Duncan: Sesión n.º 5 (7:30 p.m)

-¿Sabes por qué estás aquí?
-No mucho. Sé que no me encuentro bien.
-¿Y crees que yo puedo ayudarte?
-La verdad es que no.
-Y entonces...
-Si va a preguntarme a qué he venido la respuesta es tampoco, tampoco lo sé. Lo único que sé es que ya estoy aquí. Y que estoy jodido.
-Puede que sólo necesites a alguien que te escuche, a veces eso sirve para poner en orden nuestras ideas. Cuando dices que estás jodido, ¿a qué te refieres?
-Siento que la vida se me escapa. Que cada segundo que pasa es un segundo perdido, desaprovechado, tirado a la basura...Necesito fumar.
-Adelante...
-Veo la tele ¿sabe? No soy estúpido. La gente muere de hambre. No tiene tiempo de deprimirse. Es horrible. Y esas personas con enfermedades que ni siquiera tienen nombre... ¿Es injusto que me sienta mal, yo, una persona sana con todas sus extremidades intactas, yo, un ser civilizado que usa cepillo de dientes, que tiene un número de la seguridad social, que juega a la PlayStation?
-¿Lo es?
-No, no para mí. No tengo la culpa de que el mundo no funcione. Aunque tengo la culpa de otras cosas. Creo que por eso no soy feliz.
-¿Desde cuándo te pasa?
-Desde que me di cuenta del daño que le había ocasionado a esas personas.
-Las relaciones nunca son fáciles, ni en el mejor de los casos.
-Creo que por eso estoy aquí, todas decían lo mismo, al final: “Necesitas un médico”. Puede que tenga un cromosoma defectuoso, algún gen, no entiendo mucho de esas cosas. Como ve, estoy colaborando; aunque la verdad es que no me siento enfermo, sólo desganado, como si ya no tuviera un final del camino, una meta, ya sabe, sueños...
-¿Los tuviste alguna vez?
-Creo que sí. Cuando era pequeño; pero ya no me acuerdo. Me gustaba ir a volar cometas con mi abuelo. Mi abuelo era un cabrón, tenía muy mala leche.
-¿Es la opinión que tienes de tu abuelo?
-Me enseñó a hacer cometas y era un cabrón, sí, es la opinión que tengo. No he venido para nada, me interesa ser sincero. Su trabajo es hacer preguntas, el mío, responderlas.
-Claro...
-Me mira como si estuviera pensando que en realidad lo que soy es un egoísta de mierda que no debería estar aquí. Me esfuerzo en ser mejor, así que no lo soy, no más que cualquiera, olvídelo, ese, no es el problema.
No tengo un gran pene, ni siquiera soy guapo...
-Tampoco eres feo.
-...así que no entiendo que han visto en alguien como yo.
-Ahora te estás haciendo el interesante.
-Es verdad. Pero en serio, hay algo que las atrapa.
-Las atrapa ¿Como a un pájaro?
-Sí, como a un pájaro, uno de esos pequeños pájaros que se ven enjaulados en los patios, en los balcones. Si les abres la puertecita, en la mayoría de los casos, no se van.
-Tal vez no sepan que hay fuera, o tengan miedo, la libertad es, complicada.
-Yo vivo fuera de la jaula. No lo cambiaría por nada. Ni por nadie.
-Crees que eres una jaula. Una jaula fuera de la jaula.
-Creo que esas personas son más libres ahora, después de mí.
-¿A qué precio?
-Ninguna quiso marcharse. Jamás.
-¿Las sacabas de tu vida bruscamente entonces?
-Sí. Y aun así, muchas se arrastraban suplicando un día más.
-Pero no engañaste a ninguna, me refiero a...
-Sé a qué se refiere. Desde la primera cita dejé siempre bien claro que era un monstruo.
-Hay personas con inclinaciones ¿Lo sabes?
-Bueno, seguro que hay gente que ha probado su mierda alguna vez, gente a las que les gusta, sufrir, supongo, sentirse víctimas, no sé, habrá de todo.
-Quizás sólo estaban realmente enamoradas.
-Quizás. Al fin y al cabo ¿No es el amor una droga? ¿No es algo ilógico en la mayoría de los casos? Una puta droga, eso es lo que es. Necesito otro cigarro.
-Te sientes culpable, eso es todo.
-Y dígame ¿va a recetarme algo para eso?
-No. Lo que voy a hacer es pensar que quieres cambiar, y que eres capaz de vivir con lo que ya has vivido. Lo único que necesitas es tiempo.
-Ya nunca lloro.
-Tiempo y un poco de suerte.
-Faltan cinco minutos para que termine esta sesión...No quiero irme. Cuando salga de aquí no hablaré con nadie en días.
- Y...-“A lo mejor no es más que un hijo de puta que sólo piensa en si mismo; pero esa mirada...mierda”-¿qué tal si tomamos un café en el bar de la esquina? Eres mi último paciente esta tarde.
-No.
-¿No? No te esfuerzas mucho ¿Es todo lo que haces por mejorar? ¿Desde cuándo no tomas café con alguien?
No tenemos que hablar de esto, podemos hablar de fútbol, o de barcos, no sé, de lo que te apetezca.
-No me gusta el fútbol.
-Como quieras. En ese caso, es la hora, seguiremos hablando en la próxima visita si te parece.
-De acuerdo.
-Hasta entonces.
-Ñiiiiicccccccccccccccc-(puerta abriéndose).
-Doctora...
-¿Sí?
-Hoy está muy guapa.
-¡Splam!-(puerta cerrándose).

BUENO EL POBRE TIPO FUE POR AYUDA Y LA DOCTORATERMINO CARGANDOSELO,JA,SU PROBLEMA ES LA SINCERIDAD,PARECE.
NO SE SI PUDE ENTENDERLO TODO.PERO ME PARECIO UN BUEN TEXTO,POR QUE ME FUE FACIL LEERLO.

Un buen texto Billy, hay algo de verdad en todo tu historia, en el fondo existe un sentmiento de culpa, un atisbo de arrepentimiento por parte del protagonista que ha vivido en cierta forma feliz su vida, pero que dentro de la supuesta madurez que empieza alcanzar sabe perfectamente que algo falta por hacer, hay cosas mas importantes en la vida por las cuales detenerse un poco a mirar...exploras una realidad de algunas personas que se niegan a hacerse asesorar, aun cuando saben o presienten que deben hacerlo, la cosa es luchar en contra de la propia autocompalcencia y autoseguridad de que todo lo puede ser uno...el final, existe cierta ironía, bien dice el dicho, "el que nace chicharra, muere cantando", con lo que le da un toque de comicidad al relato...siento que explorar una etapa de la vida en este relato, una especie de cambio, de querer hacerlo pero no saber por donde empezar...

Buen texto compañero, de agil lectura y como siempre, muy a tu forma de escribir y transmitir...

Abrazos,

Ignacio