QUÉ BELLO ES SER HUMILDE Y HONESTO
En mi opinión, a veces aspiramos a cosas que son tan pomposas como vacías, que deslumbran más que alumbran, y que están encaminadas a satisfacer al ego y no al Ser.
No nos damos cuenta, porque no sabemos quién dicta cada deseo, pero a veces vamos por sitios inútiles persiguiendo cosas inútiles; a veces lo que nos propone nuestro ego, o alguno de los yoes en los que podemos dividirnos, es sólo una pérdida de tiempo y aspiramos a cosas muy vistosas y aparentes pero que no aportan nada más.
Cuando una persona lleva un tiempo en un Proceso de Desarrollo Personal comprueba que las cosas van adquiriendo su verdadera dimensión y se van colocando en el sitio que les corresponde y no en el sitio que alguien –no se sabe quién- las ha colocado.
Dos de esas cosas que pasan desapercibidas, porque son silenciosas, porque se basan precisamente en su falta de ostentación, porque sólo se aprecian cuando uno se entretiene en valorarlas tanto como valen, son las humildad y la honestidad. Hay belleza en ellas. Hay dignidad y Amor. Hay silencio.
El hecho de ser honesto enriquece la humildad y viceversa. Ambas, juntas o por separado, contribuyen a tener una personalidad noble y cargada de casi todas las bondades que puede llegar a experimentar el Ser Humano.
Ser humilde es alejarse de cualquier ostentación, es darse cuenta de que no es necesario ser alguien notable o notorio. Es aceptar la pequeñez que hay en cada uno, es aceptar ser nada o ser nadie sin que eso altere el interior. Es estar sin reclamar protagonismo. Es saber convivir con el hecho de pasar desapercibido.
“Para ser GRANDE primero tienes que aprender a ser pequeño. La humildad es la base de toda verdadera Grandeza”. La humildad indica la calidad de la persona. La vida, bien entendida, es una larga lección de humildad.
Ser humilde no es ser pobre, no es ser sumiso: es ser carente de vanidad. Es pasar sin hacer ruido. Es ser GRANDE en silencio.
Ser honesto es ser consecuente con los principios propios de honor y rectitud. Es ser razonable y justo. Es ser íntegro y honrado. Recto y sincero. Digno y honorable. Sencillo y respetuoso. Es la suma de unas cualidades que le aportan a cada uno su propia valía personal. Es estar en paz con la conciencia y obrar de acuerdo con ella. Es alcanzar un nivel de sinceridad máximo.
Tanto el humilde como el honesto –y más si se juntan las dos cosas en la misma persona- pasarán desapercibidos; sólo el ojo atento o el alma receptiva a contactar con otra alma se darán cuenta y sabrán apreciarlo. Será bueno que dejemos de apreciar a las personas por lo que exhiben y sepamos ver y apreciar lo que, por humildad y honestidad, esconden.
Apuesto a que puedes mejorar algo en estos y otros aspectos y seguir creciendo como Persona.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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