-Manolo Hernández ha cometido un asesinato brutal contra una mujer que no pudo hacer nada, la agonía, el suplicio, el dolor hicieron presencia en el horrible acto que hizo el muy canalla de su esposo ¡Señoría pido 30 años al acusado por asesinato y encubrimiento de esté!-decía el fiscal, muy seguro de si mismo.
-Por favor, que se levante el acusado y su abogado-pronunció el juez con un elevado tono de voz grave y muy firme.
-Mi cliente no ha hecho nada malo señoría, su mujer falleció por caerse por las escaleras y Manolo no supo que hacer por el cadáver puesto que le pegaba y si decía lo que habría hecho le caería un….-las palabras del abogado de Manolo fueron interrumpidas por él mismo, Manolo se levanto y dijo:
-No voy a mentir más con semejantes argumentos tontos…si…admito que yo mate a mi mujer-la sala quedo en un silencio de forma que solo se escuchaba la voz ronca del asesino-e intente tirar el cadáver al río yo solo, sin nadie más…señoría, aceptare el castigo que me imponga.
El abogado se quedo sin palabras y lo único que hizo fue tartamudear.
-Pe-pe-pero…Manolo.
-Da igual, soy un asesino, no importa 20 que 30 años en la cárcel, si nadie me va a querer.
-Manolo, te condeno a 15 años de cárcel y si con suerte hay buen comportamiento puede que lo rebaje.
Natali no tenía familia, salvo su hermana, que no estaba en la sala seguramente por el dolor de haberla perdido pero las amigas se levantaron y empezaron a insultarlo de una forma totalmente agresiva.
-¡No mereces vivir! ¡Asqueroso!
-¡Ojala te pudras en el infierno!
-¡Como dios te pudo dejar con vida y a Natalia no, muérete infeliz!
-¡Contrólense por favor!-Gritó el juez.
Cuándo las palabras duras e hirientes acabaron la libertad de Manolo también acababa de esfumarse, le colocaron las esposas en las muñecas y con la cabeza agachada emprendía el camino hacia lo que ahora sería su casa por mucho tiempo…
Después de 11 meses…
Manolo solo había hecho un amigo en todo el tiempo que había estado allí y era Román, su compañero de celda. Un día hablando de lo que harían fuera dentro de muchos años surgió el tema de un nuevo amor. Román le dijo susurrando desde la litera de abajo pues ya era tarde:
-¿crees que aún habrá allí fuera un amor para nosotros?
-Yo pienso que no. No merezco un amor.
-Venga Manolín, en la vida hay que pasar pagina, y lo que hiciste estuvo muy mal pero ya lo estas pagando ¿no?-dijo bastante optimista.
-Sí, pero los recuerdos siempre seguirán guardados en mi mente.
-Y lo que yo hice también, pero a veces es mejor olvidar, por lo menos inténtalo ¿eh?
-Lo intentaré…-suspiró mirando hacia la ventana que tenía en frente, y con la última palabra de Manolo termino la conversación, dejando un silencio apacible para empezar a dormir.