NO ES LO MISMO SABER QUE SER
En mi opinión, la mayoría de las personas tenemos la mala costumbre de confundir “ser capaces de repetir“ con “saber“, y confundimos “tener información“ con “conocer“.
Damos por supuesto que por el hecho de haber podido acceder a cierta información, y por ser capaces de retenerla en la memoria y poder repetirla, eso nos convierte casi casi casi en eruditos. O en sabios. Error.
Las palabras en sí no tienen más poder que el que les otorgamos y autorizamos. No creo que, a estas alturas, sea necesario recurrir al tópico de que la palabra agua no quita la sed y la palabra fuego no quema.
Así nos pasa: que hemos oído decir algo, o hemos leído algo, y en ocasiones creemos que por ello nos hemos convertido en doctos expertos en la materia. Y –vuelvo al tópico- creemos que por poder pronunciar la palabra amor ya somos capaces de amar de un modo incondicional y con toda la intensidad que el amor lleva implícita.
La teoría, mientras no deja de serlo para convertirse en realidad práctica, mientras se mantiene en el terreno de la palabrería o la utopía, no aporta nada más que una información que ocupa un lugar destinado a la realización.
Lo que uno sabe no es lo que uno conoce.
Saber es poder repetir. Conocer es haber experimentado.
La teoría y la información no son la persona.
A la persona no la forman o transforman las circunstancias de su vida simplemente porque le sucedan, por el hecho físico o histórico en sí, sino que el aprendizaje y crecimiento que obtiene de ellas es por cómo las elabora, cómo las integra, y por lo que hace con esas circunstancias que le ha tocado vivir.
Vivir no es simplemente respirar –eso es tener las costantes vitales activadas- ni es dejar que transcurra el tiempo -que es algo ajeno a nosotros sobre lo que no tenemos control porque transcurre a pesar de nuestra desatención-, y lo que llamamos “tiempo“ no es más que una forma de denominar las divisones temporales en las que partimos lo que realmente sí existe: la vida.
Saber cosas, en mi opinión, no es algo especialmente importante.
Sí que es útil, a veces, pero no lo suficientemente enriquecedor como para conformarse con ello y darse por satisfecho con la acumulación de información, porque mientras no se lleve a la práctica cotidiana todo eso que se conoce no tiene utilidad personal real.
Lo interesante es la experimentación, la vivencia, porque eso es lo único que aporta algo útil, algo que no es tangible pero sí es notable.
Sólo lo que se integra en Uno y forma parte de Uno deja de ser una teoría para ser una realidad.
No es importante lo que sabemos, sino lo que hacemos con lo que sabemos. Así como tampoco es importante lo que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa.
Además, un burro no deja de ser burro porque vaya cargado de libros.
“Yo sé“, no es ni debiera ser “yo diferencio entre una cosa y otra“, ni tampoco es ni debiera ser “yo recuerdo“, ni “yo soy capaz de repetir“, sino que “Yo sé“ debiera ser poder afirmar “Yo soy esa cosa, y esa cosa forma parte de mí“.
Las teorías, las técnicas, los métodos, las fórmulas... no son nada más que instrumentos sin alma, carentes de utilidad si no se ponen en práctica.
En el Desarrollo Personal se habla de “La Realización“ o de “Realizarse“. Realizarse significa “hacerse realidad“. Convertir en realidad el proyecto de Ser Humano que somos. Hacer realidad la potencialidad innata con la que llegamos al mundo. Tenemos en nosotros el potencial para llegar a ser tan perfectos como en esencia ya lo somos.
En su etimología original, lo perfecto es lo concluido. El Proceso de Desarrollo Personal nos acerca a esa conclusión de lo que se supone que hemos de ser.
Una querida amiga, muy esotérica, dice que todos estamos Iniciados, lo que no estamos es Terminados.
Y esa es nuestra tarea en esta vida: Experimentarnos. Hacernos realidad. Saber quiénes somos y ser quienes realmente somos.
Te dejo con tus reflexiones...
(Y si te ha gustado, ayúdame a difundirlo. Gracias)
Más artículos en: http://buscandome.es/index.php?action=forum