LO QUE MÁS DESEAS ES ESTAR EN PAZ CONTIGO
En mi opinión, alcanzar la relación perfecta con uno mismo suele ser una tarea complicada. Hay asuntos en los que uno es más transigente consigo mismo y otros en los que uno aplica una rigurosidad inflexible, excesivamente desproporcionada.
Un día uno se lleva más o menos bien consigo mismo –o por lo menos se soporta de un modo amigable- y otro día la convivencia personal se convierte en insoportable y odiosa. Todo aparenta estar mal y el horizonte está en llamas. Uno se recrimina y se reprocha con ahínco y rabia. Uno se olvida del Amor Propio, de la bondad, de que es un Ser Humano lleno de virtudes pero con derecho a equivocarse; que no es aún perfecto, que la relación más larga y más íntima que uno mantiene es consigo mismo.
Uno olvida, a menudo, que su responsabilidad es su descubrimiento, su Autoconocimiento, su Desarrollo Personal… y también hacerse feliz.
Uno olvida la recomendación de perdonarse “hasta setenta veces siete”, de amarse incondicionalmente, de aprender a estabilizar los sentimientos, y de asentar que la buena relación con uno mismo es prioritaria, que hay que objetivar los actos que resultan fallidos, y que no es necesaria la excesiva rigurosidad a la hora de juzgarse en las cosas que producen resultados menos afortunados.
Lo que uno ha de buscar, primordialmente, es estar en paz consigo mismo, porque lo que de verdad quiere uno -y esto es Universal- es estar en paz consigo mismo, lograr una convivencia agradable y amorosa, libre de enfrentamientos y descalificaciones, equilibrada y feliz, a salvo de un censor riguroso e implacable que juzgue todo y castigue por todo.
Esa experiencia de escuchar una voz interna que nos recrimina, que nos llama “torpe”,” idiota”, “inútil”, o que dice “a ver cuándo vas a aprender ya de una vez”, la hemos vivido todos en algún momento. Eso no querer mirarnos en el espejo también lo hemos vivido, porque todos hemos pasado por algún arrepentimiento y nos hemos sentido en más de una ocasión muy mal.
Lo hermoso sería una convivencia en la que predominara la paz, la aceptación sin condiciones, la comprensión sin juicio, y uno fuese consciente de la incapacidad de hacerlo todo y siempre bien y por tanto no se exigiera por encima de sus capacidades.
Lo hermoso sería tener preparado siempre un abrazo para acogernos en los momentos de mayor necesidad, tener dispuesta siempre una sonrisa de bienvenida, una mirada sin enjuiciamiento, una predisposición amable y comprensiva para todas nuestras meteduras de pata –sí, para todas- y el perdón –que es la comprensión- siempre preparado para aplicárnoslo sin condiciones ni restricciones.
No se me ocurre otro modo de vivir mejor que el de vivir en paz con uno mismo. No sé si ese será el Sentido de la Vida, pero sin duda es una muy noble tarea de resultados muy beneficiosos.
Estamos en un mundo con demasiados conflictos, en una sociedad con demasiadas exigencias, somos inexpertos en esto de vivir, tenemos los nervios a flor de piel y al auto-perdón le ponemos muchas restricciones; nos exigimos una perfección que no tenemos y no es necesaria siempre. Nos ponemos demasiadas condiciones para sentirnos bien.
Aquí hay muchas cosas que fallan y se hace necesaria una revisión total de todo lo que se ha expuesto en este texto.
Y esa es una tarea personal e intransferible que conviene afrontar a la mayor brevedad, con la mejor voluntad y con el máximo amor. Amor Propio.
Este artículo, titulado ARREPENTIRSE DE LOS ERRORES YA ES SUFICIENTE CASTIGO, tiene relación con el escrito: https://buscandome.es/index.php/topic,18333.0.html
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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