Mmm, parece un sitio interesante para colocar mis relatos.
Aquí va, espero que guste!!
Solía hacer que, en aquella época de inclemente ventarrón, cuyo golpazo frío, ventisca y borrasca de ardor gélido, yo me encerraba en aislamiento solitario. En tanto, afuera, el nevazo, verdadero hachazo de esquirla límpida, sollozaba cual ánima eternamente contrita, clamando sus arrepentimientos en el aire cuajado.
Yo, entonces, me veía tristemente separado de placeres y gozos terrenales, en obligación de supervivencia. Espectros surgían, y por salvajes campos níveos, paseando y dejando huella perversa, infecta, revoloteaban alborozados.
Por el tenue cristal empañado, miraba yo al exterior, y era increíble el éxtasis de felices pensamientos acudientes, pues yo admiraba algo extraño, borroso incluso, veía una vida totalmente nueva, tratándose del brotar de espíritus invernales, impulsados por el aliento de fuego escarchado, y vigorizados por manantiales de copos diáfanos. Piedras pulidas, techumbres de ramazón blanqueada por manto de luciérnaga titilante, inmaculada, y para culminar el bello panorama, la fluorescencia de clavijas y penachos luminosos, en cielo negro, que fluían por río de vacío.
En invierno, yo, generalmente, deleitaba en metaforizar todo aquello observable y deleitable. Ignorando el probable o improbable éxito de mi labor, ciertamente, era labor gustosa.