EL EMBARAZO
Martín se vistió de prisa y esperó a que Isabel terminara de vestirse...
-¿Nos veremos mañana? preguntó Isabel.
-No, espera unos días, necesito hablar con mi padre para poder ir a pedir tu mano, de acuerdo?
Sin poder ocultar su felicidad, Isabel lo abrazó y le dijo:
-Lo que tú digas mi amor, soy tan feliz!!!
Y cada uno tomó el camino a su casa...
Martín iba sumamente satisfecho de su conquista, ''fué más fácil de lo que yo pensaba, qué ingenuas son las mujeres, la muy tonta no imagina que nunca me voy a casar con ella''
Isabel llegó a su casa radiante de felicidad, iba entonando la melodía de moda... ''te quiero tanto, mi amor, amor''...
-Isabel, vienes muy contenta hija -dijo su mamá- ¿te divertiste mucho en el parque?
-Ay mamá, hoy descubrí que todo lo que hay en el parque es hermoso, los árboles, las flores, los pájaros...
-Bueno, bueno, ya que vienes tan contenta, ven a ayudarme a preparar la cena porque no tarda en llegar tu papá y ya sabes que se enoja mucho si no encuentra todo listo, ¿no querrás verlo enojado verdad?
-No, no, ¿cómo creés? enseguida hacemos la cena.
Por la noche, Isabel soñó con Martín, que se casaban en la pequeña parroquia del pueblo, ella lucía un lindo vestido blanco, con un delicado tocado que la hacía lucir hermosa, Martín iba vestido con un elegante traje negro que lo hacía ver mas guapo que nunca y se sentía tan feliz que no le molestaban la miradas de envidia que le lanzaban las demas chicas del pueblo, Martín era suyo, solo suyo!!!
Pasó la primer semana e Isabel no tenía noticias de Martín y sin darse cuenta pasó otra semana mas y otra... empezó a sentirse tan nerviosa ante la ausencia de noticias que no se percató que tenía un retraso en su regla... hasta el segundo mes.
-Qué raro, nunca me había pasado esto, por la tarde le preguntaré a mi mamá, ella debe saber porqué no me ha bajado la regla.
Estaban sentados alrededor de la mesa su papá, su mamá y sus dos hermanas menores.
-Isabel, hija, ¿no vas a comer? apenas probaste la comida...
-No mamá, es que no soporto el olor del caldo de pollo.
-Pero hija, siempre te ha gustado el caldo de pollo, anda, come un poco, últimamente casi no comes y como que estás perdiendo color...
No bien terminó de hablar su mamá, Isabel corrió al baño porque no aguantó las nauseas.
-¿Qué le pasa a esta muchacha? -preguntó su papá- no vaya a ser lo que estoy pensando porque la mato.
-¿Qué estás pensando viejo?
-Ese vómito no es normal, voy a llevarla de inmediato al médico...
-No viejo, no es necesario, voy a hablar con ella...
-Isabel, hija, abre la puerta, tenemos que hablar...
Isabel, con lágrimas en los ojos le contó la verdad.
-Mamá, Martín me dijo que se iba a casar conmigo...
-¿Qué has dicho desgraciada? -dijo su padre irrumpiendo en el baño- ¿Te acostaste con el hombre más mujeriego del pueblo? eres una infeliz que ha manchado el honor de mi familia, ¿Qué ejemplo le has dado a tus hermanas?
Y a punta de bofetones la llevó a su cuarto donde la encerró con llave...
-No se te ocurra abrirle la puerta -dijo a su mujer- voy a hablar con don Eduardo, el desgraciado de Martín tendrá que cumplirle a Isabel, no voy a permitir que mi honra quede manchada...
-Don Ricardo, ¿Qué lo trae por mi casa? pero pase, pase...
-No hace falta don Eduardo, voy a ser breve, su hijo Martín sedujo a mi hija Isabel y ahora ella está embarazada, le exijo que obligue a su hijo a reparar su falta...
-Pero don Ricardo, ¿Qué puedo hacer yo? -dijo don Eduardo riéndose- por eso siempre he dicho ''amarren a sus pollitas que mi gallo anda suelto'''y además le informo que mi hijo Martín se ha ido a vivir a la capital a hacerse cargo de mis negocios, así que no puede decir nada en su defensa, ¿Quién me asegura que ese niño no es de otro y se lo quieren colgar a mi hijo? lo siento, pero mi hijo no se casará con ninguna muerta de hambre de éste pueblo...
-Es usted un...
-Hey, cuidado con lo que dice, tengo suficiente dinero para hacer que lo corran de su trabajo y que nadie lo ayude, mejor busque otro a quien cargarle el paquete.
Y dándole la espalda, don Eduardo se metió a su casa, fué a la recámara de Martín y le dijo:
-Eres un imbécil, ¿Cómo se te ocurre embarazar a la hija de don Ricardo? siempre te he dicho que tengas cuidado, no me importa con cuantas mujeres te acuestes, pero de ahí a permitir que te cases con una pobretona... ni hablar!!!
-¿Que Isabel está embarazada? se lo merece por estúpida, que se joda porque yo no me voy a casar con ella...
-Por supuesto que no, te vas a ir ésta noche a vivir un tiempo a la capital, no quiero escándalos por tu culpa y además te servirá para que empieces a foguearte con mis negocios, eso te servirá de escarmiento y espero que en la capital aprendas a relacionarte con mujeres que realmente valgan la pena.
-Claro papá, lo que tu digas, y gracias por ayudarme.
Don Ricardo llegó enfurecido a su casa, le dijo a su esposa lo que había pasado y su esposa le preguntó:
-¿Ahora qué vamos a hacer?
-Voy a ir a buscar a doña Anastacia para que venga esta misma noche a solucionar el problema...
-¿Vas a pedirle que le haga un aborto a Isabel?, pero, es apenas una niña, la puede desgraciar...
-No me importa, no voy a permitir que todo mundo se entere de que la infeliz está embarazada, no voy a ser la burla de nadie. Y salió dando un portazo.
Isabel, en su cuarto, escuchó lo que su padre había dicho, lágrimas amargas corrían por su rostro, no podía creer que Martín, su amado Martín, se hubiera burlado de ella... y su padre había dicho que iba a hacer que le practicaran un aborto!!!
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(Ben Guillén)
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