TERAPIA DE GRUPO - PRIMERA SESIÓN

TERAPIA DE GRUPO - PRIMERA SESIÓN

Primera sesión

El grupo estaba mudo, sentados en viejas sillas de madera formaban un semicírculo frente al terapeuta, que esbozando una sonrisa, recorría con la mirada uno por uno a sus pacientes. Parecían pequeños en esa inmensa sala del Hospital Rivadavia.
Un gran ventanal de vidrios repartidos sucios y algunos rotos daba a los jardines que no estaban en mejores condiciones. El invierno gris no ayudaba metiéndole frío al enorme ambiente carente de la menor estufa.
El silencio resultaba eterno hasta que por fin… el terapeuta dijo.

- Bueno, ¿porque no empezamos por conocernos y nos presentamos diciendo nuestros nombres y la razón de nuestra presencia.

Dejó la mirada en la primera persona de su derecha y sonrió nuevamente invitando a que esta comenzara.

-Yo soy Teresa y estoy aquí porque no se defenderme y me angustio mucho cuando me atacan.

Siguió sonriente y miró ahora al muchacho que estaba al lado de Teresa.

-Yo soy Juan y no quiero vivir en esta sociedad de mierda.

El siguiente era un hombre de unos cuarenta años que sin levantar la cabeza dijo.

-Soy Roberto y no tengo trabajo.

Por último le tocó el turno a una mujer de unos treinta y pico que cruzada de brazos y con gesto duro dijo en voz alta.

-Soy Silvia y esta boludez de tener que escuchar los problemas de los demás, no le encuentro el menor sentido. Estoy acá porque no tengo un mango para pagarme una terapia como debe ser.

El terapeuta sin dejar su sonrisa preguntó - ¿y ustedes que piensan sobre lo que dijo Silvia?

Se hizo un silencio profundo y luego Juan se puso de pie y con las manos en la cintura y dirigiéndose al profesional vociferó.

-Yo pienso que esta mina es una concheta muerta de hambre, que se cree que es mejor que la mierda a la que pertenece y de la que forma parte.

Teresa se puso a temblar como una hoja y se perdió en la silla donde estaba sentada.
Silvia fulminó a Juan con la mirada y luego posó sus ojos sobre el terapeuta que se dirigió a Roberto - ¿y usted Roberto que dice sobre lo que escucho aquí?

Me parece que se están agrediendo inútilmente, que esto no ayuda a un dialogo civilizado. Todos vinimos porque tenemos problemas que no podemos resolver y necesitamos ayuda, y me parece que esta no es la forma de conseguirla.

-Teresa… ¿que dice usted de esto que se plantea? preguntó el licenciado

Yo no se, no me gustan las discusiones – dijo visiblemente asustada.

Todos miraron a Teresa y luego Juan rompió el silencio.

Ven… aquí tiene la muestra de una sociedad de mierda. Un hospital que se viene abajo y que apenas puede mantenerse abierto. Aquí estamos… cagados de frió en un lugar patético. Con un terapeuta que hace lo que puede, un tipo sin laburo porque no fue capaz en cuarenta años de forjarse un porvenir o porque el medio lo jodio como jodio a millones. Una mina de treinta y pico que se compró todo lo que le vendió la sociedad de consumo y cree que ella es mejor que él que tiene al lado. Y una mujer victima de su miedo, desvalorizada porque le enseñaron a cerrar la boca y le sellaron el alma y la dignidad.

¿Y usted Juan, quien es usted?... Piénselo y luego, en la próxima sesión nos lo cuenta.
Por hoy vamos a dejar aquí.
Buenos días a todos.

Muy, pero muy bueno Ricardo. Puesto en forma breve y magistral en ese contexto de terapia grupal. Creo que si nos toca compartir una celda, nos vamos a llevar bastante bien..., jajaja. Un gran abrazo,
José

Ya estamos en cana José, no te quepa la menor duda, sólo que de vez en cuando nos dejan mirar las estrellas para que nos sintamos libres.
Menos mal que tenemos esta locura de soñar escribiendo y nos inventamos nuestra propia realidad.
Un abrazo y gracias por pasar.

Ignacio amigo querido, que bueno que me hayas visitado, un placer tener tu presencia.
Un abrazo… el de siempre.

Me encantó, muy bueno el relato, una terapia que confiesa las ansiedades, problemas, conflictos, que enfrenta gran parte de las personas en una sociedad contaminada por vicios, incomprensiones, diferenciaciones y traumas.

Felicitaciones.

TRINA LEÉ DE HIDALGO

Poe amiga, la verdad es que me mojaste la oreja con tu comentario y me impulsaste a seguir escribiendo más sesiones.
Ahora Dios sabrá como voy a salir de este lío. Espero comprensión de mis compañeros.

Trina, gracias por tu apoyo, un abrazo

Por cuanto me parecio interesante el tema y ademas lo has sabido llevar muy bien, justo despues de leerlo mi primera critica iba a ser: -Jodeeer! Y que pasa despues? Esto esta inconcluso!- Pero me tranquilizo ver que hay mas de una primera parte. Y bueno, recien he leido la segunda parte y para mi gusto, vas muy bien. Me llama la atencion el personaje de Juan, ya veremos en los capitulos siguientes como resuelves a ese chico porque sucede que un pibe de sus caracteristicas, dificilmente buscaria la ayuda de este tipo de terapias y digo que dificilmente porque de algun modo u otro, no esta conciente de la realidad que esta viviendo, aunque al buscar la ayuda del terapeuta pueda ser que haya talvez de forma inconciente una necesidad de redencion en el chico. Pero bueno, los capitulos uno y dos me parecen muy bien logrados, ya despues opinare de los demas capitulos.

Saludos desde el infierno, compadre.

Gracias Roberto, la verdad es que por ahora estoy en el purgatorio, ya veremos si salvo mi alma o me voy a visitarte.
Un abrazo.

GRACIAS

Bueno, me haré un tiempo para ir leyendo los otros. Por lo pronto, es una buena manera de apelar a la salud mental trabajando en equipo. Hasta parece que tuviera efecto curativo. Digo, si lo que aliena personalmente se logra "sanar"o canalizar de esa manera es hasta liberador parece.
Muy bueno, Ricardo. Breve y bueno.