Pensando en una tarde calurosa

A veces me pregunto en qué momento dejé de pensar para vivir, para seguir los pasos supuestamente establecidos por la vida misma, haciendo lo que se esperaba que hiciese. No recuerdo. Tal vez cuando creía que obedecer sin quejarme era ser buena hija, o cuando me convencieron con “argumentos no tan sólidos” lo que me convenía estudiar, cómo conviene vivir, o cómo debe actuar una buena madre, una buena vecina, bla bla bla.
Tampoco sé si solo me pasa a mí, por la edad tal vez, empezar a evaluar todo, descubrir que quedaron cosas por hacer, y sin embargo, sentir miedo de hacer a esta altura de la vida. Mirar atrás y ver que todo estuvo bien, creo. Bien, no perfecto.
Seguramente por eso hay personas que a determinada edad dan un giro a su vida, se atreven, otras no, querrían pero no se animan. También está el grupo que cree que no hay nada por hacer, que siente satisfacción y prefiere seguir así. Supongo que existe algún cuarto grupo al que pertenezco y no sé muy bien qué grupo es. Afortunadamente me siento feliz.
En fin, estas reflexiones de una tarde de verano tan calurosa y lluviosa que me encuentran desocupada. Divagaciones mientras escucho canciones de Leandro y Leonardo, un duo que acabo de descubrir en You Tube.

Saludos.

Nilda, siempre es un placer para mi leer sus reflexiones, ya que muchas veces tienen un componente de rebeldía ante lo establecido que me gusta mucho.

Pues yo pienso en particular de lo que has escrito, que no hay un plan ya definido en la vida, somos creo, lo que queramos hacer de nosotros mismos.

tampoco pienso que exista un plan, que a manera de crono-grama, diga lo que a cierta edad ya debiste haber hecho, lo que aun no Etc. (Salvo asuntos que tengan que ver con la biología, como los tener hijos etc).

por lo demás soy renuente a aceptar, solo porque un pseudo sabio de la psicología, me diga donde y cuando, suben o bajar las capacidades intelectuales. o cuando en la sociedad digan que a cierta edad es que debes hacer ciertas cosas, y no antes o después.

el sistema nos hace creer que la vida termina demasiado pronto, así nosotros también nos condenamos a vivir poco, y a demasiado temprano decir, que no hicimos todo lo que debimos o quisimos.

No hay edad, ni tampoco lineamientos fijos.

Nota: nunca adoctrinemos a los pequeños, déjalos  ser ellos y así serán aun mejores, ya que irán tras de si mismos y por tanto con mayor aun placer y pasión.

Gracias Fernando. Es lindo leer tus apreciaciones.
Nilda

Hola Nilda, siempre hay algo nuevo por hacer. La cuestión es atreverse, sacar de nuestro potencial aquellas cosas que siempre quisimos hacer, pero primero el trabajo, para otros los hijos, para cuando se tenga dinero, etc. etc, porque siempre buscamos excusas y a veces no entiendo y no creo que sea miedo, será acaso ¿resignación que no nos deja avanzar? o quizás nos dejamos llevar por otra excusa que es la edad. Creo que no hay excusas para vivir, para hacer aquello que se quiera hacer no importa nada. Hacer el esfuerzo y lograrlo.

Muy buena tu reflexión... Abrazo cálido.