MIS COSAS PRECIADAS.

MIS COSAS PRECIADAS.

Son esas que caminan conmigo, algunas por un tiempo físico y que luego atesoro en el baúl de los recuerdos y otras que están allí incondicionales hasta el día que se apague la vida.

La primera que se me ocurre es mi egoísmo, cuando digo que son mías las cosas… ni siguiera es mío este cuerpo y la misma vida, sin embargo, voy a aprovecharme de esta condición de ser humano creyendo ingenuamente que las poseo, para poder expresarme con el sentimiento puro… incluido el egoísmo.

Mi mujer, mis hijos, mis nietos, mis padres y hermanos, mis amigos, mis perros, mis libros, mi mate, mis pensamientos, mi soledad y mi silencio, mis broncas, mi risa, mi dolor, mis miedos, mi gozo, mi angustia, mis alegrías y entusiasmos, mi decepción y mi esperanza, mi salud, mi vida y mi muerte.

Amigo, todos los días me pregunto ¿para qué tener tantas cosas, siendo tan poco lo que me hace falta? Mi pobreza me impide desprenderme de lo innecesario pero, los amores siguen sin alcanzarme.

No es rico el que más tiene, sino el que menos necesita, dice el dicho. Pero sí hay cosas que son nuestras, aunque temporariamente, pero son nuestras. Tus escritos siempre invitan, u obligan mejor dicho, a una profunda reflexión. Un abrazo,
José

"...ni siguiera es mío este cuerpo y la misma vida, sin embargo, voy a
aprovecharme de esta condición de ser humano creyendo ingenuamente que
las poseo, para poder expresarme con el sentimiento puro… incluido el
egoísmo."

Como siempre Ricardo, haces pensar con tus relatos, que en el fondo, con mucha sencillez, explotan el uno mismo, la introspección necesaria que muchas veces pasamos por alto. me encantó esa frase que destaco, quizás ahi está la respuesta misma a todo. Antepones el egoísmo ante cualquiera otra cosa que pueda ocurrírsele a uno. Una cualidad que por lo general sea toma como negativa, la pones dentro de tus cosas preciadas, demostrando la humildad con la que debemos tomarnos el ser simples seres humanos, que como dicen todos, no necesitamos más. Excelente Ricardo.

Un abrazo,

Ignacio

De esas tus cosas tan preciadas,la gran mayoría no se puede comprar con dinero.

¡¡Abrazos de flores!!