gusto leerte.