LA LEALTAD ES UN TESORO
En mi opinión, una de las cosas que me han maravillado mucho en esta experiencia tan grandiosa que es vivir, ha sido conocer personas cuya lealtad a la amistad, o a la relación que hayamos tenido, ha sido intachable, impecable, óptima. Y confío en conocer aún más.
Muchísimas veces me he emocionado al comprobar la fidelidad que me han demostrado algunas personas, el acogimiento sin condiciones y sin reproches que he tenido por su parte cuando no he sabido hacer las cosas bien o cuando las cosas no me han ido bien, y la constancia y la nobleza en mantener inmaculado el tipo de relación que tenemos.
Eso de saberse siempre bien acogido, eso de saber que puedes contar con una persona en todo momento, en toda circunstancia, y que se mantiene intacta su fidelidad, me parece que es uno de los mejores logros de la humanidad.
Este tipo de relación se puede dar y se da en la familia, pero como eso parece que es algo que se da por supuesto, lo valoro aún más cuando se trata de amigos. AMIGOS, más bien.
AMIGOS de los llamados “de toda la vida”, AMIGOS inseparables, AMIGOS de verdad, AMIGOS sinceros que no piden nada a cambio, que se entregan del todo y con amor/cariño/aprecio, y a los que uno, espontáneamente, se siente vinculado sin condiciones, hermanado en un lazo que va más allá de lo que se considera una simple amistad social.
La lealtad incondicional de esas personas sólo se puede pagar con otra lealtad igual. Su presencia cuando uno les necesita es un bálsamo. La atención que tienen hacia uno preocupándose cuando saben que uno está en un momento delicado es impagable. Su entrega completa a cambio de nada es conmovedora.
A raíz de esto se sacan, cuanto menos, dos enseñanzas:
La primera, que hay que persistir hasta que uno se encuentre con esas personas, que las hay, porque aunque uno no se haya encontrado todavía con ellas, existen. Están. Por supuesto que hay que estar a la altura de esas relaciones, y no solamente aprovecharse de esa fortuna.
La segunda, que uno ha de convertirse –si no lo es ya- en una persona leal en todas sus relaciones, una persona amable –que significa “digno de ser amado”- y admirable –que significa “digno de admiración”-. Esa es una de las mayores o mejores aspiraciones que hemos de tener presentes. Y te garantizo que ser amable y admirable es mucho más de lo que seas capaz de comprender ahora, y que si lo eres de verdad, desde tu interior, no hay ni una pizca de insinceridad detrás de ello.
Es posible que todos tengamos algunas de esas personas en nuestra vida, aunque se puedan contar con los dedos de una mano. Y si no la hay, insisto, hay que buscarla y encontrarla.
Sugiero revisar cómo están siendo la relaciones que cada uno tiene, si uno se está entregando plenamente, si uno aporta lo que le corresponde para ser equitativo, si le deja claro a menudo al otro lo feliz que se siente de haberle conocido y de ser su familiar/amigo.
El cuidado es muy importante. Cuidar y cuidarse. Y ser cuidado.
Y si tienes alguna de esas personas en tu vida… valora lo que tienes.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales