Y ASÍ SUCEDIÓ... +++DESTACADO AGOSTO DE 2010+++

DESTACADO




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Y ASÍ SUCEDIÓ…


La noche se echaba encima. Los hijos atareados cada cual con su quehacer; unos estudiando, otros trabajando…, y todos nosotros esperando sin saber qué.
Era una noche más como tantas otras desde hacía más de ocho años en los que él permanecía en la casa perdiendo, poco apoco, toda su movilidad. La enfermedad de Parkinson se apoderaba de su cuerpo como una boa que lo estrangulara lentamente. No tenía otro afán que llamarme continuamente y mi mente cansada estaba llegando al extremo de odiar mi propio nombre mencionado sin solución de continuidad, casi durante las veinticuatro horas del día. Sólo me proporcionaban un pequeño respiro los cortos momentos en los que el sueño lo vencía, pero esos instantes eran aprovechados por mí para conciliar también un corto rato de descanso por lo que no podía disfrutar del silencio de mi nombre que parecía un mantra desesperado en busca de una solución que yo, lamentablemente, no podía ofrecerle. El único recurso que se me ocurría para calmar aquella zozobra era masajear sus manos agarrotadas, sus pies, su cuerpo entero, su rostro, para intentar relajar la opresión. Pero era un vano intento que duraba los minutos en los cuales mis manos acariciaban su forma humana hasta un cansancio que me vencía. Los médicos lo repetían: es una enfermedad progresiva, no tiene cura, está en una fase muy avanzada pero no se sabe cuanto puede durar…
Y así día tras día, noche tras noche, escuchando sus quejidos. Un hombre alto, fuerte, hermoso como había sido, ahora debía asearlo como a un bebé, moviendo a pulso su cuerpo para cambiar su postura en el lecho, ayudándole a alimentarse, curando sus llagas…
Los hijos se encerraban en sus habitaciones para descansar cuanto fuera posible para emprender al siguiente día sus obligaciones de la manera más normal posible.
Eran más de las tres de la madrugada cuando, al fin, se durmió y aproveché el momento para descansar en el sofá cama dispuesto en el salón. Me sentía física y anímicamente agotada y en súplica angustiosa, arrodillada sobre el colchón, sin pensar en su contenido, dije estas palabras: “Por favor, si alguien en el universo me escucha, le pido ayuda… no puedo más… me rindo…”
Me acosté y cerré los ojos pero inmediatamente, algo a lo que nunca he sabido dar nombre, me obligó a abrirlos y entonces me fijé. Por las rendijas de las lamas de la persiana de la puerta que daba a la terraza, una luz potente, luminosa, de un azul refulgente, compacta, con cuerpo pero que no penetraba en el interior y permanecía quieta, alumbraba de manera inexplicable. Me pregunté extrañada: “¿Qué es esa luz?” y pensé levantarme para comprobarlo pero, por una parte el cansancio y por otra un cierto temor ante aquella luminosidad potente y desconocida, me mantuvo quieta en la cama.
No recuerdo más hasta que, cuando los hijos se despertaron para tomar su desayuno fui consciente de que había dormido ¡más de tres horas seguidas! Algo inaudito que le había proporcionado nuevas fuerzas a mi maltrecha vitalidad.
Todo hubiera quedado en el olvido si no hubiera sido por un detalle especial que fue lo que me ha hecho siempre recordar el suceso y darle un sentido. Cuando salió mi hija de su habitación donde la ventana comunicaba con la terraza de la casa, dijo alterada: “Mamá, esta madrugada sobre las tres o las cuatro, me ha despertado una luz muy potente que estaba quieta en la terraza. Me he asustado y me he tapado la cabeza con la sábana y luego me he dormido. En esta casa pasan cosas muy raras…”
Entonces fue cuando recordé que yo también había visto la luz pero… ¡esa luz apareció en respuesta a mi súplica…¡ En aquel momento comprendí y exclamé contenta:”¡Era un ángel…! Un ángel que vino a consolarme…” – “¿Y por qué lo he visto yo…?” – preguntó mi hija. A lo que respondí: “Porque si tu no lo dices, yo lo habría olvidado… y tenía que recordarlo para saber que no estoy sola… que tengo ayuda del cielo”
La verdad es que los hijos me miraron con pena. Creo que pensaron que el trabajo excesivo le estaba pasado factura a mi equilibrio mental.
Fui a la habitación donde él se encontraba y pude comprobar como seguía durmiendo de una forma más o menos tranquila. Vivió dos años más.
Ha pasado el tiempo y no he olvidado el suceso, nunca he podido saber el significado real de aquella extraña luz aunque, durante mucho tiempo creí que fue un ángel… Ahora sé que fue mi guía espiritual.
Y así sucedió… - MAGDA.

Esta es una historia totalmente real y siempre he creido que lo sucedido fue algo sobrenatural y a medida que pasa el tiempo me reafirmo en la idea... pero no tiene una explicación razonable y como tu bien dices, lo importante es que el ánimo se fortaleció y se pudo seguir adelante. Algunas veces no comprendes de donde llegan las ayudas pero llegan. La vida es un misterio.
Gracias por leerlo amigo y por comentarlo. Un beso.

Una historia conmovedora, que deja una sensación de paz al terminar de leerla.
No importa como o quien, importa que sucedio y el aliento se siente.
Precioso tema

Gracias a todos por vuestros comentarios. Sgrassimeli, me encantó tu lunita sonriente.

Sin duda un ángel se acerco a ti parra darte esas fuerzas que por un momento casi dejas escapar.
Dificl situación que entiendo hasta en el minimo detalle, cuide muchos años a mi mamá con ese mal,y no es quizás el desgaste fisico el cansancio lo que más nos vence,sino ver como esa enfermedad va alienando al ser humano, a ese hombre o esa mujer, tan activos, tan grandes y que de poco se van consumiendo.
Un texto que me trajo recuerdos, que entendi, y que si, un angel te visito.

Buen relato Magda y por supiuesto que conmovedor. Sea lo que sea haya sido, esa luz vino para dar esa fuerza necesaria, fuerza que muchas veces nos falta y esto que tan sobrenatural puede verse, como unh milagro, es simplemente eso, que no estamos solos, y que esas guias espierituales, esos angeles están por ahi, mirandonos y dandonos esa siempre necesaria fueraz.

Bello relato amiga,

Un beso,

Ignacio

Un testimonio que lo justifica todo.
La ausencia de otra cosa es vital para la credibilidad con que fue trasmitido.

Gracias a todos vosotros amigos míos por leer estos recuerdos hechos palabras que también son una manera de refrescar el alma. Un abrazo. ¡Gracias por vuestras palabras!

Pues esa lunita sonriente intenta reflejar cómo se quedó mi alma con el mimo de esta historia (porque así lo sentí), querida Magda. Realmente deja una grata sensación interior. Felicitaciones! y gracias por compartir este rescvuerdo entonces.
Un fuerte abrazo.
Silvina.

TE FELICITO POR ESTA RECOMENDACIO, UN CUENTO PRECIOSO,CON ALGO DE MAGIA Y MISTERIO YA QUE SUCEDIO EN LA REALIDAD, LO QUE LO HACE MAS FASCINANTE, ME ENCANTO

Felicitaciones Magda, Un placer volver a leer este relato.

¡Gracias a todos, amigos míos, por este reconocimiento -como siempre inmerecido- a esta expresión de sentimientos. Lo llamo así porque, en realidad, no ha sido un trabajo literario, sino únicamente una expresión hecha narración de unos sentimientos que quedan escondidos en el corazón y, de vez en cuando, es necesario sacarlos para airearlos, para que no se enquisten y duelan más de lo necesario. A mí, personalmente, me cuesta poco, no tengo reparo en comunicar mis sentimientos, al contrario, creo que es algo necesario y bueno tanto para la mente como para el corazón. ¡Gracias a todos, amigos!

Muy lindo relato Xanino. Triste, pero con un hermoso mensaje de esperanza en su trama. Un placer leerlo. Saludos,
Jose

Muchas gracias amigo Fobio, mis relatos acostumbran a tener un fondo de tristeza... como la vida misma... Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.