Escuchaba una de esas canciones de moda, la radio un poco alta, por
disposición del chofer que deseaba ahogar los ruidos oligárquicos del
automotor, un sinnúmero de personas con diferentes y llamativos rostros
se asomabas por los asientos, cabizbajos hundidos en pensamientos
insondables aun para su propias almas, con los ojos cerrados o dormidos
meditando problemas cotidianos o solo viendo a las demás gentes y
pensando quizás en encontrar u n rostro conocido y saludar, la música
continuaba o solo era un deja vu extraño y permanente, las vueltas y
arremetidas del bus sacuden mis pensamientos y dilatan en minutos
traslúcidos algunas ideas vagas que se pierden como la pasada esquina, o
el ultimo semáforo, introspectivo me hundo en mis palabras mudas, lo
incierto del mañana como este rumbo que llevo, pasajero casual de esta
ruta urbana, abordada sin premeditar sin conclusiones absolutas, sin
motivo aparente y sin razones, empujado por una mano invisible que
despojo de voluntad todos mis miembros, donde estoy?
Musito en voz baja, el motor ahoga mis dudas, la canción eterniza mi
destino incierto las gentes siguen ahí como pintadas al óleo oscuro y
funesto por un pintor surrealista, la atmósfera se enciende los ruidos
se agigantan la expresión en los rostros súbitamente cambian al unísono
un dolor penetrante en mi pecho me avisa y de súbito la música se apaga y
me duermo poco a poco con la nueva canción de las sirenas de bomberos y
ambulancias....
Parece dormido verdad...la voz del niño resuena como bomba en el corazón
de la madre,
Si mi amor, duerme,"la contestación es solo una respuesta furtiva cuando
crezca comprenderá.un beso del niño en la frente como canción de
ángeles se deja escuchar en el murmullos de rezos y lloros
-"Oiga amigo, hasta aquí llego"
-Cielos, otra vez me volví a dormir.
La música de un beso invisible resonaba, aún frágil en mi frente.