Bueno, esto debería ser el principio de una novela que, espero, logre terminar. No me gusta hacer sinopsis, las historias hablan por sí solas.
Lo colgaré poco a poco, ya que no me gusta tampoco agotar las vistas ya cansadas de los lectores sobre el ordenador.
Capítulo 1. # 01
El cielo lloraba, triste por verse gris. Las lágrimas recorrían el cristal, volviendo borrosa la percepción del exterior, y eso entristecía a Isabel, quien observaba la calle desde su cama.
Se recostó cómodamente sobre su gran oso de peluche, tras haber estirado el brazo, perezoso, para alcanzar un sobre aún sin cerrar. Lo abrió y sacó cuidadosamente el folio, desdoblándolo mientras acariciaba el papel, sintiendo su tacto. Después, repasó detenidamente lo escrito; primero por contenido, luego por forma y aspecto.
Era tal el cuidado que había dedicado a su escritura, que le parecía que no conseguiría sacar de su mano una letra mejor o más bonita que aquella. Aunque sabía que el esfuerzo -ese último esfuerzo- su madre lo tenía bien merecido.
Contempló con cariño las dos palabras finales. Esas palabras que pueden significarlo todo para una persona hasta el punto de cambiarle la vida. Podría haber acrecentado el sentimiento con sólo un adverbio, pero Isabel opinaba que tal frase debía rodearse de sencillez y simplicidad, pues en ellas residía su fuerza, siempre que se pronunciara con total sinceridad.
Volvió a meter la carta en el sobre y lo cerró, esta vez totalmente, gracias al cierre de seguridad. Le ponía nerviosa la simple idea de que no fuera suficiente y se abriera, o que de cualquier otra forma el interior quedara dañado. Aun así, se convenció de que el que no se cae es porque no anda.
Dejó de nuevo el sobre encima de la mesilla, y volvió la vista hacia la ventana, donde no había cambiado mucho el paisaje.
Suspiró. Odiaba la lluvia, aunque no sabía bien porqué y eso era, precisamente, lo que más rabia le daba.
Gracias a todas aquellas personas que se molesten en siquiera leer el título. ^^