La bruja del barrio

Todos pasaban por la calle y observaban la cola de personas frente a su puerta. Los que ya sabían comentaban en voz baja: “es que ahí vive Regina pero hay que pedirle cita”.
Juanita estaba enamorada hasta los tuétanos. Eso no lo podía ocultar… Brillaba de vez en cuando y hasta con luz propia. Sin embargo un buen día su mejor amiga le contó que había visto a Tomasito del brazo de otra mujer. Y ambas lloraron juntas. Una mañana muy temprano llegaron las dos a la puerta de Regina para hacer cola. Juanita se escondía detrás de su amiga por si algún conocido pasaba y la veía ahí. Después de tres horas de cola logró por fin su cita. El corazón le latía con fuerza cuando se sentó frente a Regina. Miró de soslayo todo lo que había en el cuarto: un mantel rojo encima de una desvencijada mesa, un mazo de cartas sucias de diferente índole, unas velas prendidas, un vaso con agua. De pronto se encontró con la mirada penetrante de Regina a la vez que le preguntaba:
— ¿Por qué has venido? —
Tímidamente le dijo que se había dado cuenta que su novio andaba con otra mujer. Entonces Regina le dijo que no cruzara las piernas mientras con sus manos barajaba las cartas y entregándoselas a Juanita le dijo que las partiera en tres montoncitos.
Regina nombró los tres montoncitos: pasado, presente y futuro.
Al cabo de 15 minutos Juanita estaba afuera con su amiga acompañante.
— ¿Qué te dijo?, preguntó su amiga.
—Que no me preocupe que él vuelve donde mi— dijo con voz alegre.
Mostrándole un listado dijo que tenía que llevarle a Regina todo eso porque iba arreglar a Tomasito y le mostró un frasco con un polvo blanco que tenía que tomar ella. El dinero para cancelarle el tratamiento se lo pagaría después. Lo importante ahora era llevarle todo el pedido.
Días después Juanita y su amiga se encontraron de nuevo. Esta le preguntó como iba con el tratamiento que le había dado la bruja para que Tomasito volviera.
Juanita muy contenta le dijo que justamente la noche anterior él había regresado pero ella no estaba. Y saltaba de la alegría mientras su amiga reía picaronamente.
Tres días después Juanita fue hospitalizada con diarrea y fiebre muy alta mientras el médico le diagnosticó infección estomacal. Ella muy callada no dijo que desde que había tomado la preparación de la bruja se sentía mal.
Cuando volvió a su casa estaba esperándola Tomasito para devolverle las tarjetas y todos los recuerdos que le había dado ella. No entendía que sucedía, si Regina le había dicho que él volvería…
Juanita regresó donde la bruja a contarle que Tomasito le había dado la voladora y que ella había estado hospitalizada. Entonces la bruja le dijo:
—Es que usted solo me trajo las cosas pero no me ha cancelado el tratamiento, entonces ¿cómo quiere que las cosas le resulten bien?—.

Jaja, lindo el texto Ethel, ja y me acordé de algunas cosas que pasaron por mis pagos, no a mi,pero si a un cercano, casí igual, ja...bueno, hay de todo no, hay unas brujitas que son muy acertadas y otras que bueno, se aprovechan no mas, pobre Lupita, sin Tomacito y con diarrea, nada de buena suerte con las brujis...

Agil tu relato, con sencillez y logras que uno quede pendiente todo el rato del desenlace, la verdad que me encanto...y aun me río, ja...

Besos,

Ignacio

Gracias Nachito... muy amable y veo tu picardía desde aquí....

JA JA ,BIEN CHANTA LA BRUJA JA JA JA,AQUI EN URUGUAY HAY MUCHAS DE ESAS JA JA.
MUY BUENO TU CUENTO.

Muy buena historia compañera, bien llevada y con una ironia muy suspicaz.
Lamentablemente pululan este tipo de personajes , brujas, adivinas, pay y demás que juegan con la necesidad de las personas.
Aquí en mi barrio, he visto a varios salir de pobres gracias a su facilidad de embaucar a las personas.
Son estos personajes, quiene a lo largo de la historia han logrado desvirtuar todo lo referente a la magia, la adivinación y la hechiceria.
Exceelente historia compañera.


Que las hadas y brujas te acompañen.

Pero fíjate que la mayoría de ellas sobre todo las de barrios medios viven pobres! Y si es cierto, toda esta proliferación de personas chantajistas han desvirtuado y ridiculizado un don muy nato en algunas personas.

Gracias...