Un Espectáculo Extraordinario |
Fotografía extraída de una sesión espiritista de los años treinta, donde puede apreciarse cómo se está formanado una forma ectoplásmática de la boca del médium Jack Webber. |
Sería a partir de las experiencias de Schrenzk-Notzing y del ya conocido Richet, de donde se desprendería que la materialización surgiría del propio médium, por un proceso sucesivo de metamorfosis. Pudieron observar estos cambios con la médium Eva Carriere, que así se hacía llamar entonces la ya conocida por todos Marthe Beraud. Sus espectros seguían una evolución cambiante; en principio era un protoplasma gelatinoso, tal y como nos lo describe Richet, primeramente amorfo, que salía del cuerpo de la médium y tomaba forma más tarde. Al comienzo, hay siempre velos blancos, manchas lechosas y, en el interior de su pasta gelatinosa, algo con apariencia de muselina húmeda y colágena. Se forman poco a poco los dedos, dibujos y figuras en general. En esta sesión, que transcurrió en 1906, observamos esta evolución protoplasmática:
«Al cabo de una media hora abro las cortinas y veo en el suelo un vago resplandor, bastante débil, para que pueda dudar de su realidad. Poco a poco va intensificándose, tomando el aspecto de un pequeño pañuelo luminoso. Todo el cuerpo de Eva está inmóvil. La mancha luminosa se extiende. Sus contornos son indecisos, vaporosos, más inciertos y suaves que los de una tela. Se acerca al sillón, crece, toma la forma de una especie de serpiente y parece subir por el brazo izquierdo del sillón de A... Sus contornos se hacen más distintos».
«De repente, un espectáculo extraordinario. De la mesa se separa una punta que sube, se encorva, y se dirige al pecho de Eva, cuyas manos tenemos sujetas. La punta continúa avanzando de una manera amenazadora, como un animal que se dirige con su pico. Y a medida que avanza, aparece sobre el vástago rígido una especie de tela que se desarrolla –como una membrana de murciélago– tan delgada y transparente que se ven los vestidos de Marthe a su través. Se distingue perfectamente el tallo de este velo membranoso envolvente. Marthe está inmóvil y habla a intervalos».
«Puedo aproximarme y mirar tan cerca que llego a 3 y hasta 2 centímetros de distancia. Veo como una tela hinchada, dotada de movimientos. Durante cinco o seis minutos la examino cuidadosamente. Veo prolongaciones como los cuernecitos de un caracol, enderezándose a derecha e izquierda. Estos cuernos son como de una gelatina transparente, pudiendo introducirse y salir de la masa principal más claramente formada».
«Marthe se levanta. Le cojo las manos, levantando o bajando las mismas; me parece que ejerzo atracción sobre la punta de la masa. De pronto, ésta desaparece. No queda de la misma más que un velo suspendido de mi mano que sujeta las dos de la médium».
«Pero yo no siento nada. Hice un pequeño movimiento con el meñique y la masa descendió algunos centímetros para subir en el acto.»
Manos De Pesadilla |
Por lo general el ectoplasma aparece como una masa vaporosa, de color blanquecino, que poco a poco se organiza hasta conformar miembros corporales o un cuerpo entero. En ocasiones la forma materializada posee, inexplicablemente, autoiluminación. En esta fotografía podemos apreciar una muestra de ectoplasma de un médium español, sujeta por alfileres. |
Podemos constatar en esta experiencia que el ectoplasma sigue un curso paulatino, semejante a una ameba; fija sus tentáculos en el suelo, y desde allí realiza movimientos determinados. Unas veces permanece sujeto al médium y otras se separa. Finalmente, involuciona de nuevo al cuerpo del dotado. En otras ocasiones, el ectoplasma adquiere formas corpóreas, moldeándose poco a poco, hasta hacer surgir un brazo con sus músculos correspondientes, como vemos en esta experinecia:
«Luz bastante buena. La cortina cerrada durante una hora aproximadamente. Después la abro, sobre el suelo una mancha blanca que se ensanchaba rápidamente, y la formación de dos cuernecitos por el avance de la masa X, que los emite en todos sentidos, muy movibles. Entonces la masa X, primeramente muy ancha, se disloca poco a poco en partículas, tomando el aspecto de una mano grisácea de contornos vagos. Esta mano está animada de movimientos, con el aspecto de una mano de momia que saliera de una tela. Se levanta y se baja como una mano auténtica. Las del médium, sujetas por mí, están absolutamente inmóviles. Los extremos de los dedos del ectoplasma, adelgazados, prolongados en forma fusiforme, parecen terminar en nebulosidades».
«Los puedo mirar muy de cerca. Toco uno de dichos huesos y me da la sensación de un líquido frío. La mano se balancea sobre mi rodilla y siento como un rozamiento de un cuerpo poco resistente. Entonces la mano se levanta sola, balanceándose sobre un vástago que la sostiene contra el suelo. Después cae haciendo un ligero ruido, queda en el suelo y me parecerá los dos huesos del antebrazo, como si estuvieran envueltos por una nebulosidad de muselina. Vuelve a levantarse, se inclina y avanza hacia mí. La muñeca se baja, cuelgan los dedos, se balancean y manifiestan como un movimiento de torsión del singular antebrazo. Sigo figurándome ver los huesos del carpo envueltos siempre en la nebulosidad de muselina. La mano se pone sobre mi rodilla. Percibo su ligerísimo peso. Hace a mis órdenes pequeños movimientos de desplazamiento sobre mis rodillas, las cuales siento claramente. Entonces Marthe me dice: "Mirad los músculos cómo empiezan a formarse." Veo –creo ver– en el espacio que separa ambos huesos algo negro. La mano se levanta, se mueve muy cerca de mí, casi desarraigada del suelo, con el cual no está sujeta más que por un ligero trazo blanco. Vuelve a caer la mano al suelo con un pequeño ruido, se levanta de nuevo y desaparece de pronto, así que el médium se pone en pie.»
Estos constituyen en síntesis los resultados de las experiencias realizadas por Richet en 1906 y publicadas posteriormente, tras los logros obtenidos por Schrenz-Notzing con la misma médium, con la que consiguió unas curiosas materializaciones que se las designó con el nombre de planos, ya que aparecen dibujos o caras recortadas, cuya génesis es muy similar a las descritas por Richet. Las emanaciones ectoplasmáticas, en estas ocasiones, surgían de la boca, otras del pecho o de las axilas. Madame Bisson, compañera inseparable de Eva, apunta que ella pudo ver surgir fluido ectoplasmático del ombligo de la médium cuando se encontraba completamente desnuda. Era una sustancia blanquecina, cuyo examen al microscopio, realizado por Schrenzk-Notzing, revelaba la presencia de restos epiteliales, formas bacterianas y mucha grasa. En algunos casos ha sido un tejido de apariencia vegetal, y en otros como un hilo de algodón rodeado de una sustancia granulosa no determinada.
Tomado de la WEB:
http://www.tarotyvidencia.com/fsenigmasdelextoplasma.htm
CONTINUARÁ...