¿No me gusta tu actitud?

Últimamente no me gusta tu actitud, dijo. No entendía muy bien a que se refería. Pero aún así supuse que se trataba de la reorganización interior que estaba haciendo con mi vida. No es fácil pensar qué hacer cuando te quedás sin trabajo porque te sobra tiempo y te falta paciencia.
Siento que llueve y que el techo no impide que me moje, es una sensación bastante desagradable.
No es que hiciera falta mi sueldo para la casa, por supuesto hay que gastar menos, pero es como si tuviera una falta de compromiso hacia mi hogar. Ahora, que por fin podía ocuparme de hacer cosas que antes no podía y por eso me quejaba, ya me pasaron las ganas. No quiero ocupar mi tiempo en esas cosas, poner en práctica las recetas de cocinas que colecciono hace años, mejorar la decoración de las habitaciones, ir al cine y a otros lugares que creía placentero o interesante, ya no están en mi lista de pendientes. Y lo peor de todo es que no puedo culpar al exceso de trabajo.
Otra cosa que me impide encontrar excusas es que no hay chicos a quienes cuidar, ya se fueron, el mayor se fue a estudiar a Buenos Aires y con el tiempo formó su familia y allí sigue. La menor, bueno, eso de menor es relativo, ya tiene 23 años, decidió viajar a Italia aprovechando algunas oportunidades que le ofrecían. Afortunadamente le va muy bien. Nos invitó a visitarla a fin de año, para las fiestas.
Ahora escucho “Ultimamente no me gusta tu actitud” y me siento en el borde de la cama. La verdad es que el colchón ya está pidiendo retorno, no estoy cómoda. Me levanto, camino y sigo pensando. ¿Qué actitud? ¿No será que la ruptura de esa costumbre de vernos poco tiempo por día complica un poco las cosas?
En fin, tendremos que hablarlo, pensé. Cuando él vuelva hablaremos. La televisión pasa un video y escucho con atención la letra de la canción, el subtítulo dice: Balance, Agustín Serrano.
Siento necesidad de recurrir a las fotos, las busco, las encuentro y veo mi vida y la de mi familia en imágenes. Tiene razón Serrano, es bueno tomarnos un recreo, hacer un repaso y ver cómo fuimos transformándonos, que nos queda de aquel que fuimos y que dejamos para tomar cosas nuevas.
La verdad es que la vida avanza y no nos damos cuenta muchas veces que se nos acorta el tiempo, y justamente la actitud que cada uno ponga en juego será la que nos lleve a aprovechar las cosas buenas, o sufrir por lo que nos falta. ¿Cuál será la actitud que no le gusta? Me pregunto y no encuentro una respuesta. Tendré que esperar que hablemos. La ansiedad no es buena.
Mientras voy al lavadero a poner ropa a lavar, no puedo dejar de pensar. En qué momento descubrimos que compartiríamos el resto de nuestras vidas. En qué momento aceptamos que no le daríamos derechos a nuestras diferencias para distanciarnos. Vuelvo a las fotografías, analizo las miradas, reconozco a las personas, muchos ya no están, se han ido por distintos caminos. Qué estaríamos pensando en ese momento? Veo emoción, nerviosismo, alegría.

Mmm... mas que actitudes que no gustan lo que sucede es que se acabo el amor. Cuando hay amor las actitudes no importan, se soporta todo. Pero cuando el amor se acaba, se acaba todo. Lo que veo es falta de valor para decir "ya no te quiero". Por otro lado y a nuestras edades es dificil ser sincero y decirlo abiertamente. Es mas comodo vivir asi, sin amor pero de algun modo acostumbrado el uno al otro.

Leido y disfutado, tu narrativa es muy buena, excelente diria yo. Recibe mi saludo fraterno de siempre.

Postergar las cosas que verdaderamente hacen daño, lleva a la realidad, de que, la costumbre puede más.
saludos Nilda

Excelente, amiga Nilda. Excelente.
Saludos,
José