Y sin Embargo la Quiero +++DESTACADO MAYO 2014+++

El día amaneció nuevamente lluvioso. La oprimente pesadumbre gris y llorosa perecía envolverlo todo, absolutamente todo. Cuerpos, almas, acciones y destinos.

La miré una vez más de reojo. No tenía el coraje ni las ganas de mirarla de lleno, cara a cara. Seguía allí inmóvil, silenciosa, indiferente a la lluvia persistente que nos había estado empapando desde antes del amanecer. ¿Pero a dónde íbamos a ir? No podíamos volver a casa así como así. Enfrentar a los chicos. La ignominia. Hacer como si no hubiese pasado nada después del griterío y el escándalo de la noche anterior. Ni tampoco podía aceptar, al menos hasta ese momento, que las cosas ya no tenían marcha atrás, que eran irreversibles.

Pero si todo había comenzado, como siempre, por una pavada. Una estupidez que en ese momento uno agrandaba para la mera conveniencia de un desahogo, hasta darle dimensiones absolutamente desproporcionadas que parecían empujarlo y envolverlo en una vorágine de escape y alivio de otros muchos hondos conflictos irresueltos, frustraciones personales quizás, resentimientos viejos y vaya a saber que otros sentimientos dañinos embotellados por años hasta su inevitable destape final.

- ¿Te acordás de esos días…? - Le pregunté de sopetón - ¿De aquellos días en que peleábamos muy poco y nos amábamos tanto? ¿Adónde quedó todo aquello? No fue hace tanto tiempo tampoco. Y lo que nos pasa a nosotros le pasa a casi todo el mundo. Todas las parejas pasan por cosas similares. ¿Por qué me hiciste llegar a este punto? Seguro que ahora sí no me vas a perdonar como otras veces. Y no te culpo. Pero tenés el maldito don de hacerme salir de las casillas. ¿Por lo menos me escuchás, no…?

El viento y la lluvia ahora me estaban haciendo tiritar sin pausa. Sentía frío en la piel pero lo sentía más en mis entrañas. No estaba seguro si ella llegaba a sentir lo mismo. Su silencio era mi peor castigo, mi mayor culpa.

Me levanté resueltamente. Ya no podíamos seguir así por más tiempo. Por suerte siempre tenía mis cosas listas en la camioneta. Mi decisión fue simple y pragmática a pesar de la revolución interior. Resolví enterrarla allí mismo, entre las serpenteantes raíces del ombú, en aquel descampado donde seguramente nunca iban a poder encontrarla.

La historia mas tenebrosa se vuelve apacible y conmovedora si la contamos con las palabras adecuadas.

Gracias por tu visita Jisaen. Saludos,
José

Oh..., creo que sí que se puede. Está en las noticias casi todos los días. Mucha gente anda bastante enfermita del mate en estos tiempos que corren. Muchas gracias por el tiempo de tu lectura y comentario, amiga Ana María.
Un saludo cordial,
José

Un relato que me resulto hasta piadoso,donde el personaje es absuelto por el lector debido a la narración muy prolija.
Muy buen relato

Me alegra recibir tu visita Mario y te agradezco sinceramente el tiempo de tu lectura y comentario, amigo. Recibe mi afectuoso saludo,
José

A BUENO,EL PELADO VOLVIÓ CON TODO.
QUE BUEN CUENTO,COSA QUE NO ME LLAMA LA ATENCIÓN POR QUE SIEMPRE ESCRIBE MUY BIEN
ES MEDIO AMBIGUO,PERO SUPONGO QUE ASÍ SON LOS SENTIMIENTOS,LO MATA,PERO LA QUIERE? QUE ABSURDO NO....ASÍ ES EL MUNDO DE ABSURDO.
MUY BUENO FOBIO,MERECIDO DESTACADO

Sí, para solucionar hay que entender y este micro lo demuestra bien.

Gracias por tus palabras, amigo Mateo. Y me alegra m'hijo que te vayas acostumbrando en tu corta edad a la ambiguedad de este mundo. Muchas veces te va a dejar boquiabierto...
Un gran abrazo,
José

Muchas gracias, amigo Antifaz. Aprecio sinceramente tu paso y tu lectura. Un abrazo muy grande,
José

Agradezco tus palabras de todo corazón, amiga Any. Significan mucho para mí. Un saludo afectuoso,
José

Muchísimas gracias, amigo Jaime. Es un gusto y un honor tenerte por aquí. Un abrazo con todo mi aprecio,
José

Linda la historia, pero no coincido con Marioes que es absuelto por el lector porque es común echar la culpa al otro, dice: ¿Por qué me hiciste llegar a este punto? equivale a un "mira lo que me hiciste hacer" es un intento de justificación, no se puede perdonar por una vida perdida.
Claro, es un relato nada más, lo entiendo.... Pero siendo tan fanática de las historias policiales....
Felicitaciones.
Nilda

Gracias por tu lectura y comentario, amiga Nilda. Este relato está concebido desde el punto de vista de un asesino y, por supuesto, para él, siempre hay una justificación para sus acciones por malas que sean. Es así de simple. Recibe mi saludo cordial,
José