Fantasma de ladrillos

Fantasma de ladrillos  

Casa de mi niñez, fantasma de ladrillos que permanece inalterable en el recuerdo.

Perfume de malvones, galería de baldosas rotas, canto de jilgueros y gorriones que adormecen la siesta.

Un alero de chapa donde duerme un gato a la sombra de la higuera que curiosa se asoma por encima del techo.

Una canilla que gotea incesante en la pileta del patio. Oasis de sedientas abejas que danzan en vuelo alrededor.

Adentro, en la cocina, silva la pava para el mate. Olor a pan de ayer tostándose espera el dulce de tomate que preparo mi vieja.

Fantasma de ladrillos que no está y está en todas partes acompañando al alma.

Como si estuviésemos allí. Contigo, en la nuestra, en la niñez universal, cuando descubrimos la alegría de estar vivos.

Muy lindo y extremadamente visual, me gustó!!

Es la magia que tienen los recuerdos, permaneces como si fuera hoy, son tan nítidos.
Nilda

Recuerdos de la infancia, que se mantienen inalterables con el tiempo, aunque la casa no este, hasta los aromas nos persiguen de por vida o simplemente un momento, algo, detalles, etcetera...

Son tantas cosas las que se vienen a la mente al leer tu relato, que efectivamente, aunque no esté esa casa físicamente, estará siempre en nuestra alma y pensamiento...

Saludos,

Ignacio

El recorrido por los recuerdos representados en imágenes son besitos para el alma. Me llegó el olor a pan de ayer tostándose, qué rico.

Felicidades

Recuerdos de la niñez que solemos tener los que ya pasamos los cincuenta. El piso de baldosa, el malvón, la pajarera, y en el mejor de los casas .la abuela baldeando para que esté más fresco. Gracias Cocho por retrotraernos a esos años en lo que lo único que se podía ser, era: SER FELIZ.