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| La encrucijada de Arturo. Capítulo XIV. Una sorpresa comprometida. | |
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Josan Escritor activo
Cantidad de envíos : 287 Fecha de inscripción : 28/12/2010
| Tema: La encrucijada de Arturo. Capítulo XIV. Una sorpresa comprometida. Mar Jun 14, 2011 1:11 pm | |
| Una sorpresa comprometida.
Un poco desorientado por su proposición me dejé llevar, mi sorpresa no tuvo límite cuando vi aquella mesa preparada con la finura que le caracterizaba y con gusto, ante el cuadro que estaba bien do exclamé: ― ¡Se puede saber qué vamos a celebrar señora! ―Arturo, desde el primer día que te vi me enamoré de ti, y espere esta oportunidad para que sientas mi pasión en tu piel. Ante sus palabras he de decir me sentí incomodo y no fui capaz de pronunciar ni una palabra, me estaba proponiendo algo sucio, que por respeto a mi patrón no debería de aceptar, pero a pesar de ello no podía hacerle un desplante, la conocía muy bien y sabia, que además de ser una persona con don de mando, tenía un carácter muy fuerte, Rosa era una de las personas, que cuando quieren algo no se le puede negar, y en aquel momento, lo mejor para mi seria dejarme llevar por los acontecimientos. Como si adivinara lo que estaba pensando trató de desviar mis pensamientos, diciéndome: ― Venga Arturo, vamos a la mesa que la sopa se va a enfriar y la noche es nuestra. ¡Beberemos este vino reservado para ocasiones muy especiales! ―Gracias señora, empecemos. Nos dispusimos a cenar y antes de terminar con tal festejo ya habíamos consumido una botella de vino. En verdad que lo estábamos pasando de maravilla, Rosa no paraba de contar chistes picantes y reíamos a carcajadas. El vino empezaba a surtir efecto – sobre todo en ella –que mirándome a los ojos me dijo: – ¡Arturo nunca te dijeron lo guapo que eres! Ante sus palabras y un poco ruborizado contesté: ―Nunca me dijeron nada. ― Pues yo te lo digo ahora. ― Vera, señora… es que todavía soy muy joven. ―Ya eres un hombrecito. Además, hay un refrán que dice, que el que no es de quince no es de veinte, y tú vas a cumplir pronto los diecisiete. ―Eso si es verdad señora. ―No me llames más señora, tutéame y dirígete a mí por mi nombre. ―Así lo haré Rosa. ― ¿No te acostaste nunca con una mujer? ― Pero Rosa, ya te he dicho que soy demasiado joven, y además, me da mucha vergüenza. ― ¿Alguna vez tendrá que ser no? Esta noche será tu primera vez, y te prometo que no la olvidaras jamás, tú sólo tienes que dejarte llevar cariño. ― Por favor, Ros… no me dio tiempo de terminar mi última frase. Selló mis labios con los suyos y tirando de mi brazo me llevó a su cama. No sé si fue por efecto del vino o, por el predominio que ejercía aquella mujer hacia mí, pero el caso fue que no supe salir de aquella situación que, aunque placentera, me iba a traer mucho dolor de cabeza. Me sentí culpable ante mi patrón, y pensé que pagaba con una traición la confianza que había depositado en mí, pero el mal ya estaba hecho y no había vuelta atrás. Cuando desperté al día siguiente me sentí como si hubiera cometido un delito, y las primeras palabras que pronuncié a mi patrona fueron éstas: ― Rosa, ¡qué hemos hecho! Hemos traicionado a tu esposo y somos culpables los dos. De nuevo selló mis labios con los suyos y me impidió seguir la conversación. ― Tranquilo Arturo, no tiene porqué enterarse. Será nuestro secreto de amor. ¿Sabes que él también tiene sus rollitos? ¿Qué crees que hace en sus viajes de negocios? En adelante, cada vez que nos quedemos solos haremos el amor las veces que nos apetezca. Has tenido tu primera experiencia, y una vez que se prueba ya no se puede prescindir de hacer el amor. Nosotros nos gustamos y seguiremos haciéndolo. A partir de mi primera aventura amorosa con Rosa mi vida cambió en aquella casa, los días sucedían en un estado agudo de tensión, y no era capaz de mirar a mi patrón a los ojos. Seguí acosado y dominado por aquella mujer, y no fui lo suficiente honesto para poner fin aquella situación, aunque sólo fuera por respeto a mí patrón. Hasta llegué a asimilarlo como si fuera algo normal, ya que Rosa trataba de quitar importancia a nuestra relación sexual diciendo, que los dos éramos cómplices, porque nos gustaba y lo deseábamos. Aunque tengo que reconocer que tenia parte de razón, ya que me sentía enormemente atraído por aquella bella mujer, fue una experiencia nueva que no conocía y llegamos a probar todo lo inimaginable: fue mí maestra, yo su joven amante inexperto en lo que respecta hacer sexo. Cuando hacíamos el acto, siempre insistía en que me relajara y me dejara guiar por ella. Rosa era una mujer que nunca se veía satisfecha y lo pedía constantemente, aprovechando los viajes que hacía su esposo en aquellos supuestos negocios. Una vez terminada nuestra relación de sexo, siempre me obsequiaba con una cantidad importante de dinero para la época que describo; y en caso de rechazarlo, insistía haciéndome ver que le sobraba el dinero.
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| | | Jaime Olate Escritor activo
Cantidad de envíos : 2341 Fecha de nacimiento : 17/01/1941 Edad : 83 Localización : Santiago de Chile Fecha de inscripción : 01/08/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: -Escritor con textos DESTACADOS Mención: Lobo ,El Detective. Texto EXCEPCIONAL Premios: 1ºLugar Concurso "Ecología" parte Textos, Octubre de 2010
| Tema: Re: La encrucijada de Arturo. Capítulo XIV. Una sorpresa comprometida. Miér Jun 15, 2011 2:20 pm | |
| Un problema que la sociedad trata de ocultar: el aprendizaje sexual en el hombre generalmente comienza con el abordaje de una mujer mayor que el joven. Con mi esposa "nos agarramos" en discusiones al respecto, en especial acerca de el acoso sexual, donde se apunta siempre al varón como el acosador, el abusador deshonesto, el pedófilo, etc., pero mi experiencia como policía me hizo descubrir que esto se da en ambos sexos. Aún recuerdo el caso de un adolescente de 16 años, virilmente hermoso y falto de seguridad, fue acusado de violación por una mujer de 26 años ; la pobre, para decir la verdad completa, era fea, desagradable y desinhibida, nosotros nos reímos en su cara, el juez no pudo reprimir una sonrisa y los vecinos de ella la trataron de "descarada", cuando manifestó que la ley obligaba al muchachito a casarse con ella. Naturalmente el menor quedó libre de culpas. Al hombre le da vergüenza contar que ha sido acosado y ha tenido que rechazar a una mujer, que en venganza trata de degradarlo. Quizá algún día me atreva a contar estas situaciones avergonzantes que me ocurrieron. Reitero mis felicitaciones por cuanto el relato, además de ser claro, tiene la particularidad de ser honesto y sin necesidad de entrar en detalles. Felicitaciones, querido amigo, una historia que apasiona. | |
| | | Josan Escritor activo
Cantidad de envíos : 287 Fecha de inscripción : 28/12/2010
| Tema: Re: La encrucijada de Arturo. Capítulo XIV. Una sorpresa comprometida. Miér Jun 15, 2011 7:03 pm | |
| No cabe duda, que si fuiste policía puedes hablar con razón de causa en lo que respecta a los delitos de acoso que se dan por ambos sexos, y aunque estos delitos los practican mas los hombres, también se dan casos de mujeres a hombres, como fue el caso de Rosa al adolescente Arturo, que por razones de edad podria ser hasta su madre. Por otra parte, quien mejor que tu para escribir sobre acosos habiendo sido policia, amigo, por supuesto, siempre que no te traiga perjuicios. Como siempre, darte las gracias por tu lectura y comentarios, y por supuesto por tu felicitación a esta historia de vida de nuestro protagonista. Un gran abrazo de tu amigo, Josan
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| Tema: Re: La encrucijada de Arturo. Capítulo XIV. Una sorpresa comprometida. | |
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| | | | La encrucijada de Arturo. Capítulo XIV. Una sorpresa comprometida. | |
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