Erase una vez un adolescente cuyo nombre era John, pero prefería Johnny.
Johnny era un chico bastante... peculiar, llamemosle 'peculiar'.
Estaba enamorado de lo prohibido; demonios, vampiros, etc.
Callado existía, en silencio, pero sólo callada era su boca, su mente producía tanto ruido que el silencio tomaba el mundo.
Nunca encajó bien entre los especímenes de personas normales, siempre fue abusado.
Tenía una bondad muy particular, de ésas, que ponen estándares de santidad difíciles de superar.
La gente lo manipulaba por esa inocente bondad, su vida fue difícil, nada pasajera. Convivió con su familia pacíficamente por años, luchando y zafando de los males de la vida, sobreviviendo a las economías, a las mentiras, a la envidia, a la codicia...
Johnny no le veía sentido a esta vida, su impetuosa e reflexiva mente era su motor, su transporte pero su condena... Él no pensaba en su futuro trabajo pero pisando los 18 fue presionado a tomar decisiones que no consideraba importantes, pero sus padres le decían que este mundo lo primero es el dinero y luego buscar la felicidad.
El joven Johnny fue cambiando, su mente fue callando de tantas palabras que pronto comenzaron a infundir miedo en el chico...
Ocultándose de el mundo se refugió en la música, pero le dijeron que debía esforzarse para ser el mejor, que no tenía talento natural como músico pero Johnny sólo quería volar, escuchar el silencio del mundo devuelta...
Ocultándose de el mundo se refugió en la poesía, pero le dijeron que de la poesía era difícil de vivir y mucho más difícil en el Uruguay pero Johnny sólo quería volar, escuchar el ruido de su mente devuelta...
No supo donde ocultarse, su ruido ya casi extinto, peligraba.
Conoció el amor, pero su bondad fue atada a lo fácil y lo fácil era aburrido en este mundo.
Conoció el amor y perdió y lloró, gritó, insultó mil veces al cielo, culpándolo de crear a éste agujero llamado mundo.
Johnny se enojó consigo mismo, culpándose de todos los males que le habían sucedido.
Cuenta el viento que el joven deambula por la triste gris Montevideo con su guitarra y un cuaderno para sus poemas. Guiado por el viento, solamente buscando su ruido...