La Dirección de Turismo de la Nación “MIENTE”.

UNA VISITA DE TERROR AL COMPLEJO TURISTICO ChAPADMALAL

Después de hacer los trámites pertinentes para obtener los beneficios para vacacionar como jubilado en los hoteles del Complejo Turístico Chapadmalal y ser aceptados, nos adjudicaron a mi Señora esposa y a mi, una habitación con baño compartido “léase comunitario”, hubiésemos preferido un baño privado, sin embargo, debido a las circunstancias y teniendo en cuenta que el hospedaje era con pensión completa nos avinimos a lo que nos ofrecían. Debo destacar que somos personas sin grandes pretensiones, los dos venimos de familias humildes y hemos ido de vacaciones en carpa casi siempre, compartiendo vestuarios, duchas y sanitarios muchas veces en un estado con notable falta de mantenimiento.

Sin más preámbulo y yendo al meollo del asunto, les cuento que cuando llegamos después de recorrer 450 kilómetros al hotel N° 8, lugar que teníamos designado… lo encontramos cerrado y fuera de servicio.
Delante nuestro y en la misma dirección caminaba un hombre ciego acompañado por su esposa, ambos mayores adultos como nosotros. Al rato se acercó alguien para avisarnos que las personas del hotel N° 8 serian reubicadas en el hotel N° 7|.
Allí nos dirigimos a la recepción donde tomaron nota de nuestra documentación y nos dijeron que debíamos esperar para ser atendidos por el gerente. Luego de unos veinte minutos que aprovechamos para leer los carteles con los reglamentos del hotel donde decía claramente que los recién ingresados tenían el privilegio de ser atendidos en el comedor hasta las 15hs, como eran las 14hs, estábamos a tiempo de almorzar antes de ir a descansar después de un viaje de siete largas horas.

Por fin el gerente nos recibió. Su rostro no auguraba nada bueno y su discurso lo ratificó diciendo que lamentablemente no puedo darles la habitación asignada, estamos con algunos problemas ya que el hotel N° 8 está fuera de servicio, sin embargo puedo ofrecerles dos habitaciones chicas con cuchetas, de esa manera no tendrán que dormir uno sobre otro - dijo sin poder disimular la vergüenza.
Nos miramos con resignación y le pedimos que nos mostrara las habitaciones.
El hombre tomó las llaves y nos pidió que lo siguiéramos. Salimos del hall principal y nos dirigimos a unas escaleras de granito con un notable desgaste y subiendo en penumbras por la falta de luz artificial fuimos al primer piso, recorrimos pasillos en las mismas condiciones de luminosidad donde se podían notar paredes descascaradas y con falta de revoque, puertas despintadas con números apenas visibles.

Cuando por fin llegamos el gerente no podía abrir la deteriorada y oxidada cerradura.
Nos pidió que lo esperásemos y fue en busca de otra llave melliza. Como esta tampoco funcionó llamó a una de las mucamas que después de varios intentos consiguió abrir.
Una bofetada de olor a humedad salió y dio en mis narices al escaparse de lo que era más parecido a un calabozo de aquellos que recuerdo cuando era reportero gráfico y alguna veces me tocó cubrir en una cárcel.
Dos metros de ancho por tres de largo con faltante de revoque en ciertos lugares, una ventanita en el fondo sobre un costado de 60 centímetros por 40 centímetros aproximadamente, sin cortina y con un postigo de madera reseca con algunas celosías faltantes y sin la posibilidad de cerrarlo porque estaba roto el mecanismo a tal efecto. Una cama cucheta del tipo marinera de caño despintado color gris dispuestas una sobre otra, dos colchones gastados y percudidos lo suficientemente finos como para que los músculos de la espalda copiaran cada elástico.
Un placarcito de 60 centímetros por 2 metros sin nada para colgar y un estante con dos frazadas que ni siguiera me atreví a tocar. En el cielo raso una lamparita de escaso voltaje contribuía a que aquel símil calabozo fuese más tétrico.
Cuando nos quedamos solos miramos el reloj… 14.20 y entonces nos dijimos… hora de ir a almorzar, todavía estábamos a tiempo porque el reglamento que estaba impreso en el hall decía claramente que para los recién ingresados el comedor funcionaba hasta las 15hs.

LA DIRECCIÓN DE TURISMO “MIENTE”. No quisieron darnos el almuerzo porque el comedor ya estaba cerrado. Preguntamos donde podíamos almorzar y nadie nos supo decir donde, seguramente porque no existía otro sitio.
Nos trasladamos a Miramar unos 20 Kilómetros y allí por fin pudimos almorzar como a las 16.30 pagando con dinero que no debiéramos haber utilizado ya que teníamos el almuerzo gratis en el hotel.
Ya no queríamos regresar a Chapadmalal, menos aún cuando recordamos que en el reglamento decía que el agua caliente para bañarse era sólo de 08hs a 10hs y de 18hs a 20hs. Nos imaginamos toda esa gente que estaba en el hotel haciendo una fila interminable toalla en mano. Digo fila interminable por las pocas duchas que vi en los baños y muchas de ellas en malas condiciones de uso.

Decidimos a pesar del cansancio y la desilusión buscar un sitio más digno para nuestras pequeñas y magras vacaciones. Nuestra vieja camioneta Peugeot 504 modelo 98 nos dio la oportunidad del traslado y poder recorrer Miramar en busca de alojamiento.
Por fin y ya casi decidiendo la vuelta a casa conseguimos un lugar digno y acorde a nuestro presupuesto… a esos pesos que se llevan por las dudas cuando uno se moviliza en vehiculo viejo, pero, que no estaba destinado para gastarlo en otra cosa porque teníamos alojamiento y comida en el hotel. Decidimos darnos una oportunidad más y tratar de comer en el hotel de turismo Chapadmalal

La cena estaba acorde con el resto del servicio. Cenamos y decidimos regresar a Miramar.
Si pudiese poner un puntaje a la calidad de la comida del 1 al 10 le pondría un dos.
La gente que compartió la cena con nosotros estaba en las mismas condiciones, sólo que de los otros seis integrantes, dos eran ancianas sin movilidad porque dependían del micro que las trajo, dos hombres jóvenes uno de ellos ciego que también llegaron en micro y un matrimonio al cual les oí decir… o esto o a casa sin tocar la playa.

Regresamos a nuestro alojamiento en Miramar con la intención de desactivar nuestra estancia en los hoteles de la Dirección Nacional de Turismo.
Luego de dos días volvimos porque habíamos firmado como responsables y teniendo en cuenta la poca seguridad que ofrecía el lugar con tan solo un sereno, las cerraduras en mal funcionamiento y sumado a la falta de luz en algunos pasillos, nos intranquilizaba.
La sorpresa fue que nos habían desalojado por orden del gerente. Y aunque hubiésemos querido quedarnos allí ya no teníamos ni siquiera los símiles calabozos.
Cuando pedí explicaciones ante dicho gerente dijo sin el menor empacho. - Supuse que ustedes habían abandonado el hotel y dispuse de las habitaciones.

¿Como que supuso. Yo firmé esta estadía por seis días. Me ausento dos y usted supone… dije incrédulo – ¿dígame? continúe - si hubiese faltado algún elemento, colchón frazada, ¿quien se hubiese hecho cargo?

La empresa – contestó-

-Creo que esto carece de prolijidad. Primero me dan una habitación para dos en un hotel que está cerrado, luego resulta que tampoco tengo la habitación para dos en ningún otro hotel, no respetan el reglamento con los horarios del comedor y me dejan sin almuerzo, y ahora que me voy de paseo porque no tengo aquí la menor atención cuando regreso… usted hace uso de lo que tengo adjudicado por derecho, porque supone que abandoné el lugar. Usted no respetó lo pactado que rubriqué con mi firma, y agregué - Necesito que usted me devuelva la firma o me haga una nota desligándome de la responsabilidad de esas habitaciones que me adjudicaron y que usted con total insolencia me quitó. Tengo el derecho de utilizarla saliendo y entrando como dice el reglamento con total libertad hasta que finalice el acuerdo que tengo con turismo.

-Yo no le puedo dar nada – dijo – y continuó diciendo - presente una nota en la Administración General.
Me di media vuelta después de reiterarle mi desconformidad por la desprolijidad de la administración a lo que me respondió – SI… ES MUY DESPROLIJA.

Gente de escasos recursos y jubilados tienen razón pero… marchen presos.
Este es el país que se degrada día a día porque el respeto al semejante muere cada amanecer.
Pobre patria mía… tan linda y tan maltratada por aquellos dirigentes inútiles que no hacen más que hundir las esperanzas de un pueblo en el más ingrato lodo, el lodo que produce la injusticia social.

Verguenza ajena es lo que siento al leer esta nota.
Un fuerte abrazo a ambos.

Silvina comparto tu sentir .Un abrazo querida amiga

RICARDO, a medida que fui leyendo sentí que se me revolvía el estómago, ante tanto abuso, desconsideración, e irrespeto, cuando las personas que tienen a cargo responsabilidades de turismo, prestan el peor de los servicios. Resulta un viaje inolvidable, no tanto por lo ameno o divertido, sino por las dificultades que confrontaron y que causan desánimo. A veces, ofrecen villas y castillos, pero cuando se llega al lugar, es pura bulla. Saludos fraternos.

TRINA

Te anexo esta cascada para que te relajes.

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Lamentablemente a eso llegamos, en esta bendita Argentina.