La Muerte del Enemigo

Era domingo, y la familia reunida disfrutaba los fideos que durante la mañana amasó María Isabel.
El aroma a tuco casero despertó el apetito que para esa hora era irresistible.

En la cabecera de la mesa, Don julio escuchaba el diálogo de sus hijos, Silvia y Cesar mientras que su esposa regañaba a Jorgito el menor de la familia.

Vivian en una modesta casa que les arrendaba don José, esposo de Selva quien había sido en otros tiempos doméstica de los padres de María Isabel.

Mucha agua pasó bajo el puente desde aquel entonces, los ricos pasaron a ser pobres y viceversa.

El destino se ensañó con Don Julio cuando lo dieron de baja en el ejército y perdió su condición de oficial después de la revolución que puso en el cargo a un presidente de facto.
El dolor del veterano militar no terminaba con su destitución también vio morir fusilados a sus camaradas y amigos de toda la vida.

Un traidor y un grupo de miserables codiciosos fueron suficientes para provocar la tragedia y la democracia estaba nuevamente mancillada.

Ese domingo pasaría algo que iba a sacudir el alma de todos.
La noticia del asesinato del traidor llegó en la voz del locutor de la radio.

Todos miraron a Don Julio, éste… dejó sus ojos por un momento en el plato, se persignó y continúo con su almuerzo en silencio.

Un relato que impacta hacia el final,por la actiud de quien esta sentado a la cabecera de la mesa,la cual no llego a comprender realmente.Quizas un acto digno de quien lucho por sus ideales ante la muerte del enemigo,otro quizas ya estaba bailando sobre la mesa.
Un buen cuento

Nómade gracias compañero, me alegra que te haya gustado.

Marioes, has interpretado muy bien el mensaje de cuento, sólo alguien digno de honor respeta la muerte y aun más siendo un hombre de armas.
Gracias por tu siempre presencia en mis escritos.

Un excelente relato sobre el verdadero honor de los hombres de bien.

Gracias Antonio es muy grato contar con tu presencia.
Un abrazo

EL CUENTO LO ENTENDI, Y LA INTENCIONALIDAD TAMBIEN, LO QUE YO NO ENTIENDO SON ESAS ACTITUDES ESTOICA, DE SOPORTA Y ABSTENTE.
AL MENOS UNA SONRISA DE SATISFACCION, POE SIEMPRE DICE SIENTATE EN LA PUERTA DE TU CASA Y VERAS AL CADAVER DE TU ENEMIGO PASAR, YO NO COMPARTO ESA IMPASIVIDAD, Y EN ENCIMA QUE CUANDO PASE EL CADAVER SE LE TIRE FLORES, CAPAZ QUE AUN NO APRENDO MUCHAS COSAS,LO SE, O QUE SOY DEMASIADO ARREBATADO,Y NO DIGO QUE HAGA UNA FIESTA O TIRE CUETES, PERO AL MENOS UNA SONRISA DE SATISFACCION PODRIAN PERMITIRSE.

Mateo es natural que a tu edad lo sientas de ese modo, lo raro sería que tuvieras la capacidad de esperar que la vida acomode las cosas.
Un abrazo

Antonio gracias compañero, siempre es grato contar contigo.
Un abrazo

Muy buen relato, Ricardo. Saludos,
Jose

De alguna manera, lo leí como si de la mafia se tratase.
Quizá porque los tanos son muy familieros y religiosos,
respetuosos de los códigos.
El final me sonó al "baccio de la morte", que a diferencia
de lo que se cree, no significa "yo te mato" sino
"yo lamento tu muerte" aunque sea yo quien deba
matarte. Hay mucho en ese persignado final,
quizás, fue por el antes, por cuando eran compañeros,
que es lo mismo que besa el mafioso.

En todo caso, otra perla de tu interminable (infinito) collar.

Gracias José, Cynthia y Antifaz son ustedes muy amables en comentar lo que escribo.
Un abrazo

Un excelente relato Ricardo, como todo lo tuyo. Extraña la expresion de don julio, la verdad que por muy estoico, que se sea, en la realidad, la satisfacción, la alegria, etc. va igual. Es muy dificil encontrar gente que piense asi, porque la satisfacción, esperando o no, es la misma. Aqui cuando murio el dictador, en Chile, la gente salio a las calles a celebrar igual, jovenes o viejos, igual y quienes fueron victimas, tambien, no dejaron de expresar su alegria. Es lo relativo de este punto, depende al fin de cuentas, de ls formas de ser. Excelente amigo.

Un abrazo,

Ignacio

Ignacio, Don Julio era un hombre especial, por eso resalto su actitud en el cuento, un ser que enaltecía el honor, que respetaba los designios del destino, la ley sobre todas las cosas por eso nunca pensó en vengarse y espero la justicia de dios pero, con humildad, sin siquiera tomarse la libertad de sentir satisfacción por la muerte aunque sea la de su peor enemigo.
Gracias amigo por tu siempre grata presencia.
Un abrazo

muy bueno, lo que entendí es que el pasado lo dejo a tras con sus rencores quedando en paz consigo mismo
saludos

Todo hombre que ha tenido un gran enemigo y lo ve morir, no tendra espacio para rencor alguno. Don julio era un sabio. Me agradan muchisimo sus cuentos.

gracias arba2 estoy de acuerdo contigo Don Julio encontrlo la paz

Balam has interpretado con exactitud lo que quise transmitir.
Un placer tenerte como lector.