Variemos nuestra actitud

El tiempo que invertimos en juzgar la personalidad de los demás es el que perdemos para encontrarnos con ellos con otra disposición, más respetuosa, menos prejuiciosa, más hermanada con la sintonía amorosa. A mí no me vale eso de ser amigable con quien "me cae bien" e irrespetuoso, desconsiderado, intolerante y tiranuelo con esos que "me caen mal"; ciertas ambivalencias no me gustan ni un pelo... seamos afables y amigables y neguemos la enemistad incluso para con quien se la ha ganado a pulso pues dice bien poco (y no bueno) de nosotros; la aversión no es sino odio justificado en banales preferencias que pueden no ser ni acertadas ni justas. Comprendo que se pueda permanecer distante con según qué personas, por eso de que puedan resultar dañinas o porque encontremos en la soledad y en el silencio nuestros más firmes y amparadores aliados (el distanciamiento es, en este caso, solo exterior), pero de eso a lo otro dista todo un mundo.



Adanhiel.

Me resulta muy cotidiano, esto de lo que hablas. Es cierto... pero casi por inercia se dan las cosas al contrario de tu loable y elogiable propuesta. Ocurre que cada cual tiene sus propias preferencias en esto de las relaciones humanas. Que como bien sabemos; Harto complejas son.
Nos sucede casi a diario: Gentes que nos espantan y otras que nos atraen, ni que hablar de los que ya vienen con directas intensiones de agredirnos en lo emocional, obvio.
Pues habremos, de todos y para todos. Ahora... Acertadísima tu reflexión: Pongamos lo mejor de nosotros. Y hasta diría: Por nuestro bien, aparte.
La Vida toda, es cuestión de actitud. Actitud ésta, que habrá de forjar cotidianamente, lo que vulgarmente llamamos "nuestro destino".

TODO ES CUESTIÓN DE ACTITUD, QUERIDO AMIGO ADANHIEL. ¿VALE?...

¡ABRAZO AL CANTO!

No puedo tener el mismo grado de estima y amistad por unas personas que por otras, con unos sentiré especial afinidad, compromiso, atracción, con otros mi comportamiento será, quizás menos cercano, pero igualmente amigable; los habrá que sean remisos al contacto, a la amistad, o que les resultes de lo más indiferente y, por último, los que te odien cervalmente, para todos ellos hay una manera de reaccionar y comportarse; no se puede tratar a todo el mundo de unísona manera y esperar, además, que deba actuar tan "positivamente" como esperamos que actúe porque cuando obramos de tal forma sobreviene nuestra incomprensiva frustración y el consiguiente enfado, la aversión, el odio... Qué desencantador paisaje, ¿verdad? ¡El que nos pintamos a diario! Cada persona (cada personalidad) merece un capítulo aparte en nuestro trato, habrá caracteres que se nos hagan compatibles y otros que no lo sean en absoluto, pero hemos de aceptar esa heterogeneidad, haciéndolo evitaremos coger ojeriza a nadie; con la gente malvada simplemente tendremos que tomar medidas preventivas una vez que el elemento en cuestión haya demostrado defraudar el inicial voto de confianza que hemos de mantener con todo aquel que se nos acerca o con todo aquel a quien nos acercamos.

Lo más fácil es elaborar nuestra lista de "buenos" y "malos", frecuentando a los unos y evitando a los otros cuando ni siquiera esto es justo pues nuestro criterio puede errar en las ubicaciones... además, la gente cambia, las circunstancias cambian, nosotros cambiamos... el que hoy es amigo mañana puede ser enemigo, y todas esas cosas; pues bien, lo relevante es que NO haya enemigos, o al menos que no nos los creemos nosotros mismos, porque eso sí que es algo factible de conseguirse tan solo con una decidida variación de actitud.

Comprensividad, accesibilidad, respeto, amigabilidad, compatibilidad... con que sólo uno de estos conceptos impere en nuestras relaciones humanas todo iría a las mil maravillas y servidor no encontraría excusa para filosofar al respective; menos mal que en nuestro caso vamos servidos de los cinco y es por eso que nuestra amistad no resulte perecedera.

¡ABRAZO AL CANTO! (Con la actitud de siempre)

Para mi, hay una palabra que en definitiva lo abarca todo. RESPETO. Desde esta palabra fluyen todos los caminos que conducen a Roma, en lo que se refiere a relaciones humanas.

¡ , QUERIDO AMIGO!