A su servicio

Un breve cuento especial para mí, que habla de poder, de marginalidad, de determinismo social. El espacio entre el primer párrafo y el segundo tiene un sentido.



"El tac tac tac de madrugada y la misma cantaleta de siempre, no se vaya, mamita, entre tanta ropa cómo no habrá unos trapos nuevos para esas señoras. La niña Ester rescataba pelos de ausencia desde la sorda almohada de la cama de su madre y los envolvía en servilletas manchadas con labiales desechados por la señora. Una que otra cana, qué se podía esperar, con siete cabros chicos -deber de una buena esposa- y sueños borrados de tanto detergente. Esta niña es más blanquita, decía la patrona, y recibía como premio una caricia de maternidad extraviada entre tantas joyas. El detergente mutaba en monedas: un par de zapatos usados para la Rosa o unos calzones para la Julia fue el tránsito de niña a mujer que experimentó la niña, la elegida. El próximo mes podré comprarte un vestido, Ester; en unas cuantas semanas compraremos un pollo para la cena… Y así la madre vivía su vida en cuotas, mientras la niña blanca continuaba recolectando los cabellos de la misma almohada, hasta el día en que la encontró húmeda de dolor… La última cuota de marginalidad no fue pagada con dinero esta vez.



El vestido colgado en un closet de adorno, en uno de los bolsillos del delantal la servilleta abultada, y la MUJER blanquita jugando con VIEJOS labiales de la VIEJA patrona."

Realmente me pareció un escrito muy bueno Oscar. Un placer leerte. Saludos,
José

De acuerdo con José muy bueno su escrito Oscar.. muy bueno...

Fuerte y puntual

Un gusto leerlo,como ando medio perdido no tenía el honor de conocerlo,muy buen cuento.

Perdón por no haber respondido antes sus gentiles comentarios.
Gracias. A veces, la vida se encarga de escamotearnos algo de dureza, para que podamos arribar al punto en que ya debemos partir... Y combina esa dureza con momentos de infinita felicidad, para que podamos sobrellevar nuestras existencias de la mejor manera, sin importar los determinismos ni marginalidades.
Un abrazo para todos ustedes.

Me encantó este micro, bien retratada esa dolorosa situación tan real, cariños

Qué bueno que ye haya gustado, Mariazul. Un fuerte abrazo desde Chile.