GRUPO DE TERAPIA - SEXTA SESIÓN
El grupo estaba todavía conmovido por la exposición de Teresa y su confesión.
Sin embargo el sicólogo creyó conveniente invitarla a seguir con su relato, ya que por primera vez tuvo fuerzas para animarse a hablar de su problema.
-¿Como se siente hoy Teresa, tiene ganas de contarnos algo más?
Teresa se tomó unos instantes y luego continúo.
-Él era un hombre bueno pero, cuando tomaba se convertía en el mismo demonio y yo no era una mujer de aguantar insultos y malos tratos, así que ese día reaccioné como cuando era niña y el gallo que tenia mi padre me corrió como a hacia siembre que cruzaba el patio y me lastimaba con sus púas y pico.
Era invierno y los niños dormían en su cuarto, yo sabía que por la hora que era, vendría borracho como una cuba.
No le voy a permitir que me insulte esta vez, si lo hace le parto la cabeza con el atizador del la estufa - me dije.
Y bueno… cuando llegó se vino como el gallo de mi padre derechito a agredirme.
Me insultó y me dio una cachetada. Después de eso peleamos como dos enajenados. Yo revoleaba el atizador y no se en que momento algo fue a parar a la estufa y la casa se prendió fuego en segundos.
Nada pudimos hacer para salvar a nuestros hijos.
Han pasado muchos años de esto y la angustia fue en aumento junto con el miedo y mi incapacidad de hacerle frente a la más minima dificultad.
Yo me siento muy mal cuando veo que otras mujeres, madres o no como la abuela de Roberto o en el caso de Silvia, han dado su vida y su libertad por los seres queridos.
-Lo que le pasó es muy traumático Teresa, es normal que todo su miedo y su incapacidad para resolver los problemas diarios se manifiesten después de lo ocurrido.
Antes de ello, usted se sentía capaz de cuidar a sus hijos, de enfrentar las dificultades, sólo que tomó una sedición extrema, sin embargo, esto que usted misma calificó en un principio como un accidente, hoy lo siente como culpa.
Hay situaciones que nosotros no podemos manejar, que suceden sin que podamos hacer nada para evitarlo. La muerte es una de ellas y el momento que se produce es otra cosa que no podemos predecir.
Su intensión según nos cuenta, fue no permitirle a su esposo que la maltrate y usted lo hizo de la manera que pudo y creyó conveniente. Nunca estuvo en su ánimo perjudicar a sus hijos. Sin embargo si creo que estuvo la intención de perjudicarse al tomar la actitud de golpear con el atizador a su esposo. - Expreso el licenciado.
-¿Perjudicarme? Yo le quería romper la cabeza, estaba harta de sus maltratos y de la vergüenza de sus borracheras ante sus hijos que lo miraban con miedo y sin entender por que su papá que por las mañanas les daba amor, por la noche se convertía en un demonio.
-No entiendo porque, encima Teresa tiene la culpa por perjudicarse, cuando la única victima de las agresiones era ella y lo que hizo fue defenderse. – dijo visiblemente enojada Silvia.
-¿La única víctima Silvia? ¿Y los pibes? ¿Que mierda fueron los pibes? - dijo Juan
-Los pibes se murieron por la irresponsabilidad de los dos, él por borracho y ella por egoísta. - Dijo Roberto, convencido de sus palabras.
¿Por que cree Roberto que ella fue egoísta? - preguntó el sicólogo.
-Y… porque primero pensó en ella, en no ser maltratada y no pensó que los niños podían ver como se peleaban y ella le rompía la cabeza a su marido. En el miedo y la vergüenza que eso les hubiera causado. Expresó Roberto.
Yo me hubiera ido a la mierda - dijo Juan – agarraba los pibes y me iba de una.
¿Donde me iba a ir con dos niños de dos y tres años? ¿A una plaza? ¿Los tatuaba y les ponía peercen como hiciste vos, para que cuando fuesen grandes anduvieran dando lástima y para tapar la lástima vociferaran puteando a la vida? - Respondió Teresa.
Juan la miró sorprendido.
-¿Y usted Roberto tiene familia? - Preguntó el licenciado
-Si, tengo mujer y dos hijos, un varón 10 y una nena de 9.
-¿Su mujer trabaja?
-No, ella se queda en casa.
-¿Y porque no trabaja?
-Porque tiene que quedarse para hacer las cosas de la casa.
¿Y si ella saliera a trabajar, ¿no seria más fácil llegar a fin de mes, menos ajustados?
-El que tiene que traer el sustento soy yo, ella es mujer y tiene que quedarse en casa.
Parece que hay más de un egoísta en este grupo - dijo Silvia.
¿Como es eso Silvia cuéntenos? - Propuso el sicólogo
-El tiene que traer el sustento pero, los que pasan necesidades son su mujer y sus hijos.
Y resulta que el señor tiene mal genio y pocas agallas para bancarse en los trabajos que consigue y entonces… como buen egoísta, piensa en que está mejor haciendo changas y la familia que se joda y se cague de hambre.
¿Y usted Silvia es egoísta?- Preguntó el profesional
-Claro que no, lo menos que soy es egoísta, seré lo que sea… menos egoísta.
-Cuéntenos de cuantas personas se ocupaba cuando vivían sus padres y todavía estaban sus hermanos en casa.
-De diez personas… me ocupaba de diez personas.
Silvia, voy a preguntarle algo pero, me gustaría que lo piense y nos lo cuente la próxima vez que nos veamos - dijo el sicólogo – ¿Usted… se contó dentro de esas diez personas?
Bueno por hoy dejamos aquí.
Hasta la próxima y buenos días a todos.
Continuará…
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Ricardo "Cocho" Garay
"Sólo soy un soplo de vida en la eternidad"