KARINA Y MI PADRE - I

Viernes 28 de mayo de 1985
Mientras mi papá se acomodaba en el sofá para curiosear con el nuevo aparato que de San Diego habían enviado a la casa de Michael …
“Juan scotch?” le dijo el gringo .

Claro… le contestó mi papá… entonces el gringo se dirigió al bar, sacó la hielera, dos pequeños vasos y sirvió dos tragos de scotch… ahora que lo escribo recuerdo con mucha constancia esa palabrita: scotch… (Años después en una tarde cualquiera, mi papá conduciendo, viajando hacia Angasmarca, hubo de contarme esta historia, recuerdo todavía la gravedad de su voz: hijo… scotch en ingles significa whisky escocés)

El gringo se sentó frente a mi padre y sabía muy bien lo que estaba ocurriendo… sus ojos cenizos como de gato le daban la cordialidad y la simpatía que el gringo solo supo dar a gente de su confianza…

Es un VHS le dijo el gringo a mi padre… unos años y será sensación… mi papá sacó una cinta que se titulaba “Return of the Jedi”, la insertó y esa noche mi papá vio la segunda entrega de la guerra de las galaxias… pero eso no fue tan memorable como el gran consejo de Michael… hago este recuento porque esa noche de mayo de 1985 mi padre hubo de tomar una decisión que cambió por completo el rumbo de su vida… mientras iban y venían más copas de scotch, mi padre terminó por contar que sin Karina tal vez no habían motivos para continuar viviendo en Ilo, su amor a su veintiocho años se estaba yendo… una vez más el amor le estaba siendo esquivo… el venenoso amor de Karina había hecho que mi padre sucumbiera en uno de los hundimientos más tristes de su historial amoroso… la desdichada historia de mi padre empezó un año y medio atrás:

La esposa de Michael, mi tía Pilar tuvo la benevolencia de llevarlo a Ilo para trabajar en la compañía de los gringos, en la Southern Perú, mi padre en ese entonces soltero y lleno de ambiciones se aventuró en aquel viaje que a la larga terminó cambiándolo por completo… venenoso o no el amor de Karina tuvo que ver mucho para que veintitrés años después yo escriba la presente…

Se conocieron en el campamento de empleados, Karina había nacido en Lima, su padre, un ingeniero de minas y su madre enfermera eran grandes amigos y vecinos de la familia, mi papá y Karina cruzaron sus vidas una trivial noche de abril de 1983 en una kermes organizada en el campamento, mi papá esa noche fungió de mozo aunque en honor a la verdad, en esos primeros días en Ilo mi papá hizo de guardián, de chofer, de jardinero de supervisor, de pintor, de todo un poco… ya que el puesto que Pilar le había prometido, estaba demorándose… (Los gringos escuchaban buena música… y yo me encargaba de ordenar los long play’s me contaba mi padre mientras conducía la camioneta, camino de Angasmarca) empezó a sonar How deep is your love era una balada digna de bailar… todo mundo inundó la pista y mi padre la vio… en medio de todos, la notó sola, sus tacones blancos, su vestido claro, sus ondas cabelleras, sentada al frente, las piernas cruzadas y sus ojos aurora que hasta el momento eran inalcanzables… se sirvió un buen trago, pero mejor eran dos y caminó hacia ella, no lo pensó porque dentro de sí, experimento esa seguridad que solo en momentos como aquel se presentan, le ofreció la copa y ella movida por el atrevimiento de mi padre aceptó… le dijo salud y fondo blanco por favor… ella sonrió cómplice y vacío la copa, bailaron pegados… sin hablar, respiraron el aroma que emana cuando conoces a una persona que te encandila de primer momento e intuyeron que mañana más tarde les iba perseguir un amor inusual… se habían enamorado.

No bailaron una ni dos ni tres veces, bailaron toda la noche y tantas veces que mi papá se olvidó que era el mozo, que era el dj, no sabía en sí lo que le estaba pasando, pero si de algo estaba seguro era de que Karina había llegado para quedarse y con ella llegarían una serie de sucesos que estuvieron a punto de llevarlo al delirio… (Era para no creerlo hijo, me cuenta mi padre… no tengo ni una foto siquiera pero ella pudo haber sido tu mama, y se ríe… )
Pasada la media noche se dieron un beso sereno, se abrazaron en la terraza mientras al fondo los gringos y sus colegas peruanos manifestaban los efectos del scotch, actuaron como si se conocieran desde siempre, emocionados por las copas… Karina le pidió a mi padre que cante en inglés, mi padre la tomó por la cintura a la sombra de la luna… y empezó con su torpe inglés…

i know your eyes in the morning sun
(conozco tus ojos con el sol de la mañana)
i feel you touch me in the pouring rain

(siento que me tocas en plena lluvia)
and the moment that you wander far from me

(y en el momento que divagas lejos de mí)
i wanna feel you in my arms again
(quiero sentirte en mis brazos otra vez)

Rieron sigilosos… como guardando apariencias… y por algún momento sintieron que no había nada más que hablar… que solo les faltaba vivir… y vaya que empezaron, se subieron a la pickup y mi padre condujo hasta el puerto… donde tomaron un vino chileno, donde escucharon baladas del recuerdo y donde tuvieron un amor febril… se quedaron dormidos y con las primeras luces del día volvieron al campamento…

El gringo pensó que mi padre se había fugado con su camioneta y con la vecina… mi padre tuvo que decir la verdad… y al gringo se le escaparon chispas de picardía: Karina is the way you want le dijo y mi papá estaba que no lo podía creer… se hicieron cómplices… grandes amigos… aun así no sospechaban que estaba iniciando un venenoso amor… un loco amor… de esos que nunca olvidas… de esos que fracasan de esos que llevan al cielo y te sueltan desde lo mas alto y te hacen sentir que caes a toda prisa de cara sobre la tierra... de esos amores es el que hoy me atrevo a contar...
Continuará…