EL VAGABUNDO AMANTE Y LA DAMA DE LA NOCHE (CAPITULO TERCERO)

Me cansé hoy ha sido un día de esos en que no quisiera
despertar, el salón estaba lleno, sin embargo no lo divisé. Aunque me
quedé con la sensación de que estaba ahí, en algún lugar del salón, tal
vez escondido, es extraño, pero, sé cuándo está siento su presencia, es
como un imán, y hoy no lo he visto sin embargo, sentí esa atracción
como si desde alguna parte me estuviera observando…

¿Qué le habrá pasado?, claro es como todos sólo busca aventuras y como no le resultó
conmigo ha de estar con otra, o con otras; no debería importarme esta
situación me está sobrepasando, debo tranquilizarme y pensar en otras
cosas más importantes que un hombre del cual no sé nada, este ha de ser
como todos, cortado por la misma tijera.

Ring, ring, __Señorita ¿qué desea? __Joseph, ¿puedes mandar a una de las camareras nuevas que me suba un analgésico por favor?

__Este...
Es que no hay ninguna, la verdad es que Karen, tenía el día libre,
Alicia, se reportó enferma y Luciana, se retiró antes porque pidió
permiso, ¿quiere que se lo mande con algún mozo?

__No, está bien así, ya se me pasará, si persiste te aviso, que nadie me moleste por favor voy a descansar.

__Muy bien señorita.

¡Qué
extraño! , no aparece ese señor y las mucamas, demasiada coincidencia, y
si está con ellas, ja, no lo sabré yo, si tiene una cara de ser un
mujeriego, además esa es su fama, todos lo conocen por el vagabundo
amante, por algo será, ¿dónde se habrá metido? y con mis mucamas...

¡Ay! este dolor me está matando, llamaré a Joseph...

Ring...
__Quiero que me mandes el analgésico que sea pronto y con un mozo de
confianza, dejaré la puerta junta mientras me doy una ducha, dile que lo
deje en el velador y cuando se vaya que cierre la puerta, gracias...

__Si, señorita...


El
cigarrillo se consumía lentamente en mis dedos, como pude ser tan
ingenuo anoche... Cerraba los ojos y la veía en su baile, danzando
sinuosa en la barra del antro... Si ella supiera, si recordara. Pero
recordará, de eso me encargo yo personalmente, así fuese lo último que
hiciera en esta vida...

Con paso decidido y tirando el cigarro
apenas saboreado me dirigí a la oficina donde un grotesco y típico
gordiflón estaba encargado del negocio de las “salomes”.
Él me
recibió con una hipócrita sonrisa que poco a poco, a medida que yo le
exponía la razón de su presencia, se le iba borrando en una nube confusa
y recelosa. No fue fácil, nada fácil pero cuando salí de la oficina
quien sonreía era yo por el triunfo conseguido.

Una vez logrado
el primer objetivo puse en marcha el segundo. No fue difícil sobornar a
las mucamas que trabajaban en el piso de arriba de la sala stripper,
donde yo sabía que vivía ella en absoluto incognito… Como decía, con un
sobre con una paga extra y el seductor beso impregnado en una falsa
promesa, basto para que ellas desaparecieran de un modo casual… No ser
visto en medio de un ajetreo de personas era mi especialidad, por lo que
llegar a su piso y entrar, la puerta estaba abierta en lo que parecía
ser un guiño del destino, fue algo venial para mí. Sabía muy bien donde
se encontraba en ese momento e incluso presentí su cuerpo húmedo por el
agua, resbalando en los albores del deseo, cerca, muy cerca de mí. Por
un instante me apoye frente a su tocador, una angustia amarga recorría
mis venas vacías sin ella... La necesitaba en mi cuerpo y en los latidos
de mis venas, deseaba en un arrebato de furiosa e incontenida pasión
traspasar esa débil puerta que nos separaban y tomarla como estaba
escrito….Mi mano instintivamente se metió entre mis pantalones
escapándose una bocanada de gemido. No, así no tenía que ser, me contuve
respirando hondo mientras oía el susurro del agua en su piel, y
cogiendo su carmín rojo escribí “La luna esta afligida porque su
estrella no la mira y mi corazón sangra eternos laberintos de soledades”
escribí en su espejo dejando sobre la mesa un estuche abierto donde
deposite a medio salir una cadena de oro con una media luna de plata
como colgante, acaricie con dedos llenos de lujuria una foto de ella y
me escurrí como bien sabía hacerlo entre la nada...

Mmm, me hacía falta un baño de agua caliente, creo que no necesitaré el analgésico, el agua me relajó, me siento mucho mejor...
¿Qué significa esto? ¿Quién escribió en mi espejo?...
Estuvo
aquí, lo sé, lo sentí, sus ganas su olor, su sudor, mi cuerpo reaccionó
a su presencia, como si estuviese en mi piel, sentí sus caricias, fue
como si hubiésemos estado a punto de una entrega total ¡Dios, debo estar
loca! esto se está convirtiendo en una obsesión, porqué esta especie de
enigma en torno a él y mi reacción a su presencia, siento como si lo
conociera de antes, qué me estará pasando, no puedo, ni debo darle lugar
a esto...

Ring... __Joseph, sube inmediatamente...




Me
desnude ante la Luna, el agua del río cubrió mi carne poco a poco en un
masaje delicioso que virilizaba mi piel… y mirándola a ella, la Luna,
plenamente llena, con mis brazos extendidos en oración, le dije en un
lenguaje perdido entre los tiempos.

___Ya mismo te la traigo mi señora…


Rosana Vera Vidal y Miguel Ángel Muñoz

Obra registrada en Safe Creative:

Código: 1107249738592
Fecha 24-jul-2011 22:51 UTC

SIGUE

He dsfrutado mucho el leerte, es lindo cuando incentivan así la imaginación.
Un saludo cordial.
CAPRICORNIO.