EL A +++ DESTACADO JULIO 2015+++

DESTACADO





La altura con la que cargaba sus horas, no convocaba metros, sino ojos. La mirada de esa mujer, proveniente de una cultura y un mundo muy distinto al suyo, era albergada por el mismo cielo que él miraba en total abstracción (lo más lejos de la luz de la ciudad de lo que su presente le permitía).
La temperatura de su cuerpo, no se medía en grados Celsius o Fahrenheit, sino en función de la capacidad de empatía que él había conseguido transitando descalzo la Tierra del respeto.
El camino; no era largo, ni corto. Porque no eran millas o kilómetros de los que estaba hecho. Sino de pequeñas decisiones.
No. Quedaron pocos rastros de su existencia y no hay prueba válida de que hayan coincidido en su paso en algún momento determinado. Pero dicen (y tú sabes que los mitos tienen un origen), que  cada vez que truena y no llueve, EL A tiembla.

Llamativo título y tema. Me gustó.
Nilda

Gracias a ambas (es enriquecedora la capacidad de la mirada lectora que aporta este medio).
El Sol y La luna; el mar y la tierra, El horizonte y la altura; el fuego y la humedad; el calor y la helada; el desierto y la inundación; el contraste (la diferencia) y la comparación (lo similar); la causa y el efecto, el accionar y la consecuencia; el derecho y la obligación.
Conectados y de la mano. No hay uno sin otro. El/la.

Un deleite leerte, me ha encantado tu texto desarrollado perfecta y agradablemente. Un abrazo de luz espiritual.