¡¡TE AMO TANTO CESAR!!

Ven, ahora que estamos solos, acompáñame aquí en el sofá, te diré lo que siento por ti… Deja, acomodaré tu cabeza en mi falda y te acariciaré mientras te digo.
Te contaré desde un principio. Cuando llegaste a mi, me sentí la mujer más feliz, tus ojos tan bellos, como unas estrellas, tu cuerpo de piel suave, tu caminar un poco gracioso, me asombró tu timidez, no eras como los que había conocido antes, o como los que veía entrar y salir de la casa de mi vecina, eras respetuoso, esperabas siempre antes de actuar.
Lo que mas me agradaba, eran esas noches de invierno, cuando sabías que mis pies estaban helados, te acomodabas y me dabas tu calor. Por las mañanas, tu aliento me despertaba y con tu mano me acariciabas el cabello, me seguías a la ducha y me observabas con esos ojos vivaces y traviesos. Y cuando me iba al trabajo, salías a la puerta a despedirte, no te entrabas hasta verme doblar en la esquina.
Cómo disfrutabas esos baños de tina que te preparaba, aunque el cuarto quedaba desordenado por nuestras locuras… ese aroma delicioso que expelía tu cuerpo luego del baño, esas siestas, esos paseos por el jardín. ¡Qué bellos recuerdos!

Últimamente, estoy un poquito triste, te he notado diferente, abstraído. Te he observado cuando te quedas largo rato mirando por la ventana, ya no dejas que te acaricie, prefieres estar solo… algo a cambiado, si. ¿Estás enamorado? ¿Te has enamorado de alguien?
Que me queda por decir, no quiero tenerte encadenado a mi, quiero seas feliz, lo único, ten cuidado, fíjate bien en quien pones tus ojos, tú sabes, afuera hay muchas enamoradas esperándote, ¡si eres un galán!
Yo aceptaré tu nueva compañera, porque te amo, la puedes traer y presentármela, no me hago problema, aprenderé a compartirte, no va a reinar en mi el egoísmo.

Ve, eres libre de elegir… solamente cuídate, hay muchos rivales afuera.
Yo te comprendo, es agosto no? Es el mes del amor para ustedes, así que no coartaré tus instintos… ¡Te amo tanto César!