EL ENCUENTRO
El agua del pequeño arroyo corría suavemente colina abajo, el sol, casi en su ocaso hacía que las piedrecillas del fondo lanzaran destellos de colores, las aves, con su alegre trinar volaban de árbol en árbol creando una atmósfera de paraíso terrenal...
Será que el amor hacía que Isabel viera todo desde otro punto de vista?
Nunca se había percatado con todo detalle de lo hermoso que era aquel paisaje de esa primavera de 1986, nunca, hasta que se enamoró...
Tenía cita con Martín, el chico más codiciado del pueblo de Mapastepec Chiapas, era el hijo de uno de hombres mas ricos de la región, era moreno, cabello rizado, ojos profundamente negros, mirada cautivadora, nariz respingada, labios gruesos y un pequeño hoyuelo en la barba que le daba un toque entre infantil y coqueto... en fín, para Isabel no había hombre mas guapo que él, y lo mejor de todo era que la había citado a ella... no lo podía creer!!!
A esa hora de la tarde aun se sentía el calor, no tan fuerte como a mediodía, pero hacía calor, decidió quitarse los zapatos y refrescar un poco sus piés en el agua, ah, era tan rico sentir el agua mojando los piés.
Así la encontró Martín.
Isabel era casi una niña, apenas había cumplido los 15 años, el ondulado cabello, negro como la noche, le caía sobre su esbelta espalda, sus brazos, delgados y morenos se reposaban sobre la hierba, jugueteaba con los piés dentro del agua, viéndola ahí, apreció su breve cintura, la suave curva de sus incipientes senos, tenía el vestido un poco arriba de sus torneadas piernas...
Dios, era una chiquilla encantadora! no iba a ser difícil que cayera en sus brazos y además, él, a sus 21 años era un consumado donjuan, de algo le servía ser guapo e hijo de uno de los hacendados... sí, sería façil hacerla suya... no sería la primera en creer en sus palabras de amor...
-Hola Preciosa, siento mucho llegar un poco tarde, había mucho trabajo en la hacienda y no pude venirme antes...
-Hola, (la había llamado preciosa, eso quería decir que él tambien la amaba!) en realidad acabo de llegar, solo que era tanto el calor que no resistí la tentación de meter los piés en el agua.
Y sonrojándose, Isabel sacó los piés del agua y se bajó el vestido para cubrir sus piernas.
-¿Sabes? desde hace tiempo quería invitarte a salir pero tenía temor a que me rechazaras, además pensé que tus padres se opondrían a que saliéramos porque eres muy jóven aun...
-Nadie sabe que estoy aquí, les dije que iba a ir al parque con una amiga...
Perfecto, mejor no podían estar las cosas, nadie sabía que ella estaba con él, no habría ningun problema...
Continuará...
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(Ben Guillén)
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