Cuando el cielo es gris, cuando las calles están tintadas de azul por culpa del frío invierno, cuando no sientes las manos al escribir en tu teclado, cuando hay tantos pañuelos en la papelera que no cabe ni un alfiler... Aparece ella, con su sonrisa, convirtiendo lo azul en algo más cálido, cogiéndote las manos y calentándolas hasta que dejes de sentir frío, cuando escribes sin miedo sobre tu teclado, y cuando los pañuelos escasean porque te has recuperado... Ahí te das cuenta de que es la mujer de tu vida, la persona con la que quieres compartir tus días, tus ideas, tu manera de ver la vida ha cambiado gracias a ella, puedes darle las gracias de muchas formas, comprándole un regalo, haciéndote el loco y al final del día le agradeces el tiempo que ha invertido en ti... Pero jamás habrá nada más sincero que un "te quiero".