Françesc USUARIO BANEADO POR INCUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS BÁSICAS DE CONVIVENCIA
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| Tema: El asesinato de la "cosa nostra" Sáb Dic 22, 2012 5:29 pm | |
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El asesinato de la "cosa nostra" (ucronía)
Como en los cuentos de las Valkirias guerreras, por el poderoso Odín y su hijo del trueno, se oirán esas aguas en danza que nos llevan a través del infierno.
La ciudad era muy populosa, ondulante de luces y sombras, en donde los pensamientos se esquinan, y nos dan los ángulos cuadrados de su memoria. Todos se reunían con ocasión de la fiesta sagrada, fiesta en honor del dios Puno, que era el dios de los mundos intactos. Hoy era el día, y la muchedumbre se agolpaba para escuchar al orador anual que como siempre era elegido de entre los nobles y señores del lugar. Tenía la palabra Marco Mafio Vafa, y dijo así:
“Hoy, en este lugar sagrado, vengo a anunciaros el nacimiento de una nueva filosofía. Quiero informaros, que hay un señor que gobierna sobre los mundos intactos. Que es misericordioso y grande en potencia, maestro de la palabra con el poder de la obra; que sabe perdonar, y quiere que ni uno sólo de vosotros se pierda entre los caminos insospechados de la desgracia, para que todos puedan saber del padre creativo de todas las cosas que hay en el mundo universo. Él, se ha ofrecido para que todo el que ponga fe en su legado, se vista con el espíritu divino, y no sea la muerte su condena… Pero, ¡ay de aquellos que tuerzan su camino después de haber aceptado la palabra excelsa! No quedará hueso sobre hueso ni vena con su sangre; mas el fuego lo consumirá y nada más se sabrá de él”
Por eso os digo: dad al César lo que es del César, lo demás es “cosa nostra”
Un oyente llamado Lulo Galo, se apresuró a preguntar:
Excelentísimo y noble señor Marco, en el marco de la coyuntura actual, no creo que nos sea posible seguir al dedillo lo que nos pide, ya que el César pide mucho. Por lo que propongo, que como aquí ya sufrimos lo suficiente como para que se nos castigue también una vez muertos, concluyo, que la “cosa nostra” estará dispuesta a aceptar un pequeño tributo como compensación de la sangría a la que estamos sometidos, y así de esta forma poder agradecer, por medio de su honorable intermediario, al dios cuyo nombre no sabemos, y que hasta ahora era el dios Puno, las maravillas que nos esperan, y no son pocas, dado que si lo bueno y lo malo se pueden distinguir, tantas cosas habrán buenas como las habrá que sean contrarias; por lo tanto, la mitad de los aquí presentes irán a su derecha y la otra mitad a su izquierda; ni qué decir tiene que el orden no debe alterar el producto, ya que derecha no es significado de maldad ni de bondad, y diríamos lo mismo de la otra parte; es más, tanto arriba como abajo no están exentos de los mismos principios, con lo cual me atrevo a decir, que el señor Marco, que está en las alturas, guarda las mismas propiedades que los aquí abajo presentes, y no creo que sea de su agrado el sufrir la cólera del dios que predica por querer engañarnos.
“No se trata de eso. No es lo material lo que pide el dios omnipotente, sino la obediencia que requiere un padre del hijo al que ama”
Acabáramos pues, eminente Marco. Porque entonces no sabemos lo que pide. ¿Qué es lo que pide?
Les mostró las tablas de la ley, las cuales fueron pasando de mano en mano, asombrados y riendo entre dientes.
¿Qué os hace tanta gracia?
Me va a perdonar ilustrísimo señor, pero lo que aquí nos muestra ya es ley entre nosotros.
¡Claro!, puede ser, pero todavía no hemos hablado de otra ley, que perdona sin inconveniente a los que voluntariamente arrepentidos de sus malas obras, ponen fe en ella. No hay pecado que no se pueda perdonar, porque el sacrificio para ese perdón ya fue realizado por el Uno, para que todos vosotros seáis con él uno, y de esta forma redimir vuestro error. Tan sólo uno no será perdonado, y este es el pecado contra el espíritu.
¿Qué es pecar contra el espíritu? –preguntaron-.
Pecar contra el espíritu es aceptar con convencimiento, las palabras que os estoy predicando, y a sabiendas que son ciertas por vuestro propio discernimiento, no tomarlas en cuenta y seguir vuestro camino de perdición.
Pero eso es una trampa. –dijeron- No creo que sepa muy bien de lo que está hablando… Así que si acepto y me convenzo de la verdad en este discurso, estaré a salvo. Si no lo acepto y lo hago por ignorancia podré salvarme… En esta situación no me deja más opción que no aceptarlo. El pecado, ¿no es pecado tanto si estoy en uno como otro razonamiento, o sólo es pecado cuando lo sé? Si peco en el primer supuesto no habrá salvación para mí, pero todos sabemos, sin haberle escuchado, que matar y robar no son adecuados, con lo cual si asesino y robo no habrá ningún tipo de sacrificio que me redima. Si peco en el segundo supuesto, estamos en la misma situación, ya que la ignorancia respecto a los errores de los que estamos hablando, no existe.
Marco Mafio, al verse en un callejón sin salida se expresó de esta manera:
No os preocupéis que dios proveerá. Nada hay que no sea con el beneplácito y consentimiento de su omnipotencia. ¡Vivid!, todo se os perdonará; pero venid a mí y os calmaré la sed, dijo el hijo.
Hubo un murmullo in crescendo, y dijo una voz: ¡Matemos a César!... No, no, es un error… Mejor sigámosle la corriente, igual nos lleva a la “cosa nostra” , puede que haya que matar algo menos material.
Así, de esta forma, dieron fin al despropósito de un predicador seducido por las campanas. | |
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sgrassimeli Escritor activo
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| Tema: Re: El asesinato de la "cosa nostra" Sáb Dic 22, 2012 7:13 pm | |
| Interesante, pero parece un relato mas que un capítulo de novela. | |
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