Esos Días que Pasaron

Esos Días que Pasaron

Los días de mi vida que pasaron con destino desconocido tenían un propósito, no se perdieron en el infinito como suponía, no pasaron a ser parte de la nada, de un pasado que sólo viviría en el recuerdo del último ser que pudo recordar, no señor.

Ellos tenían un propósito, fueron para adelante en el tiempo, se adelantaron a mi existencia para construir un puente donde mi sangre corriera en otro flujo que no fuese las venas de mis hijos.

Fueron llevando mis sueños y mis ansias a nuevos retoños  y así compartir con ellos un amor insuperable, un amor donde la experiencia de los abuelos se mezcla con la inocencia de los nietos, amor que construye historias de hadas, duendes, aventuras, risas, vuelos en hamacas, y carreras al viento.

Hoy aprendí que la vida no sabe de retrocesos, la vida no pasa, va para adelante, porque como dije… la vida no sabe de retrocesos.

Muy lindo.
Abrazo,
José

Sin duda, creo que los días no se pierden, construyen. Qué lindo texto.
Nilda