Luces y sombras

Tomó sus pinceles y en la paleta había diluido varios colores. A un lado un trapo seco que no tenía color alguno, la mezcla de la limpieza de los pinceles había logrado evadir su color original. A pocos centímetros un frasco de aceite y al frente un gran lienzo en blanco. Empezó a bocetar sin rumbo fijo, la mano corría por el lienzo de acuerdo a aquello que la mente iba sugiriéndole.
En el fondo colocó unos trozos de madera como pared y luego situó una mesa con un mantel estampado con florecitas pequeñas. Aquel que su madre tanto cuidaba y extendía con orgullo al sol después que lo lavaba. No podía colocarlo a la mesa sin antes plancharlo.
Su mano tenía prisa en terminar el cuadro, su ansiedad quería verlo finalizado. Colocó en todo el centro una jarra que le hizo suponer contenía café y leche revueltos, al frente un vaso de cristal. Volvió a la pared para delinear un racimo de ajos, unos rojos, otros blancos envueltos en sus cáscaras. Era importante colocar una lámpara de luz. Al otro extremo pintó una gran fruta, quizás para él era un zapallo, o quizás un melón (no supo al fin que era). Dio sombras y continuó de prisa con su labor. Al vaso quiso colocarle una bandeja de plata sencilla y pequeña acompañado con un trozo de buen pan, dos cubos de azúcar y al otro lado dos roscas de pan tostaditas y como acabadas de salir del horno.
Mientras pintaba percibía los olores que tenía al frente que auguraban un buen desayuno. De nuevo su ansiedad hizo que se detuviera para mirar la obra en conjunto, mientras con sus dedos se alisaba un poco el pelo que caprichoso quería cubrir sus ojos. Faltaban las luces indispensables para que su obra quedara óptima. Se apuró, parecía que una fuerza extraña lo llevara a terminarla rápidamente contrariando las técnicas de la pintura al óleo: dejar secar para continuar pintando. Pero el tiempo en ese momento no era igual al real y maravillosamente jugaba secando los óleos y dándole gusto al pintor.
Luego de terminada su obra, empezó a analizar todos los elementos que había pintado: Había luz, estaba representada en la lámpara y en los rayos de luz que del exterior podían embellecer la pintura; había oscuridad, quizás la de la noche, o la de la mente, en contraste con el vaso de cristal que resplandecía y cuya transparencia se volvía casi envidiable para él. Había pan necesario para no morir de hambre al menos durante un día. Leche y café para amortiguar las fatigas. Su mente identificó la fruta y supo que era un melón jugoso, no le importó que su figura no hubiese quedado perfecta. El azúcar necesario para dar calorías. Los cubiertos no eran necesarios para él.
Cuando miró el racimo de ajos supo que no compaginaban en un buen desayuno, pero algo le dijo que estos eran milagrosos (energéticos, desinfectantes y fortificantes) y por sobre todo tenían calor de cocina, calor de hogar, calor de mamá. (Y volvió la imagen de su mamá lavando el mantel y las frases repetitivas de ella: tienes aptitudes para la pintura).
Lloró viendo su obra, el tiempo, ese mismo que jugó durante el proceso de pintura lo sustrajo a la realidad, pasó por la cara llena de barro sus sucios dedos y se revolcó en el andén gimiendo. Un perro a su lado y unos cartones encima de su cuerpo era lo único que daban calor de mamá. Sintió mucho frío, abrió sus ojos y supo que llovía torrencialmente.

Un texto muy inteligente. Capta bien la sensiblilidad del artista -ése mantel que para él significaba tanto- y las penurias del oficio que no tiene precio y por eso es tan mal pago -como el de los poetas-.
Tiene espacio todavía, la autora, para darle un final de vida muy significativo al personaje.
Es muy difícil decir tanto en tan pocas letras sin apelar al telegrama. Ésta es la historia de una pintura y es muy buena.

Federico, fíjate cómo cada lector ve el texto. Tu ves más la concepción de una pintura, el nacimiento de ella, le dí más importancia al sueño del indigente, un personaje muy ansioso quien sueña con aquello que nunca fue. Las penalidades del hombre rondando por su cabeza: las fatigas por falta de comida, el calor y el mantel de la mamá, la claridad mental que necesitaría para salir de esa situación. ¿Por qué? dejémoslo al azar. Cuántos locos vemos en la calle que perdieron la razón y tienen un potencial interior muy grande.

Gracias por tu comentario

Un escrito dulce, que en esos sueños de ese pobre hombre abandonado sentía su cuna, su refugio presente con el calor de su madre y esa pintura de sus recuerdos.

Un escrito sumamente hermoso querida amiga, solo hasta el final me di cuenta que había sido un sueño evocador de ese pobre hombre.

Un abrazo y mis felicitaciones.

Holgado es decir que este trabajo esta excelentemente escrito, uno, lo ha escrito Etel y dos, trabajos como este hacen que la forma y el modo sean justamente lo que deben ser, meros vehiculos que cuando se conducen con maestria hacen que el viaje a realizar por el lector sea comodo y confortable.

Ahora bien, yo hago dos lecturas de tu texto, mi querida Etel. Por un lado puedo pensar en que nuestro protagonista es un tipo afortunado pues a pesar de las condiciones adversas en que vive aun puede sustraerse de ese estado onirico en el que caen muchos seres quienes desafortunadamente ya no regresan a la realidad, se quedan ahi, en el eter, cual fantasmas con cuerpo deambulando por ahi, mucha gente les llama locos, yo les llamo "iluminados" pues quiza vean realidades que los que nos autoproclamamos"cuerdos" jamas veremos.

Mi segunda lectura es que, y concuerdo con tu replica a Antifaz, quiza nuestro personaje jamas vivio todo aquello pero sin embargo lo recordaba. Puede sonar contradictorio pero sucede, se puede desear tanto algun tipo de situacion y con tanta vehemencia que incluso se puede recordar algo que nunca se vivio.

Y bueno, cierro mi participacion con una pregunta, como es que sabes datos tan puntuales como que la pintura al oleo tarda en secarse? Eres pintora acaso? o investigaste por ahi?

Joder! Que mi comentario es casi tan largo como tu texto!

Pero un escrito como este, bien lo vale.

Saludos desde el averno y bueno, mi gran Señor Satanas ya esta de mejor humor pues se ha acabado la "Semana Santa" ... por lo menos este año.
Y es que estaba de un humor de los "mil diablos"!

Mil gracias Blanca, siempre agradecida con tu comentario.

Angel: Melodía de lluvia es fantástica, además la grabación es perfecta!... Sentí que un duendecito bailaba entre las cuerdas y finalmente se volvió un Ángel...
Gracias por tu comentario.