LETRAS Y ALGO MAS Un espacio diferente , para compartir y crear Registrado en Safe Creative |
|
| La Última Moneda. | |
| | Autor | Mensaje |
---|
Jaime Olate Escritor activo
Cantidad de envíos : 2341 Fecha de nacimiento : 17/01/1941 Edad : 83 Localización : Santiago de Chile Fecha de inscripción : 01/08/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: -Escritor con textos DESTACADOS Mención: Lobo ,El Detective. Texto EXCEPCIONAL Premios: 1ºLugar Concurso "Ecología" parte Textos, Octubre de 2010
| Tema: La Última Moneda. Mar Feb 17, 2015 9:36 pm | |
| —Cuesta mucho ganar el dinero para que lo esté dando a un vago. —con voz fuerte y clara, no exenta de desdén, Dámaso trató de pasar por el lado del mal vestido y famélico hombre joven, quien se había interpuesto entre él y su caro automóvil último modelo. José González, con las palmas de las manos hacia delante, en un gesto de súplica, sentía que la sangre le ardía ante la arrogancia del ejecutivo de una de las oficinas de Codelco. ¿Qué había hecho para merecer el menosprecio de Dámaso Alvarado? Minutos antes lo reconoció cuando salía de las oficinas cupríferas del mayor país productor de cobre del mundo. — Don Dámaso…, soy yo José González… Claro usted no me ubica, pues yo era un empleado de baja categoría. —Sólo obtuvo por respuesta una mirada y un gesto de molestia. —Ayúdeme, por favor… necesito volver a trabajar... Mis hijos y mi esposa se mueren de hambre… Jefe, perdone, pero le ruego me dé un poco de dinero para llevarle alimentos… El prepotente empujón que le dio el orgulloso ejecutivo, en su debilidad lo hizo trastabillar; sintió que la ira lo inundaba. —Señor, por favor… Yo trabajaba en una oficina alejada de la suya… me acusaron de una falta menor y… soy inocente. Me echaron, no he podido encontrar trabajo. Dámaso se detuvo y miró el rostro del joven con curiosidad; una sonrisa comenzó a dibujarse, para estallar en una carcajada burlona. Aturdido, González no entendía el motivo de la hilaridad; el insensible y alto empleado lo había reconocido como el chivo expiatorio que sus amigos habían elegido para tapar su propia falta e impedir que perdiera su ascendiente carrera; por supuesto guardó cobarde silencio del secreto complot. —Cuesta mucho ganar el dinero para que lo esté dando a un vago. La ofensa caló profundo en el cesante y, no pudiendo contenerse más, bramó: —Ríe, ríe, elegante y poderoso señor… ¡Dios permita que tu malvada risa se transforme en llanto, que lo mereces! — ¡Quée! ¿Te atreves a maldecirme, pobre diablo? Ni por muy culto que sea tu vocabulario aceptaré tus insolencias. —No, no te maldigo…, Dios se encarga de tipos como tú. Con trancos largos, Dámaso se subió a su coche, bajó el vidrio; su mano izquierda se agitó, despidiéndose, y de nuevo la carcajada retumbó burlona en los oídos del pobre indigente. El auto se alejó, José cubrió su rostro para no mostrar su sollozo de rabia y desesperación; una pareja de ancianos que observaba la escena, le tocó el hombro y depositaron en su mano un billete. Sorprendido miró atónito el dinero; se sumaron varias manos caritativas testigos de la cruel acción del desdeñoso Alvarado. Pasaron meses, en forma sorpresiva le llegó una carta de la empresa donde le pedían que se presentara a su antiguo trabajo. Escuetamente se excusaban por el error cometido y que lo enmendaban dándole un puesto más alto. Dos años habían transcurrido desde el amargo incidente, José González tuvo que irse a Lusaka en Zambia, gracias a su talento y habilidad, fue enviado como consejero de los países productores de cobre, llevándose su familia al África. Todo había cambiado, era feliz, no se le fueron los humos a la cabeza y continuó siendo sencillo y gentil, tanto en su trabajo como en la calle. Ese día salió de su gran oficina, se disponía a abordar su Mercedes Benz cuando un par de negros jóvenes maltratados por la vida estiraron suplicantes sus manos. El buen corazón de José hizo que sacara su billetera y les dio dinero a cada uno; con una sonrisa miró la gratitud de aquellos desdichados, sacó todos los billetes y los repartió entre los dos, gozándose de su alegría. Iba a dar media vuelta e irse, recordó el amargo episodio donde fue rechazado. Sus ojos brillaron con lágrimas que pugnaban por salir, emocionándose de tal modo que no pudo evitar el irresistible deseo de abrazar a aquellos hombres, sin importarle el mal olor que despedían sus pobrezas; sorprendidos los jóvenes negros miraron su rostro húmedo y agradecieron con palabras que no entendió. Se caló sus anteojos oscuros y continuó caminando hacia su coche, con paso liviano, ágil y alegre, se disponía a abrir la puerta, pero el ruego de una voz en castellano lo dejó inmovilizado. — ¡Señor González, señor González, me permite una palabrita! Necesito unas moneditas para comer… por favor. De inmediato su mente trajo los ecos de la estridente y burlona risa de aquel abusivo que no quiso ayudarlo. Es más, recordó al reintegrarse a sus labores que una investigación interna lo dejó libre de culpa, error cometido precisamente por el orgulloso Jefe de antaño, ya expulsado de la empresa. Ahora la burla del destino lo ponía bajo su pie; temblando de ira, su mano tomó sus sienes y recorrió su rostro, su vista se posó en un harapiento individuo parado junto a su automóvil. Reconoció en medio de su miseria al otrora orgulloso y despectivo Dámaso Alvarado; ahora sucio y barbón, estaba ante un desconocido y próspero ejecutivo de la gran empresa de la que fue arrojado sin piedad cuando se supo su gobarde maniobra. Allí en Lusaka había intentado hacerse ayudar por funcionarios africanos, le señalaron al “Señor González”, alto jefe de la compañía cuprífera chilena. —Por favor, señor…, por nuestro Chile lindo, compatriota-. No recordó a este señor González tan elegante, menos al subalterno que pisoteó en Chile. José se subió al Mercedes, sentado sus manos apretaban con fuerza el volante, con la vista perdida en un punto lejano. ¡Dios, no dejaba de oír aquella risa burlona! ¡Cómo quería decirle quién era y vengarse de él! Finalmente venció su naturaleza de hombre bueno agradecido de la vida. Se dio cuenta que ya no tenía dinero, porque se lo había dado todo a los dos africanos, tampoco había sencillo en sus bolsillos, pero sobre el tablero brillaba un peso, tal vez destinado para propina. Lo tomó y, a través de sus lentes, en silencio miró por última vez al desafortunado, aceleró suavemente y se alejó del lugar con una enorme pena en el corazón: atrás quedó su pasado y la desgracia de un hombre que no supo vivir…, le dejó en su mugrienta mano su última moneda.
| |
| | | Invitado Invitado
| Tema: Re: La Última Moneda. Jue Feb 19, 2015 7:29 pm | |
| Muy buena historia, amigo Jaime. Ojalá siempre las cosas se resolvieran con una apropiada justicia, como en este caso. Un abrazo, José |
| | | Sagid Escritor activo
Cantidad de envíos : 389 Fecha de nacimiento : 12/03/1971 Edad : 53 Localización : Columbia MO 65202 Fecha de inscripción : 28/05/2010
| Tema: Re: La Última Moneda. Vie Mar 27, 2015 10:58 pm | |
| Buena historia, bien narrada, para los que creemos en el karma nos resulta alentadora y creíble... Te confieso que el único punto donde me detuve y perdí un rato en la palabra cobarde que sin duda por error de dedo escribiste gobarde... Un placer leerte, un fuerte abrazo | |
| | | Jaime Olate Escritor activo
Cantidad de envíos : 2341 Fecha de nacimiento : 17/01/1941 Edad : 83 Localización : Santiago de Chile Fecha de inscripción : 01/08/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: -Escritor con textos DESTACADOS Mención: Lobo ,El Detective. Texto EXCEPCIONAL Premios: 1ºLugar Concurso "Ecología" parte Textos, Octubre de 2010
| Tema: Re: La Última Moneda. Sáb Mar 28, 2015 1:15 pm | |
| Gracias por haber leído y comentado este cuento triste. Leí en tu biografía que eres alegre y burlón, mira que casualidad , la gran mayoría de mis textos son irónicos y tienden a provocar risas. Compadre, cuidado con eso de ladrón de historias ... mira que todavía me queda lo de detective, ja ja ja já. Un gran abrazo de este chileno medio loquillo; ... bueno ... más bien alegre. Jaime. | |
| | | Martín Renán Escritor activo
Cantidad de envíos : 3849 Fecha de nacimiento : 24/10/1973 Edad : 51 Localización : Lima; Perú (Cartavio) Fecha de inscripción : 20/03/2008
RECONOCIMIENTOS Mención: POEMA EXCEPCIONAL: DE MOMENTO- a la excelencia en sus comentarios Mención: PROSA POÉTICA EXCEPCIONAL- por sus Aportes a Letras y Algo Más Premios: 1º Lugar en Concursos Letras y Algo Más
| Tema: Re: La Última Moneda. Lun Mar 30, 2015 1:43 pm | |
| Vale la lectura. saludos Jaime | |
| | | Contenido patrocinado
| Tema: Re: La Última Moneda. | |
| |
| | | | La Última Moneda. | |
|
Temas similares | |
|
| Permisos de este foro: | No puedes responder a temas en este foro.
| |
| |
| |
|