DOCE CONSEJOS PARA TU FELICIDAD (Del 1º al 4º)

1º- * DIRÁS NO A LA CODICIA.


La codicia parte de la indecorosa ambición; la persona codiciosa suele marcarse metas muy altas, si acaso desproporcionadas, y no repara en daños (propios y, sobre todo, ajenos) ni escatima medios para culminarlas. La ambiciosa es ligeramente distinta en cuanto a su forma, que no en su fondo, por mucho que lo disfrace de plausible autosuperación; se traza unos fines más cortos y alcanzables como manera perpétua y sistemática de vida.

Ambas facetas son como un pozo sin fondo de inmensas entrañas que quisiera engullir la vastedad que le rodea y que, en su inmensa glotonería, olvida, incluso, su propia identidad.

Abraza lo inmaterial como, verbigracia: el desenajenado sentimiento, y las habrás superado.


2º- * CONSERVARÁS LA ILUSIÓN POR LAS COSAS.


La ausencia de ilusión es una de las enfermedades más graves que existen; comúnmente en la cada vez más próxima terminología psiquiátrica se la conoce (demasiado bien) por el nombre de depresión.

Existen heterogéneas causas por las que una persona llega a caer en periodos depresivos, pero la principalmente relevante es la que marca el cuadro ambiental de circunstancias, más de índole extrínseco que intrínseco, durante y en cada vida.

Cada uno de nosotros elucubra, desde etapas tempranas, su forma ideal de existencia construyendo mentalmente el entorno adecuado necesario para ello; sin embargo la realidad acostumbra a ser bien distinta. Es en estos casos cuando el niño, ya en etapa adolescente, empieza a darse cuenta de la cruenta disyuntiva tan desacorde con su modo de ser cayendo (de no remediarlo sus allegados y seres más queridos) en un estado de frustración, de decepción creciente que, paulatinamente, va mermando la consideración autoestimativa del afectado, recluyéndole en un mundo interior de manera forzada del cual, a la larga, no quiere ni puede salir, derivando, en ocasiones y llevándolo a extremos, en la consecución de enfermedades neurovegetativas, adicción a las drogas e incluso al suicidio... ¡Conoce sus repercusiones y lograrás no caer en ellas!


3º- * NO RENUNCIARÁS A TUS SUEÑOS.


Los sueños, aunque pudiera no parecerlo, son parte incuestionablemente importante de nuestras vidas, el que podamos recordarlos o no, eso sí que carece de una especial relevancia. El sueño, en cuanto a puro onirismo se refiere, es la forma que manifiesta nuestro subconsciente de canalizar e interpretar cada una de las vivencias que escapan a la atención valorativa del intelecto emocional y reflexivo, en provecho propio. Otro tipo de ensoñaciones son las imaginativas de futuro en las cuales nos vemos a nosotros mismos en un escenario de pretensiones idóneas, pasando a crear en nuestra voluntad un estado anímico, psicológicamente óptimo, que nos permite no caer en estados de ánimo carenciables poco recomendables para nuestra estabilidad, tanto psíquica como física.

Si renuncias a tus ensoñaciones renuncias a tí mismo.


4º- * RECORDARÁS QUE NO HAY MAL QUE CIEN AÑOS DURE.


Existe una gran sabiduría en este dicho tan manido, ya que en los peores momentos, en situaciones de sufrimiento extremo, se aprende a valorar los detalles que hacen de cada vida (sin excepción) una enseñanza plena de belleza y significancia. Es primordial recordar este mensaje porque infundirá fuerzas para no desfsallecer en los peores momentos, aquellos en los que todo un mundo interior entra en conflicto y nuestra pureza pugna por prevalecer, eludiendo la saña, ante la carroñeadora decrepitud.




Bueno, y esto ha sido todo por esta vez...un par de "sesiones" más y habremos acabado.



Adanhiel.